Hombres sin mujeres
[2014]
Haruki Murakami
[Kioto, Japón, 1949]
En fin, también es muy denostado, tiene sus detractores. Ahora no me voy a demorar en explicar esta elección de lectura, y menos en defenderlo.
Solo digo lo que yo siento al leerlo: su prosa es envolvente, profunda, delicada, psicológica, rica en imágenes y, la habitan personajes muy bien construidos. Logra en mí una total participación. Conecta con los temas de la soledad del individuo en un mundo moderno y, muchas veces, despiadado. Lo hace con gran sabiduría y humor. Enseñándome, en espejo, que no estamos tan solos, que todo va y viene, que los bajos y altos se dan la mano, que lo real y lo onírico conviven. Conmueve.
Sin embargo, como decía antes, a pesar de todas estas cualidades, dicen que es criticado por el establishment literario japonés.
Claro, debe ser por lo influenciado que está por la cultura occidental. Esto lo diferencia de otros autores japoneses.
Gran aficionado al deporte, también nos enseña que nunca es tarde [De qué hablo cuando hablo de correr, 2007].
Nació el 12 de enero de 1949 en Kioto, ciudad en la isla de Honshu, que alguna vez fue capital de Japón. Famosa por sus templos budistas, jardines, santuarios y por sus tradiciones. Tiene 76 años. Escritor, traductor y autor de grandes novelas, ensayos y cuentos. Una gran trayectoria literaria, ha siso ampliamente traducido y ha recibido numerosos premios y distinciones. Entre ellos, Fran Kafka [2006], Jerusalén [2009], Hans Christian Andersen de Literatura [2016] y Princesa de Asturias de las Letras [2023]. Candidato al Premio Nobel de Literatura en reiteradas ocasiones.
1. Drive My Car
2. Yesterday
3. Un órgano independiente
4. Sherezade
5. Kino
6. Samsa enamorado
7. Hombres sin mujeres
(1) En «Drive My Car» ya tenemos el título de un tema de The Beatles.
La historia gira alrededor de Kafuku, un actor de teatro, viudo que, por problemas de visión no podrá conducir su querido Saab descapotable amarillo —en la película, el director Hamaguchi*, lo cambia por uno rojo, visualmente más atractivo.
La joven que va a contratar como chófer, se llama Misaki Watari.
Ellos son los personajes principales, con sus personalidades erráticas y sus mundos particulares.
Vamos sabiendo de sus vidas muy de a poco, acompañados con el suave murmullo del auto. Como siempre, Murakami no tiene prisa para dejarlos a la intemperie... nos da tiempo a los lectores a tener una visión interior de ellos.
La obra de teatro Tío Vania, de Chéjov, la música, desde Beethoven al viejo rock estadounidense, los acompaña en sus traslados. Y también sus pensamientos, llenos de preguntas no formuladas y respuestas no concedidas. Silencios.
Porque el autor, una vez más, sondea magistralmente los rincones profundos y oscuros de las personas: la incomprensión de la infidelidad, el abandono paternal, el enojo. La crisis existencial siempre ronda, son los temas, cargados de una melancolía de recuerdos enterrados que van apareciendo.
Aprender a vivir con un punto ciego, dice uno de ellos. No es fácil. Actuar ayuda —al fin y al cabo es el oficio de Kafuku. Salir de copas con «su enemigo», también. Gran tensión en esos diálogos. Imperdible el manejo … no quiero contar.
Pero, ¿en qué momento imperceptible se desvanece esa mezcla de rabia, dolor, humillación?
¿En que momento se descubre que «el rival» tiene sus puntos flacos?, y eso ¿nos consuela? O, ¿hasta qué momento nos preguntaremos «¿qué le vio?».
Escrito en tercera persona en su mayoría —hay alguna excepción. Transcurre en Hiroshima, Japón.
[*Hamaguchi, vale aclararlo, utiliza otros dos cuentos del mismo libro para completar la película: «Scherezade» y «Kino»].
(2) Yesterday [otro tema de The Beatles] es la historia de dos amigos en edad universitaria: Kitaru, quien canta su propia versión del tema e insiste en hablar en dialecto Kansai —un disparate para los ojos de Tanimura, el polo opuesto y el que cuenta la historia. Aun así son amigos, se quieren y respetan —dentro de los límites de la juventud. Tanimura está en segundo año de la Facultad de Letras y es aplicado a sus obligaciones, Kitaru es un rōñin [estudiante que no tuvo un buen examen de ingreso y se prepara, desde hace dos años, para una nueva convocatoria.]. El tema es que, en lugar de estudiar para su examen, lee libros que no tienen nada que ver con eso, y se aboca al estudio de kansai-ben.
Ambos trabajan en tiempo parcial en una cafetería, así se conocieron.
En esta historia queda de manifiesto los prejuicios según el barrio donde vives, como hablas, la educación y nivel de tu familia de origen, las relaciones sentimentales y sexuales.
Kitaru tiene una personalidad especial, a lo largo del relato vamos acercándonos a él, una persona que si se imagina un futuro preestablecido, esposa, hijos, un buen trabajo, vacaciones, obladí obladá… se preocupa. Esta posible vida sin contratiempos es muy alarmante para él.
No es gratuito que se mencione Franny y Zooey [Salinger], donde uno de los personajes se cuestiona la educación universitaria y lo intrascendente de todo lo que lo rodea.
En fin, un relato donde la inseguridad intelectual y emocional queda de manifiesto de una manera impecable. Tema insertado en una historia amena y llevadera, graciosa por momentos. Con un final inteligente.
Transcurre en Tokio, se mencionan varias zona. Contado en primera persona.
(3) Un órgano independiente es la historia del doctor Tokai, un cirujano plástico que ronda los cincuenta años. Soltero, con muchas amantes, es un bon vivant.
Acá vemos cómo es vivir [o pretender, en el sentido inglés de la palabra] con una excesiva despreocupación. Claro, que las personas [todos conocemos alguna] que así viven, no se consideran dentro de esta categoría. En el mundo torcido y retorcido en que vivimos, ellas se esfuerzan por «ajustar» su vida para sobrevivir, es decir, ser como la mayoría. Se inventan problemas, por así decirlo. Lo hacen pero no son conscientes, se creen sus propias artimañas. Hasta las sufren.
Lo que ocurre es que en algún momento un rayo de luz alumbra lo antinatural / artificial de sus vidas, y quedan al descubierto.
Este doctor, al que le tomaremos cariño, era uno de ellos. Y su historia no es simple ni mucho menos hueca. Además, super entretenida.
Conversaciones muy animadas con un escritor, que será el otro personaje y el que nos cuenta la historia.
Hay una pregunta que ronda: ¿qué demonios soy?
Si me despojaran de mi carrera, de mi trabajo, de mis habilidades, si perdiese mi estilo de vida, todo, y sin mayor explicación me arrojaran desnudo, ¿qué demonios sería?
Contado en primera persona, transcurre en Tokio.
(4) Sherezade es la historia de un hombre, Habara, que tiene que vivir confinado en su departamento y mantiene una extraña relación con una mujer que él llama Sherezade.
No la llama así delante de ella. Pero anota su nombre, en un diario que lleva, en los días que ella lo visita. No conoce su verdadero nombre, «no hay necesidad», le dice ella.
Sherezade tiene treinta y cinco años, cuatro más que Habara y, básicamente, es una mujer común, con un marido y dos hijos. Ni por asomo, físicamente, es la Sherezade que imaginamos.
Asiste a la casa de Habara dos veces por semana. Sin día fijo. Lleva libros, la compra del supermercado, guarda cada cosa en su lugar, pone orden y, una vez finalizado todo, los dos, con toda naturalidad, se dirigen al dormitorio, se desnudan, y tienen sexo.
Como se imaginarán, después de eso, llegan las historias, contadas por ella con gran habilidad y encanto. Como solía ocurrir, se hacía la hora en que Sherezade debía regresar a su hogar, y la historia quedaba inconclusa, «mi familia me espera, debo preparar la cena», decía.
Ser una lamprea es algo que surge en este relato, y tiene su significado.
Vivir, compartir con alguien en el desconocimiento total de esa persona, sin compromiso ni promesas… y sentirse, sin embargo, tan atado, profundamente atado.
La lectura de Kokoro, de Natsume Sõseki, por uno de los personajes, también tiene mucho que ver… los misterios de la amistad, porqué dos personas se unen en una relación personal e íntima.
Contada en tercera persona, transcurre en un departamento —posiblemente no dar datos precisos sea parte del argumento.
(5) Kino es una historia conmovedora, con pocos personajes, algo sombría. Se desarrolla en una atmósfera tranquila, con jazz de fondo. Un bar en un barrio tranquilo de Tokio.
La trama avanza lentamente, con una narrativa sencilla. Sin embargo, sentimos cierta tensión.
Contada en tercera persona, solo conocemos los pensamientos de Kino, una persona de mediana edad, solitaria, dueño de un bar con su nombre, y recientemente divorciado. Su única afición siempre había sido escuchar jazz clásico en formato analógico —que nadie de su entorno compartía—. Ha sufrido un trauma emocional y se nos presenta como alguien conformista, a primera vista.
Los otros personajes son: Kamita, el cliente asiduo que se sienta siempre en el mismo sitio del bar, con un libro bajo el brazo, una tía, con la que Kino siempre había tenido una extraña conexión mutua; una gata callejera de pelaje gris que, por alguna razón, prefería entrar y salir por la puerta principal, como las personas; los agresivos, el Grandulón y Coletas; la mujer que visita el bar, lánguida en su manera de hablar y ademanes, con semblante un tanto impenetrable, y el gato.
Casi al final, aparecerán las serpientes. Todo va adquiriendo un significado. Y los distintos puntos de esta historia se conectarán entre sí.
Reconciliar sentimientos de historias pasadas y no quedar cercado por ellas no es fácil...«Algunos recuerdos personales esperan calladamente a que la marea suba, como algas enredadas en una estaca clavada en la orilla. Si se pudiesen cortar, de algunos pensamientos manaría sangre roja».
Un giro en la historia y, lo sombrío o sobrenatural que habíamos percibido en algún punto invisible, aparece, algo se pone en marcha: «Sí, tengo una herida, y muy profunda».
¿El mundo?
El mundo sigue su curso.
Lectura con una atracción hipnótica, con escenas sensuales, sexuales y eróticas, y el mejor jazz, como el Yesterdays de Art Tatum. Esos temas con técnicas sólidas y acordes simples, «el sobrio deleite de tocar por tocar de esos músicos con su optimismo extraordinario... esa clase de música que ha dejado de existir».
(6) Samsa enamorado, y su homenaje a Kafka. Comienza cuando el protagonista, llamémosle X, se despierta desnudo en un lugar que no conoce. No como era, sino, para su sorpresa e incomprensión, metamorfoseado en Gregor Samsa. De alguna manera supo que ese sería su nombre.
Murakami invierte la situación de la famosa novela. Y, como sucede en La metamorfosis [1915], la historia está narrada en tercera persona por un narrador externo con el mismo punto de vista del protagonista.
Esa primera situación sucede en una habitación completamente despojada de muebles, solo la cama sin sábanas y una ventana tapiada con tablas de madera. Y todo el relato tiene lugar en esa casa con cuatro cuartos, en Praga.
La casa también está misteriosamente vacía. La mesa puesta con platos y comida, cinco sillas, pero nadie. Todos han desaparecido, ¿huido?, o ¿los han venido a buscar?, ya que el ambiente exterior nos habla de un clima beligerante.
Mientras tanto, Gregor Samsa debe acostumbrarse a su nuevo cuerpo, a saber cómo vestirlo, a pensar sin que se le nuble la mente, a calmar su hambre distinguiendo los sabores.
Alguien toca el timbre, también debe aprender de otros cuerpos y, a sus treinta años, acerca de la atracción y sus manifestaciones: los misterios del mundo.
(7) Llegamos al último, el que le da título al libro, Hombres sin mujeres. Esta historia, contada en primera persona, comienza con un llamado a la madrugada. Tokio. Alguien, una voz de hombre desconocida le dice a … que su mujer ha muerto, se ha suicidado, «pensé que debía comunicárselo», le dice.
Ante la incomprensión de este llamado, … comienza a sondear su pasado, tres mujeres, tres amantes con el mismo destino.
A esta última, en este sondeo, la llama M. De su relación, comenzada en un pasado lejano, escolar de catorce años, vamos sabiendo de a poco. También él lo va descubriendo, en su recobrar momentos, modificados por el propio gusto. Fragmentos de encuentros y desencuentros. Aunque M desapareciera de su vida, siempre estaba.
El tiempo había pasado, él y M siguieron con sus propias vidas, aparentemente. Y ahora, ella había muerto. Y él se sintió el hombre más solo del planeta.
*
Espero que hayan disfrutado de este comentario y lean el libro, nada se compara con leer estas historias completas.
Hasta la próxima lectura,
Cecilia Olguin Gianelli
Notas
- Haruki Murakami: [Kyoto, Japón el 19 de enero de 1949]. Es uno de los pocos autores japoneses que ha dado el salto de escritor de culto a autor de prestigio y grandes ventas tanto en su país como en el exterior.
Vivió la mayor parte de su juventud en Kōbe. Su padre era hijo de un sacerdote budista. Su madre, hija de un comerciante de Osaka. Ambos enseñaban literatura japonesa.
Estudió literatura y teatro griegos en la Universidad de Waseda [Soudai], en donde conoció a su esposa, Yoko. Su primer trabajo fue en una tienda de discos. Antes de terminar sus estudios, Murakami abrió el bar de jazz Peter Cat en Tokio, que funcionó entre 1974 y 1982.
En 1986, con el enorme éxito de su novela Norwegian Wood, abandonó Japón para vivir en Europa y América, pero regresó a Japón en 1995 tras el terremoto de Kōbe, donde pasó su infancia, y el ataque de gas sarín que la secta Aum Shinriky o [« La Verdad Suprema»] perpetró en el metro de Tokio. Más tarde Murakami escribiría sobre ambos sucesos.
La ficción de Murakami, que a menudo es tachada de literatura pop por las autoridades literarias japonesas, es humorística y surrealista, y al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia de amor en un modo que conmueve a lectores tanto orientales como occidentales. Dibuja un mundo de oscilaciones permanentes, entre lo real y lo onírico, entre el gozo y la obscuridad, que ha seducido a Occidente. Cabe destacar la influencia de los autores que ha traducido, como Raymond Carver, F. Scott Fitzgerald o John Irving, a los que considera sus maestros. Es un defensor de la cultura popular. Le encantan las series de televisión, las películas de terror, las novelas de detectives, la ropa sport, las canciones pop…, y a que todo ello le sirva como nexo con los lectores. Muchas de sus novelas tienen además temas y títulos referidos a una canción en particular, como Dance, Dance, Dance (The Dells), Norwegian Wood (The Beatles), entre otras. Murakami, también es un aguerrido corredor y triatleta. Sale a practicar todos los días, lo cual lo conserva en muy buena forma para su edad. A pesar de que comenzó a correr a una edad relativamente tardía [33 años] y a ha completado varios maratones. Mientras la gente va a Hawai de vacaciones, él va a correr y a trabajar.