«Todtnauberg», un poema
[1967]
Lichtzwang [Compulsión de luz, póstumo, 1970]
Lazos intelectuales entre un filósofo y un poeta.
Un encuentro fascinante.
Paul Celan
[Reino de Rumania, 1920-1970, Francia]
El complejo poema «Todtnauberg», escrito en julio de 1967 por el poeta, traductor y ensayista judío Paul Celan, luego de su visita a la cabaña del filósofo alemán Martin Heidegger —el pensador más influyente del siglo XX— adquiere un amplio significado y nuevas emociones, según de qué manera lo leamos, en qué momento y de la mano de quién.
La historia es conocida —es necesario conocerla. Trata sobre la relación que el filósofo Martin Heidegger tuvo con el nacionalsocialismo en los años treinta, cuando comenzó el auge de lo que se denominó Tercer Reich. Tras la derrota de Alemania en la II Guerra Mundial, Heidegger guardó silencio sobre el holocausto. Paul Celan, con sus padres muertos junto a otros familiares y a millones más en los campos de exterminio, tras haber sufrido él mismo en un campo de concentración nazi [Moldavia], tuvo una serie de encuentros y desencuentros con el pensador de Friburgo.
Celan esperaba que Heidegger, en su retiro en la Selva Negra alemana, en ese tranquilo paseo por los bosques circundantes —sorprendiéndolo por sus conocimientos de botánica y filosofía—, emitiera una palabra de perdón, palabra que aunaría la grandeza filosófica de Heidegger con la grandeza humanitaria. Pero Heidegger guardo silencio.
En este caso, la interpretación y traducción que sigue es de Félix Luque, catedrático de Historia de la Filosofía Moderna de la Universidad Autónoma de Madrid [con mis agregados de imágenes y video]. Al final, mi comentario.
Todtnauberg [cerca de Friburgo, Selva Negra alemana] Fotografía de: Paco Mesa y Lola Marazuela |
«El 25 de julio de 1967, Paul Celan escribió el poema «Todtnauberg», con ocasión de la visita que hiciera a Martin Heidegger, solicitando —entre la duda angustiada y una débil esperanza— de este algo que nunca llegó [según la correspondencia con su mujer, Gisèle, el filósofo habría «respondido» a su petición (quizá que se retractara de su adhesión al NSDAP, que pidiera perdón, ¿o algo así?) con un largo silencio]. Sin embargo, salvo que «eso» que habría escuchado también quien condujera el vehículo [no sabemos quién: Heidegger no sabía conducir] fuera el silencio, el poema parece sugerir que sí hubo una respuesta. El poemario en que apareció el poema es de 1970: el año del suicidio del poeta [20 de abril; un mes antes había vuelto a encontrarse con Heidegger].
Paul Celan y Martin Heidegger |
[*Oración paratáctica: la relación que se establece entre las proposiciones que la componen es de independencia].
Arnica. Planta medicinal antiinflamatoria, descongestiva |
Brevemente: Arnika corresponde a la flor: Berganika, arnica montana, abundante en la Selva Negra [donde está situado Todnauberg], y recomendada para la siega y el pastoreo; pero, por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias, se emplea también para aliviar el dolor producido por golpes y contusiones. Augentrost es otra flor [Euphrasia], de forma parecida a una orquídea: como indica su nombre en alemán, sirve para limpiar y curar los ojos; y Celan nos recuerda las estrías en los ojos que, como la refracción del espato de Islandia*, le hace ver a la vez el presente y el horrendo pasado del Holocausto [«proyección es retroferencia», había escrito Heidegger al final de La pregunta por la cosa, sin pensar desde luego —creo yo— en la Shoah].
[*Espato de Islandia: variedad de calcita transparente y romboédrica; presenta la propiedad óptica de la birrefringencia, es decir, que tiene una doble refracción].
Shoah [1985] es un documental sobre el Holocausto que no puede dejar de verse. Monumental obra del director francés Claude Lansmann [1925-2018] |
El dado en forma de estrella está tallado efectivamente sobre un tronco de árbol ahuecado, con un caño para recoger el agua de montaña; la rústica fuente está a unos pasos de la cabaña [que no tiene agua corriente ni electricidad hasta los años 70]. Pero también hay una estrella sobre la tumba de Heidegger en Messkirch, en un angosto jardincillo al pie de la iglesia del pueblo. Estrella, pues: no cruz. El mismo dijo que su vida y su tarea era: «Ir hacia una estrella. Solo eso».
Hay un interesante ejemplo de anáfora*: die in das Buch / die in dies Buch: «la [línea escrita] en el libro / la en este libro». En el primer caso, puede tratarse del Libro que será abierto en el Juicio Final (cf. Daniel 121-2; al profeta se le aparecen dos varones, uno de los cuales pregunta al otro cuándo vendrá el fin del mundo; este responde que «dentro de un tiempo, de tiempos y de la mitad de un tiempo, y que todo esto se cumplirá cuando la fuerza del pueblo de los santos estuviera enteramente quebrantada» 127; quien así responde advierte a Daniel «que esas cosas están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin» 129). En el segundo, en cambio («la [línea] en este libro»), se refiere a algo más prosaico. En la cabaña (Hütte) de Todtnauberg había un libro de visitas en el que los visitantes firmaban y eventualmente escribían una línea de agradecimiento. Al poeta —un tanto escrupuloso— le inquieta que alguien de ideología nacionalsocialista o antisemita haya estampado su nombre en él.
[*Anáfora: repetición de una o varias palabras al principio de un verso].
Una caminata por la Selva Negra hasta la cabaña de escritura del filósofo alemán Martin Heidegger; vista desde el valle alto hacia el pueblo de Todtnauberg |
El paréntesis de los versos 13-14 fue añadido posteriormente por Celan, como acentuando la urgencia de recibir una respuesta (de ahí la repetición: kommendes: «que venga»: muy probable alusión a: der kommende Gott: «el dios venidero» que esperaba Hölderlin en Brot und Wein, v. 54; Heidegger había invitado a Celan a la cabaña para que recorrieran juntos los cercanos lugares en que se desarrolló la vida de Hölderlin [1770-1843, Hiperión]: el gran lazo de unión entre el poeta judío y el filósofo suabo*, tildado de eines Denkenden: literalmente: «un pensante»).
[*Suabo: dialectos del alto alemán, hablado en el centro, este de Baden-Wurtemberg y parte occidental de Baviera].
Waldwasen, uneingeebnet: el sustantivo es infrecuente; designa una pradera encharcada («brañas»), de manera que los animales no pueden pastar ni los hombres caminar por ella: es pues justamente lo contrario de un «claro del bosque»; el adjetivo «desniveladas» (o sea, que no están en el mismo plano: Ebene) lleva bruscamente la memoria a un enterramiento precipitado, por el que solo se puede chapotear (¿en barro, o en sangre?).
El verso siguiente es más explícito: «Orquídea y orquídea», separadas, sin posible conexión. La forma de la orquídea recuerda el órgano sexual femenino (como Derrida recuerda), y en Celan se extiende figurativamente al género o linaje: a un lado el germano, al otro el judío. El poeta se culpó amargamente incluso de la muerte de su hijo François (así llamado en honor al poverello; cf. el poema Asisi) por envenenamiento de la sangre (su madre: Gisèle Lestrange [¿la extranea: extranjera?], era francesa), él mismo se sabía híbrido, y por tanto seguramente «monstruoso» a sus propios ojos: de estirpe judía, pero de cultura y lengua alemanas.
El neologismo Krudes refleja un sentimiento todavía no elaborado, pero que se hará claro en el viaje a ninguna parte; primero, a través de un lenguaje que, pace Hölderlin, nunca se convirtió en «diálogo» (Gespräch), sino posiblemente en un doble silencio: quizá el poeta le exigiera que pidiera perdón: algo incomprensible para quien creía: alles ist Schcksal, «todo es destino», uniendo su destino personal al hundimiento, no ya de un pueblo y una estirpe, sino del entero Occidente y su metafísica; quizá el pensador le exigiera al poeta que elevara su mirada hacia ese Untergang o hundimiento universal y se dejara de problemas «personales»: cuando Celan se suicidó, Heidegger comentó: «Era demasiado débil».
Y en segundo lugar, lo «evidente» es —dicho sea bruscamente— que, para Celan: hasta aquí hemos llegado. El viaje tiene que interrumpirse, porque el prado encharcado acaba de convertirse en una ciénaga (Hochmoor), por la que —es verdad— se puede intentar transitar gracias a unas traviesas. Pero solo hasta cierto punto: solo hasta donde [lo] húmedo [es] mucho (no, como uno creería, donde: «hay mucha humedad»). El terreno, empapado de agua y barro, se identifica con lo húmedo, en neutro: como das Wasser, «el agua» y das Blut, «la sangre». El adjetivo sustantivado deja así en una ambigüedad —bien descifrable, por lo demás— la equiparación del lodazal en el que están semientrerrados los muertos, y la pradera ya inservible para caminar. El advervio de cantidad: viel, «mucho», queda al final aislado y desnudo, como aterido: sin nombre ni verbo al que remitir. El poeta y el filósofo son, así, refractarios entre sí. No, desde luego, y por fortuna, la poesía y la filosofía.
P.S. - En Todtnauberg resuena ciertamente lo «muerto» (todt, en antiguo alemán), lo cual se conjuga bien con los sentimientos del poeta que había escrito Todesfuge (desmintiendo así la admonición de Adorno, a saber: que ya no sería posible la poesía desde Ausschwitz). Pero para Heidegger, y según la etimología, el topónimo significa algo bien distinto: Tot-nun-berg, a saber: la tala y «roza» de árboles y maleza para dejar visible el monte a cuyo amparo se acoge, en efecto, la cabaña. De lo contrario, los turistas no seguirían yendo allí, convertido como está hoy el lugar en un coqueto conjunto de resorts high-standing (prueba a preguntar en uno de ellos por dónde se va a la cabaña de Heidegger). Pero eso es otra historia.
Ahora, el poema, primero en el idioma en que fue escrito:
«Todtnauberg»
Todtnauberg, Video*, Project Funding: Australia Council of the Arts Dennis Del Favero: The University of Queensland, Australia [Scene] |
Arnika, Augentrost, der
Trunk aus dem Brunnen mit dem
Sternwürfel drauf,
in der
Hütte,
die in das Buch
- wessen Namen nahms auf
vor dem meinen? -,
die in dies Buch
geschriebene Zelle von
einer Hoffnung, heure,
auf eines Denkenden
kommendes (un-
gesäumt kommendes)
Wort
im Herzen,
Waldwasen, uneingeebnet,
Orchis und Orchis, einzein,
Krudes, später, im Fahren,
deutlich,
der uns fährt, der Mensch,
der´s mit anhört.
die halb -
beschrittenen Knüppel-
pfade im Hochmoor,
Feuchtes,
viel.
[Paul Celan, de Lichtzwang. II (1970); en Gesammelte Werke.
Suhrkamp. Frankfurt / Main 1992; 2, 255 s.]
Todtnauberg, Video*, Project Funding: Australia Council of the Arts Dennis Del Favero: The University of Queensland, Australia [Scene] |
Árnica, consuelo de la vista, el
sorbo de la fuente con el
dado de estrellas encima,
en la
cabaña,
la escrita en el libro
-¿cuyo el nombre acogido
antes del mío?-
la escrita en este libro
línea acerca de
una esperanza, hoy,
a una palabra
en el corazón
que venga
(que venga sin tardar)
de alguien que piensa,
brañas del bosque, desniveladas,
orquídeas y orquídeas, solas,
lo crudo, más tarde, de camino,
evidente,
el que nos conduce, el hombre,
él lo ha escuchado también,
las sendas, con traviesas, a medio
transitar, en la alta ciénaga,
lo húmedo,
mucho.
Traducción e interpretación:
Félix Duque
*
Espero que, como lectores amantes de ir siempre un poco más allá, hayan disfrutado de este poema. Que los datos literales y explicaciones, que lo anecdótico y lo biográfico, que su extensión simbólica [tan interesante], no les haya evitado respirar su atmósfera y los haya hecho sentir y pensar intuitivamente, que todo esto, en definitiva, no haya enmascarado el lenguaje poético. Que aunque parezca una obviedad decirlo, solo se da a conocer y se disfruta en la lengua de los poemas.
Y este es un poema que lleva implícito una esperanza, la de recibir la palabra esperada, y el silencio. Y la poesía de Celan tiene mucho de silencio. Él mismo hablo de «la palabra conseguida por medio del silencio».
Dice la verdad
quien dice la sombra.
Para comprenderlo, creo que es imprescindible una ayuda. Primero que nada, saber que Todtnauberg [el título] es también el nombre del lugar donde vivía Martin Heidegger en la Selva Negra [Alemania]. Luego, saber que ambos, poeta y filósofo mantuvieron una intensa relación intelectual, cada uno interesado en la actividad del otro. La tuvieron a pesar de las diferencias ideológicas, a pesar de la inflexibilidad de Heidegger para retrotraerse de lo dicho elogiando al régimen nazi, la tuvieron a pesar de que Celan era judío y el único sobreviviente de una familia exterminada en Auschwitz. Pero también es importante recordar que Celan era una persona de trato dulce y de delicada cortesía.
Muchos estarán recordando, al ver esta relación, el interés que tuvieron los filósofos por otros poetas, [Hölderlin, Baudelaire, Valéry, Rilke, por ej.], y el de los poetas por los filósofos [La Bibliothèque philosophique, de Paul Celan], o sea que la situación no es extraña.
Si alguna vez se preguntaron por el silencio de Heidegger con relación al nazismo, si se preguntaron cómo un hombre como él, con su grandeza filosófica, pudo apoyar a Hitler, si lo hicieron porque son lectores de su famosa obra [Ser y tiempo] —y lo admiran seguramente—, habrán encontrado algunas respuestas posibles: ¿incapacidad para ver racionalmente los hechos?, ¿temor por la continuidad del espíritu occidental?, ¿otra? Cualquiera parece no conciliar con su humanidad lírica, con su inteligencia, con su interés por la poesía de Celan —el mismo que le habló al mundo de «su silencio».
Las contradicciones existen, las esperanzas y las heridas que no se cierran pero que se podrían mitigar, también. El tema de la absolución de parte del que las sufre está dado maravillosamente, de manera simbólica en el poema: por el libro, la fuente y las flores silvestres con sus poderes curativos, «árnica, consuelo de la vista».
No sé si seremos el interlocutor, el tú que todo poeta espera encontrar. Pero sí sé que todo se carga de significación cuando lo volvemos a leer —virtudes misteriosas de la poesía. Percibimos el gran momento del pensamiento: el encuentro. Tenemos en cuenta ya el trasfondo biográfico, la tensión poética nos envuelve y, descubrimos que la fragmentación hace que todo quede a la intemperie, neto, sin nada que nos distraiga del detenimiento, de la culpa o... del silencio.
Hasta la próxima lectura, me despido con la invitación a seguir leyendo la obra de Paul Celan [abajo encontrarán el link], y con las palabras con las que lo describe Jean-Dominique Rey, el escritor y crítico francés que frecuentó al magnífico poeta durante los últimos años, hasta que diera el salto que nadie vio, desde el puente Mirabeau, París, un 20 de abril de 1970:
Tenía un porte ligeramente oscilante,
como el de un poeta habitado por el Verbo o el de un Sísifo en la desesperación.
Nunca hubo diferencia en su paso.
Pero en cuanto te veía, lo primero que salía era su encanto y su amabilidad.
Su sonrisa, ligeramente retraída,
marcaba una especie de distancia infranqueable entre él y el mundo,
pues no dejaba ver el velo con que la cubría.
Cecilia Olguin Gianelli
Notas
- Paul Celan: Poeta alemán de origen judío. Nació el 23 de noviembre de 1920 en Chernivtsi, Reino de Rumania, y falleció el 20 de abril de 1970. Se suicidó arrojándose al río Sena desde el puente Mirabeau [París], no había cumplido los 50 años.
Considerado por la crítica internacional como el más grande lírico en alemán de la segunda posguerra. Dueño de una lengua poética excepcional por el virtuosismo y flexibilidad de su palabra, una estética influida por el surrealismo.
Autor de Amapola y Memoria [1952], que incluye su poema más famoso, «Todesfuge» [Muerte en fuga]. También se destacan La rosa de nadie [1963], Giro de aliento [1967] y Soles de hilo [1968].
Toda su obra sostiene un diálogo intelectual implacable con la obra de varios filósofos como Martin Heidegger, Walter Benjamín y Theodor Adorno —autor de la famosa frase según la cual no es posible escribir poesía después de Auschwitz. [Wi y sitio oficial]
Por un lado, el sentimiento de Celan por sus padres muertos junto otros familiares y a millones más en los campos de exterminio. Él mismo sufrió los horrores del nazismo en un campo de concentración [Moldavia] y liberado un año antes de que terminara la II Guerra Mundial. Por el otro, ¿el silencio de Heidegger con respecto a su colaboración oficial con los nazis?, contrarrestado por sus intentos de recordar sus intervenciones filosóficas.
Celan se negó a asociarse públicamente con Heidegger, pero se reunió con él, se especula, con la esperanza que le explicara su colaboración.
Celan acompañó a Heidegger en un paseo por los bosques circundantes, e impresionó a Heidegger con su conocimiento de botánica y filosofía, mientras que Heidegger habló de sus esperanzas para Alemania.
Celan escribió el poema «Todtnauberg» inmediatamente después de esta visita.
https://art-museum.uq.edu.au/whats/past-exhibitions/2011/dennis-del-favero-todtnauberg
http://www.icinema.unsw.edu.au/projects/todtnauberg/
- Todtnauberg. Un poema después de Auschwitz. Heidegger y Paul Celan: Fernardo Gilabert. Universidad de Sevilla.
Por todos es sabido la relación que el filósofo Martin Heidegger tuvo con el nacionalsocialismo en los años treinta, cuando comenzó el auge de lo que se denominó Tercer Reich. También es sabido que tras la derrota de Alemania en la II Guerra Mundial, Heidegger guardó silencio sobre el holocausto. Paul Celan, poeta judío que sufrió en los campos de concentración nazis, tuvo una serie de encuentros y desencuentros con el pensador de Friburgo. Celan esperaba que Heidegger emitiera una palabra de perdón, palabra que aunaría la grandeza filosófica de Heidegger con la grandeza humanitaria. Pero Heidegger, como decíamos, guardo silencio. La cuestión que queremos tomar al hilo de estos encuentro y desencuentros entre Heidegger y Celan es si es posible pensar Auschwitz después de Auschwitz, si es una tarea necesaria o si el horror del campo de concentración ha de dejarse a la voz del poeta, ya que es posible que la poesía exprese mejor lo que sucedió. O, si por el contrario, tras Auschwitz sólo debe quedar el silencio, silencio como aquel en el que Heidegger permaneció. Auschwitz supone el culmen de la Modernidad, una Modernidad tecnificada, donde no hay sitio para la poesía. Pero tras Auschwitz hay poesía, como la poesía de Celan, por lo que cabría preguntarnos si estamos ante una nueva Modernidad o estamos en otro tiempo, en el tiempo del silencio tras Auschwitz.
https://revistas.uam.es/bajopalabra/article/view/6701/7089
- Círculo de Bellas Artes. Madrid. Cabañas para pensar: Todtnauberg, de Paul Celan:
https://www.circulobellasartes.com/revistaminerva/articulo.php?id=649
- Celan para los filósofos, Denis Thouard [Director de Investigación de Filosofía del CNRS (Universidad de Charles de Gaulle-Lille)]:
file:///Users/Cecilia/Downloads/AFINIDADES%2001.pdf
- Paul Celan et Martin Heidegger: le sens d´un dialogue:
http://parolesdesjours.free.fr/dialogue.pdf
- Heidegger y la poesía. Heidegger y Hölderlin:
Heidegger ajeno a la poesía. Los años treinta, los años del nazismo, se ven
marcados en la biografía heideggeriana por los escritos sobre Hölderlin [hay varias obras], y, además, a
finales de los años cincuenta, cuando ya ha reanudado las clases y los seminarios tras el
castigo por haber colaborado con el régimen nazi, se comienza a considerar la obra de
Heidegger como una gran poesía, como una gran metáfora, algo que le era simpático al
pensador puesto que, a su juicio, pensar y poetizar se hallan muy cerca.- Paul Celan y César Vallejos, dos poetas hermanados: Universidad Nacional Autónoma de México:
No se tiene noticia de que Celan hubiera leído la poesía de César Vallejo, al que podríamos llamar, sin temor a equivocaros, uno de sus alter ego en español. Habría resultado más que interesante la reacción que Celan hubiera tomado ante la lectura del poeta peruano.
http://ru.ffyl.unam.mx/handle/10391/3884
http://ru.ffyl.unam.mx/bitstream/handle/10391/3884/08_Poligrafias_NE_02_2012_Santiago175-7.pdf?sequence=1&isAllowed=y
- Paul Celan. Obras Completas:
http://www.ecdotica.com/biblioteca/Celan,%20Paul%20-%20Obras%20Completas.pdf