«En el corazón del otoño»
Doble diamante
[1947]
Jorge Eduardo Eielson
[Lima, 1924-2006, Milán]
Jorge Eduardo Eielson, impulso creador,
un artista digno de conocer.
Editorial Norma
Este taller dorado, señora,
Si usted suelta sus cabellos,
Su corsé, sus abundantes senos,
Arderá. La Muerte vestida,
Calavera de viejo sombrero,
Con plumas de pato en la nuca,
Vendrá, si usted llora, señora,
Desnuda en el bosque, si llora.
Hermosa señora, qué viento,
Qué viejo ya el día, las flores,
La cera y el vino, sus ojos, señora.
Este taller dorado, señora, es el otoño.
Jorge Eduardo Eielson, artista plástico, escritor y poeta destacado de la llamada Generación del 50, con una amplia obra, nació el 13 de abril de 1924 en Lima.
Poesía, ensayos, novelas, artículos periodísticos, teatro, así como pintura, escultura, instalaciones, fotografía y música ocupan su actividad artística. Y dan prueba de su insaciable voracidad intelectual.
Rainer María Rilke [1875-1926] y Arthur Rimbaud [1854-1891] fueron sus modelos.
Su obra, que tuvo una gran influencia en la poesía peruana e, incluso, hispánica, se caracteriza por «la búsqueda de la pureza en la expresión, con formas que trasciendan las limitaciones de la realidad y el lenguaje»*.
En 1946 viaja a París, donde, junto a su esposa, la poetiza Blanca Varela [1926-2009], frecuenta los círculos artísticos y participa en actividades pictóricas. Traba amistad con Octavio Paz [1914-1998], a quien le dedicará el poemario Ptyx.
Expone su obra visual en museos y galerías de Europa, participando en la Bienal de Venecia en dos oportunidades.
Después de viajar por distintas ciudades de Europa, se establece en Milán, junto al artista sardo Michel Mulas.
Fallece en esta ciudad, a los 81 años, el 8 de marzo de 2006.
Artista de obra múltiple que abarcó prácticamente todos los campos de la creación. Integró a las artes y las enriqueció mutuamente. Exploración constante es un rasgo claro de su evolución.
Vivir es una obra maestra [2003], se titula uno de sus libros, y pareciera ser la frase que sintetiza a alguien que vive en el arte, así, como el arte se vive: en solitario, sin compromisos, caminando por la cuerda floja, aprendiendo, estirándose mucho para alcanzar lo que hay más allá —ignorando, en esa tensión, si hay algo.
Sigamos leyendo a Jorge Eduardo Eielson, disfrutando de su imaginación sin límites, reafirmando lo corporal, —el cuerpo, misterioso y profundo—, percibiendo en su pequeñez una grandeza que lo excede...
No tengo límites
Mi piel es una puerta abierta
Y mi cerebro una casa vacía
La punta de mis dedos toca fácilmente
El firmamento y el piso de madera
No tengo pies ni cabeza
Mis brazos y mis piernas
De un animal que estornuda
Y que no tiene límites
Si gozo somos todos que gozamos
Aunque no todos gocen
Si lloro somos todos que lloramos
Aunque no todos lloren
Si me siento en una silla
Son millares que se sientan
En su silla
Y si fumo un cigarrillo
El humo llega a las estrellas
La misma película en colores
En la misma sala oscura
Me reúne y me separa de todos
Soy uno solo como todos y como todos
Soy uno sólo
«Cuerpo multiplicado»
Hasta la próxima lectura,
Cecilia Olguin Gianelli,
Cee
Notas
- Jorge Eduardo Eielson:
1 de 5
https://www.youtube.com/watch?v=Kg-CHNlQ0TM
- Ina Salazar: La poesía ante la muerte de Dios. César Vallejo, Jorge Eduardo Eielson y Blanca Varela:
https://www.academia.edu/44718779/Ina_Salazar_La_poes%C3%ADa_ante_la_muerte_de_Dios
- Arte, palabra y gesto de Eielson. José Miguel Oviedo:
https://letraslibres.com/revista-espana/arte-palabra-y-gesto-de-eielson/
- Imágen elegida: Lady Autumn, by Lilia D, digital art.
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Conversar de libros, y de los caminos a donde ellos nos llevan, dar una opinión, contar impresiones, describir una escena, personaje favorito, nunca contarlo todo, aunque a veces, elijamos ir un poco más allá, y no está mal, no a todos les molesta.
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