martes, 25 de febrero de 2014

Monógamo, Arnon Grunberg



Monógamo

(Monogaam)

Arnon Grunberg

(Amsterdam, 1971)

 

Tusquets Editores, Colección Andanzas (foto personal)
 Traducido del neerlandés: Catalina Ginard Féron
                                                              



DICIENDO LA VERDAD

Dicen que hay dos verdades: la verdad llana, rasa sin techo ni resguardo, y la verdad a medias. Esa que es más romántica, más creíble, ofrece más consuelo, está bien vista ante las visitas.

Me imagino que ante tremendo epígrafe ya habrán elegido cual prefieren. Pero acá no se tratat de que nosotros los lectores, elijamos. Al menos, no por ahora.

El que parece que sí elige, es el protagonista-narrador de esta novela corta (98 páginas, podría catalogarla también de ensayo o relato). El joven Marek van del Jagt, alter ego de Arnon Grunberg elige aquella verdad que necesitamos "para que la vida sea soportable".

Y aunque esto parezca una una conclusión, no lo es. Tampoco se apura Marek aunque tenga pocas páginasa. Primero las hipótesis y la exploración. 
Las explicaciones prematuras suelen ser erróneas, resultan ser una cortina de humo para nuestras observaciones. Eso explica el fracaso de tanta psicoterapia, opina no solo Marek.

Una verdad absoluta (y pareciera que no hay otra en los dictámenes morales con los que nos vemos obligados a convivir) nos dice que "el amor verdadero es siempre uno".

En esa búsqueda quedarán los que no pudieron con la palabra "uno":

_Cometí un error, me arrepiento, me he equivocado, perdonadme.

El cuento de siempre.

¡Pobres adúlteros! quizá no les avisaron que esa búsqueda implicaba un sacrificio, grande. Sucumbir ante "quince amores verdaderos, o al menos tres", implica castigos, desde ya desiguales para hombres y mujeres.  

Quizá los hombres tengan más miedo de una mujer adúltera que las mujeres de un hombre adúltero, y seguramente a esos hombres no les falten motivos.

Bajo el rótulo de "verdadero", nota Marek que se ubica: la protección, el dinero, la posición social, el poder. La belleza pronto decaerá. El placer hay que alimentarlo, ineludiblemente, ¡qué extraña paradoja estas dos palabras juntas! 
El sexo, con el verdadero amor, ¡oh!. Nadie habla, menos denuncia a los que se animan a "trepar al otro lado" (lease cometen infidelidad). Es que ellos son "los intocables". En cambio, pobres "los temerarios", ellos sí que son castigados apenas rompen el tabú.  
En estas reflexiones se concentra nuestro joven escritor, que por supuesto prefiere pertenecer al grupo de "los intocables", aunque reconozca que por ahora, esa etiqueta le queda grande. 

Con un egotismo propio de Stendhal y siguiendo mandatos parentales, ... se suponía que debía convertirse en un intelectual:_Anda, ve a reflexionar_le decían los padres. Así se larga a su proyecto de estudiarse en las cuestiones del amor y el sexo.

Escrito en primera persona, con un tono entre ácido y burlón con algo de humor en algunos pasajes, el irónico Marek, también escritor, nos confiesa sin escrúpulos que lo que lo movilizó a escribir, fue ni más ni menos que su gusto por el poder, por dominar. 

Y para dominar hay que conocer. "El escritor es ante todo alguien que observa e investiga al mundo, y a sí mismo." El mejor de todos los materiales es él mismo", y está dispuesto a "abrirse como una ostra" aunque ninguna perla encuentre dentro. 

No será un fácil cometido. Hará falta desencariñarse de la propia persona, desapasionarse, mirarse sin condescendencia pero tampoco con la diatriba lista como arma autoinflingida. 

El conocimiento de sí mismo y la monogamia, tema central de este libro, ha meritado mucha literatura y estudios psicológicos.

Freud: La civilización es una cuestión de reprimir nuestros instintos.
Así será: "Cuantos más instintos reprimamos, más civilizados seremos".

En su soledad, Marek sabe que no está solo. No se sentía único. Como todo el mundo necesitaba cariño, entonces, se dedicó a fingir. A inventarse un Marek al que sería imposible no querer.

Ustedes se preguntarán a estas alturas, qué tiene que ver esto último con "la verdad" a la que aludía al principio. Justamente, no apurarse, tiene que ver con la curiosidad.
Con querer saber quién era el verdadero, el odiado Marek. Ese a quien nadie podría ni querría amar. 
Él quiso conocerlo. En secreto ... pues el mundo castiga estas cuestiones. "Para el mundo exterior seguiría siendo el joven amable, bien educado y tierno al que llevaba ya un tiempo interpretando."

Así empezó su primera doble vida, con sus minuciosas anotaciones en un primer dietario al que le siguieron varios más. Resultó ser un autoanálisis con resultados que envidiarían muchos psiquiatras vieneses. Esta es la crónica que nos ofrece.

Comienza con la observación y experimentación de él en un pequeño grupo familiar (el suyo, es lo que tiene a mano), allí encuentra todas las flojeras del mundo y allí descubre su gusto por "dominar".
Muy logrados los pasajes referidos a estos "experimentos" familiares. ¡Toda la ironía y agudeza a nuestro servicio!

Más tarde irá ampliando el campo de exploración. Bajo la influencia de sus autores preferidos y libros de cabecera, De l´Amour, de Stendhal, y su Don Juan en Los Cenci. De la obra de teatro Lulú, de Wedekind, él quería ser "Lulú", personaje que nunca pasa de moda y se renueva cada vez. Luego pasa a leer La caída, de Camus. Nuestro protagonista aquí quiere diferenciarse mas que parecerse, hacer lo que Jean-Baptiste no pudo. Y de allí, sin escalas, al  Adolphe de Benjamin Constant. Ya era hora de dejar el instinto devorador de Lulú, y tomar a Eleonora como modelo, "sus palabras serían su oración". En el colmo de la metamorfosis, se materializa cuando invoca al libro más temido del canon bíblico, hablo de El libro de las Revelaciones.
El último libro al que alude, y les aseguro que esto sí fue un viaje (además de intertextualidad), es Los derechos del deseo, del escritor sudafricano André Brink.
Cada una sus lecturas (muy bien elegidas) nos va ubicando en que estadio se encuantra Marek.

La influencia del cine no está tampoco ajena de este espíritu peculiar y rebelde: con  L´Homme qui aimait les femmes, de François Truffaut, la inspiración viene por el lado de Morane, este hombre fascinado con las piernas de las mujeres, ¡era capaz de viajar a otra ciudad solo para volver a ver algo que lo había cautivado!, siempre en permanente conquista. Y no podía faltar l´universo femminile del grande Fellini, ¡il creatore delle femmine!. También para él le donne conformaban su fantasía y su universo.

No está mal esta idea de ponernos bajo observación, desarrollando sistemas más agudos que los del  ojo del observador común. Aunque estos sistemas de Marek ... nos puedan parecer perversos, crueles y manipuladores. 

"Muchas cosas en nuestra civilización están un poco pervertidas", dijo el propio Grunberg en una entrevista.
El afecto y el odio, el interés y la indiferencia, el sometimiento y la sumisión, la manipulación y el abandono, la humillación si es pública o si es secreta, la adulación al carente de valor, ¡Oh, vanidad cuánto te debo!  ... reacciones reflejas con relación al otro, pequeñas hipocrecías, mentiras inofensivas, son dualidades que irán apareciendo en un contrapunto de conductas, desnudándolas con palabras precisas. Un lenguaje sumamente limpio, claro y riguroso, sin embargo, logra Grunberg, un estilo joven y fluído de estos tiempos.

La historia transcurre mayormente en Viena y una pequeña parte en París, aunque los espacios físicos que enmarcan esta novela psicológica no tienen una presencia destacable. Son lugares que marcan los procesos de pensamiento del protagonista, yendo de la casa paterna a otros espacios que lo sacan al mundo, pero conservando siempre la característica de insignificante, segundo plano. 
Lo que sí importa que es el mundo de las mujeres donde se mueve Marek, esos ámbitos donde los hombres no tenían casi acceso.

En cuanto a la época, sí da una fecha precisa al decirnos: "Dede 1984_cuando tenía diecisiete años y estudiaba ..." . Calculamos que estará entre los treinta y cuarenta años.


Una edad parecida a la de Arnon Grunberg, escritor holandés multipremiado y al que tuve oportunidad de escuchar, presentando su otro libro, El refugiado, en una divertida y amena charla sobre el amor, la vida y su interesante obra.



"Exploro la realidad antes de escribir", Arnon Grunberg



Lo suelen comparar con Milan Kundera, y debo confesar que el Tomás, de La insoportable levedad de ser, un hombre mujeriego, que cuestiona sentimientos y deciciones que tenga que ver con la pareja, que se desapega del mundo profesional y del trabajo comprometido para tener esa libertad de acción necesaria para él, me recordó mucho a Marek. Ambos juegan su juego, con cierta dosis de invisibilidad, necesaria para la felicidad. 
Y tanto la Teresa de Kundera como la maestra de párvulos de Marek, tienen esa relación de enemistad con el propio cuerpo y la exteriorización: de aburrimiento y falta de placer. En cambio Lulú ...
Bueno, sí, luego aparecerá "la bestia llamada Amor", pero eso no se los voy a contar.

La gran diferencia que encuentro con Kundera, es la manera en que nos muestra la cara oscura del ser humano. Oscura pero no tan oscura, diría. Sería lo contrario a pour la gallerie. Y esto no quiere decir que recurra a un lenguaje extremadamente coloquial y grosero, cómodo y de poca rigurosidad, que veo usan muchos escritores jóvenes en la actualidad. 

Él se reconoce dentro de una tradición realista no perdiendo de vista al ser humano como punto de interés supremo. Tampoco descuida lenguaje y estilo, insisto.
 
Cuando finalicemos esta crónica, sabremos si nuestro protagonista está en el grupo de los "intocables" o en el de los "temerarios". Si lo que se reprime acaso desaparece, o por el contrario, se sublima. Si la pregunta "debemos alejarnos de ..." tiene "una" respuesta, una verdadera respuesta. Sabremos de su "experimento" de dominio y conoceremos a los que resisten. ¿Es el dominador que creía ser? No es fácil dominar a los súbditos, sobre todo cuando estos "ni siquiera se toman el trabajo de rebelarse", (¡ja!). Por último, ser un Don Juan no es para cualquiera. Puesto que la clandestinidad es una conditio sine qua non, tiene que soportar el embaucador la doble vida.

Iremos viendo que el primer planteamiento de "las dos verdades" multiplica su valor, ha tomado un rasgo progresivo, como si una verdad nos llevara irremediablemente a otra y así, el laberinto de dudas aparece.

Dudas que nos harán aprobar o no que una vida aparentemente "minúscula" tenga una personalidad tan egotista, ¿la compensa de esta manera?.
También que una manera enamorada de mirar, "cristalice" hacia un amor stendhaliano, mejorando lo real, lo que hay, como dicen ahora: _"Es lo que hay"_ mejor aderecemos.

Por último pensaremos en esto de proponernos matrices que den forma a un estilo de vida y manera de pensar, porque cuando los sentimientos están en juego, corremos el riesgo de caer en nuestra propia trama y que todo se nos vuelva en contra, que no nos guste lo que encontremos.
Un juego peligroso el de los Mareks, me hizo acordar a un poema* de Pessoa, a sus conceptos de  desaparecer para ser visto por otra mirada, concebir la propia vida como teatro ... las máscaras ...
Puede que el "falso" Marek descubra al verdadero. Entonces la ficción habrá cumplido su cometido.

Reflexionaremos, en definitiva, sobre estos aspectos decicivos del bonheur, de la felicidad a la que todos, no solo Marek, aspiramos.

C. G.



Recomendación: Recomiendo este libro, sobre todo a esos hombres que dudan, temen al compromiso sentimental, a los muchos que prefieren el medio mundo femenino, las féminas. A todos los que deseen disfrutar de una lectura aguda, inteligente, con un punto de vista original sobre un tema que nos incumbe y nos incluye.


Mis notas/ información complementaria:


-Párrafo elegido:

"Alguien que se inventa a sí mismo, que tiene que inventarse a sí mismo, no tiene pasado. Se encuentra a sí mismo detrás de una piedra, no viene de ninguna parte ni va a ninguna parte, lo que le ata al mundo es un detalle pequeño y práctico: necesita al mundo para mostrarle su descubrimiento, pues al fin y al cabo lo ha descubierto para el mundo. 
Y esto es lo que une al conquistador con el conquistado. Se inventan a sí mismos, para el otro."
Pág. 74



- Poema Tabaquería (extracto), Álvaro Campos, heterónimo de F. Pessoa

cuando quise arrancarme la máscara,
la tenía pegada a la cara
cuando la arranqué y me vi en el espejo
estaba desfigurado


 

-Arnon Grunberg: (Amsterdam, 1971) Escritor de talento, ya consagrado y respaldado por importantes premios y sus lectores. Su primer libro lo publicó a los veintitrés años: Lunes azules, y saltó a la fama. Fue el inicio de una carrera productiva, diversa y exitosa. Además de novelas y obras de teatro, también escribe artículos y ensayos. 
Bajo el seudónimo de Marek van der Jagt (el mismo nombre usado para el protagonista de esta novela, Monógamo) escribe en el 2000: Cómo me quedé calvo, y gana, por segunda vez, el Premio al Mejor Debut Literario de los Países Bajos. Premio que ya había ganado en 1994 con Lunes azules, firmado con su verdadero nombre. Cuando salió a la luz la identedidad del autor, causó una gran conmoción, y hubo mucha publicidad alrededor de tal curiosidad.
 El mesías judío fue una novela publicada en el 2004 y El refugiado en el 2008. 

En su obra, Grunberg no elude los temas tabúes ni teorizar sobre las convenciones sociales y culturales. Con sus ironías, hace que el lector se ría, y también se horrorice.
En el 2010 recibió el prestigioso premio holandés "Constantijn Huygens Prize", por su obra publicada. Es el autor más joven que haya ganado un premio por la totalidad de su obra. Ha sido traducido a 21 idiomas.

Vive en Nueva York y Dublin. Viaja a distintos lugares del mundo, escribiendo artículos periodísticos, presentando sus libros y dando interesantes reportajes. En la Argentina, participó el año pasado (2013) del Café Amsterdam en la Feria del Libro.
Ama nuestro país, tal es así que su cumpleaños número cuarenta lo vino a festejar a Salta, cuando todavía no era tan conocido fuera de Europa.

"No me interesa construir la imagen de una escritor en su torre, me interesa ser parte de la sociedad en la que vivo, promover el debate, por eso me interesa el periodismo, no quiero una actitud estética que considero falsa e insostenible. Pero la escritura de mis novelas es más importante para mí; uno de los objetivos es que el lector no sea el mismo después de la lectura; tal vez sea muy ambicioso pero creo que eso es fundamental a la hora de escribir."
Lo logra.


mi visita al Café Amsterdam, Feria del Libro Buenos Aires, abril del 2013 (foto personal)
 Holanda, país invitado


el Café Amsterdam fue un excelente lugar de encuentro entre escritores y lectores (foto personal)


los escritores neerlandeses: Arnon Grunberg, Gerbrand Bakker, Herman Koch y Anne Vegter en la 39 ma edición de la Feria de Libro, abril del 2013, Buenos Aires, Argentina

- Website de Arnon Grunberg: http://www.arnongrunberg.com/about

-Blog:  http://www.arnongrunberg.com/blog

- en Facebook: https://www.facebook.com/arnongrunberg?fref=ts













lunes, 17 de febrero de 2014

Sándor Márai, La mujer justa, a partir de una charla




A partir de una charla con una amiga que estaba terminando de leer La mujer justa, de Sándor Márai, surgió este recuerdo.
Yo la había leído ya hacía un tiempo, y me gustó eso de ver a los personajes a la distancia. Recordar la capacidad del autor para planificar una historia que nos llega a través de la confidencia que los tres protagonistas hacen a una amiga, a un amigo y a un amante respectivamente. Luego pensar en quién fue este gran escritor.

Ciertas historias merecen un tiempo de maduración.
Volver brevemente sobre las vidas de Marika,  Peter y Judith, reafirmar la solvencia del autor, es lo que comparto.




Sándor Márai

(Hungría, 1900-Estados Unidos, 1989) 

 

 




"Uno también construye lo que ocurre. Lo construye, lo invoca, no deja escapar lo que tiene que ocurrir. Así es el hombre. Obra así incluso sabiendo o sintiendo desde el principio, desde el primer
instante, que lo que hace es algo fatal. Es como si se mantuviera unido a su destino, como si se llamaran y se crearan mutuamente. No es verdad que la fatalidad llegue ciega a nuestra vida, no. La fatalidad entra por la puerta que nosotros mismos hemos abierto, invitándola a pasar."

S. Márai, El último encuentro



Cuando hemos leído uno o varios libros de este escritor húngaro nacido en el 1900 (fecha compartida con nuestro Roberto Arlt (madre también húngara) y con el autor de ... le livre le plus lu dans le monde, hablo del francés Antoine de Saint-Exupéry, sabemos de la virtud de su prosa, de la fuerza de sus pensamientos elevados y de una de las sensibilidades más finas y despiadas de mirar y mirarnos.

Nadie debería perderse los libros de este escritor y periodista nacido en Kassa, un 11 de abril. Ciudad que hoy ya no pertenece al Reino de Hungría, poderoso Imperio Austrohúngaro* (el mismo de Rilke, Kafka, Zweig), sino a Eslovaquia.


El Reino de Hungría existió en la Europa Central desde 1000 hasta 1919. Junto con los Reinos de Inglaterra, Francia, Polonia, España y el Sacro Imperio Romano Germánico, fueron las potencias europeas de la Baja Edad Media y parte de la Época Moderna






Si me detengo en los lugares políticos-geográficos es porque ellos están presentes en la obra de Márai, intelectual burgués y humanista que huyendo del comunismo, abandonó su país, Hungría, en 1948.
Después de haber perdido Kassa, su adorada ciudad natal (en 1921 dejó de pertenecer a Hungría), su biblioteca de más de seis mil libros, su casa de Budapest incendiada, bombardeada en la Segunda Guerra. Ante la llegada de la dictadura comunista (había prohibido la publicación de su obra mientras durara este régimen), tenía que buscarse un lugar donde pudiese escribir con libertad.
Como sobreviviente de regiones destruídas, se instaló en Italia un tiempo, y definitivamente en Estados Unidos (1952).

En 1956 tiene lugar la Revolución Húngara*, este acontecimiento conmueve profundamente a Márai, y escribe su poema Ángel del cielo* (el título del poema son las primeras palabras de la famosa canción que la gente canta cuando enciende las velas del árbol de Navidad).

En ese momento los poetas no callaban. Ahora "los poetas están callados, retirados a su mundo, porque la democracia no es un campo fértil para la poesía política", dice la traductora Vera Székács.



Es importante pues que nos ubiquemos en época, sociedad y costumbres que rodearon al autor de los
inolvidables: El último encuentro, La amante de Bolzano, Confesiones de un burgués, La mujer justa, La hermana, La extraña, La gaviota y tantos otros.


  He escuchado por ahí comentarios de que es "un poco deprimente", "triste", "los personajes parecieran cambiar una existencia miserable por una ... felicidad pasable", y muchos más en este tono.
Puede ser. Pero no es sólo eso.
Para leerlo tenemos que desprendernos de toda ingenuidad.
Hay que leer la historia. Hay que ver la desilución, la tristeza, los cambios sociales-políticos. Es con la historia de sus personajes que debemos armar la trama.
Es la historia y son las personas con su grado de responsabilidad en sus propias vidas. Es la esencia de cada uno de los personajes con sus elecciones, soledades y desamparos.

   Con esta concepción integrada es como abordo las novelas de Márai, cultivándolas crecen con las relecturas.

"Algunos quieren un texto (un arte, una pintura) sin sombra ... ; esto es querer un texto sin fecundidad, sin productividad, un texto estéril." dice R. Barthes en El placer del texto.

  No es una mirada excéptica lo que despierta en mí. Al contrario. Es la posibilidad de huir de ideales inculcados que no existen e ilusiones que nos vamos inventando. De enfrentar "lo real", lo que nadie pronostica ni te advierte.
 Pero, dejemos de echar culpas, recordemos las palabras de Márai: "Uno también construye lo que ocurre ... "


*     *     *


Por suerte todavía no leí todos sus libros. Me aguarda ese enorme placer. También de la relectura, como ahora, que una amiga me contaba con entusiasmo pasajes de La mujer justa
Entonces, vuelven las escenas. No, no hablo de la obra de teatro*, hablo de una lectura que dejó imágenes imborrables.

Veo a una Budapest* de los años cuarenta (Segunda Guerra Mundial), charlamos de esa cinta violeta encontrada por azar (símbolo de gran intensidad), comparamos a Marika y a Judith. Imposible hacerlo, son dos mundos. Como es diferente el del enigmático Peter, el marido. Ellos conforman los tres monólogos de la novela. Son sus voces, sus sentimientos y percepciones lo que recibimos: mucho más que sus historias de amor.

Contada en primera persona (como otras novelas de Márai), narrador omnisciente que da la palabra a los protagonistas. Estos cambios en el nivel narrativo nos causa, a veces, una sorpresa, y nos mantiene muy comprometidos con su argumento.

Ahora, a años de haberla leído, pienso en el encuentro que tuvieron Judith y Peter tantos años después. Todo sucede en un puente de Budapest, un día gris  ...





Él ya no es el señor adinerado ni vive rodeado de comodidades. Pero, en cierta medida sigue siendo un burgués. Ella ya no es la mucama, tampoco su esposa. Ahora es su historia, creo que lo fue siempre, el lugar donde creció, la tierra que pisaron sus pies pobres y es el hambre, el miedo y el rencor.

Vale la pena releerlo. Es una novela para leer sin prisas, para ir dibujando esos perfiles psicológicos y esas realidades sociales dentro de un momento histórico determinado.

Son personas que construyen lo que les ocurre (como dice la frase ya nombrada por tercera vez), también son su origen y su fatalidad
Cabe aclarar que "la fatalidad" para Márai, no viene desde afuera la mayoría de las veces, sino del carácter y de la personalidad del individuo.

Estos dos aspectos que señala el párrafo de Sándor Márai: lo irremediable, esa fuerza desconocida que llamamos destino y la voluntad, pura decisión de abrir o cerrar la puerta, los dos aspectos viven en una desigual competencia. 
 "Una decisión de peso va unida a la voz  del Destino".*

Esta no es una reseña formal de la novela, es simplemente un recuerdo, un comentario de un escritor y una novela que mi amiga María está terminando de leer. Márai tiene ese efecto, como dicen los franceses: èvoque-provoque.
 
Y así quedamos, estimulados a nuevas miradas a tal diversidad de relaciones humanas y sus vínculos, reviviendo historias magistralmente narradas, con un lenguaje de gran riqueza, pero cuidadosamente liviano, nada complicado o difícil. 

Vamos aprendiendo, una vez más, como cada persona, aún conformando un grupo íntimo, compartiendo el mismo tiempo y lugar en una etapa de la vida, vive una historia diferente.

¿Buscar la mujer justa? ¿el hombre perfecto? ¿existe? ¿confiamos en el mito griego y buscamos "el medio, la fracción" que nos complementaría ?

Quizá venga bien recordar las palabras de Tomás en La insoportable levedad del ser, de Milán Kundera, que por supuesto no pretendo sea "la respuesta".

"El hombre nunca puede saber qué debe querer porque vive sólo una vida y no tiene manera de compararla con vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores.
¿Es mejor estar con X o ... quedarse solo?
No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como un actor que representa una obra sin ningún tipo de ensayo."

 Los amantes, sin saberlo, se mueven constantemente en ese deseo de plenitud, de encontar ese todo originario. Cada uno de nosotros tiene en algún lugar del mundo a su mitad, con la que alguna vez formó un solo cuerpo.

En la novela de Kundera, la mitad de Tomás era la muchacha que había soñado.
Entonces ... ¿qué hace? en lugar de esa muchacha de los sueños, le llega Teresa, y está con ella. 
¿Qué sucedería si esa otra mujer apareciera? la otra mitad de sí mismo. ¿con quién se queda?
Puede elegir la "mujer perfecta", "la mujer justa", sin embargo podría elegir a la otra, entonces toda teoría se desmorona.

El primer ensayo es la vida misma. Para seguir pensando sobre "la otra mitad", "nuestra otra mitad".*


C. G.


Mis notas:


-Judit Xantus: filológa, gran divulgadora de la literatura húngara. Graduada en Filología Hispánica, especializada en traducción literaria. A ella se deben las traducciones de la obras de Sándor Márai, de Péter Esterházy y también del Premio Nobel de Literatura 2002, Imre Kertész ( Sin destino).


-Erno Zeltner: autor del libro Sándor Márai, una vida en imágenes. Detalles de la vida del escritor, frente a su deliberado hermetismo en todo lo relacionado a su vida privada. Complementa con fotografías.


- Actualmente lo que fue el Imperio Austrohúngaro se divide en trece estados europeos: las naciones de Austria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina y las regiones de Voivodina en Serbia, Bocas de Kotor en Montenegro, Trentino – Alto y Trieste en Italia, Transilvania y parte del Bánato en Rumanía, Galicia en Polonia y Rutenia (región Subcarpática en Ucrania).


-Revolución Húngara: En 1945, después de la Segunda Guera Mundial, Hungría pasó a formar parte de los territorios ocupados por la Unión Soviética. Cuatro años después el inestable equilibrio político del país quedó definitivamente alterado cuando los comunistas se adueñaron completamente del poder, bajo la dirección de Mátyás Rákosi y el obvio respaldo de Moscú.

Luedo de siete largos años de rígida dictadura comunista, en octubre de 1956 una manifestación estudiantil encendió la mecha de lo que sería una de las rebeliones más sangrientas de la historia.

Stalin había muerto tres años antes, y en marzo de ese mismo año de 1956 Nikita Khrushev había pronunciado su famoso discurso (ante el Congreso del P. C.), criticando al otrora hombre fuerte de URSS. Así se despertaron expectativas de una apertura del régimen hacia formas menos dictatoriales.

Se había iniciado la "desestalinización" del comunismo soviético. La represión comenzaba a debilitarse en Rusia. Llegaba el momento en que la presión que URSS ejercía sobre Europa Oriental debía empezar a aligerarse. Así lo sentían los líderes comunistas de los países satélites: Polonia, Hungría.

Hungría, un país de frecuentes revoluciones, fue el segundo "satélite" en revelarse. 
La Revolución Húngara de 1956 comenzó espontáneamente como corolario de la apertura polaca, y desatada y en buena medida conducida por estudiantes e intelectuales.

Los soviéticos, que habían mantenido el control sobre Polonia, temieron perderlo con el pueblo húngaro. En consecuencia, mandaron sus tanques y literalmente ahogaron la revolución en sangre.
A pesar de la inferioridad de condiciones, los revolucionarios húngaros, pelearon con un valor y una determinación que sorprendió al mundo.
A un mundo al que pidieron ayuda, desesperadamente. Ayuda a ese "Mundo Libre" que los habían alentado (con transmisiones radiales desde Munich). 
Ese mundo consideró más importante virar ahora hacia el conflicto del Medio Oriente. Fue cuando Israel, Francia e Inglaterra atacaron Egipto, a finales de octubre de 1956. Abandonaron a Hungría a su propia suerte.
La batalla estaba perdida. Tuvieron que esperar 33 años para que Hungría recuperara su libertad.

Con la perspectiva del tiempo, hoy se cree sin embargo, que la Revolución Húngara no fue en vano. 
Fue una derrota gloriosa. Constituyó la primera fisura seria en el sistema comunista. 
Habría que esperar a la otra revolución, la de octubre en Rusia, encabezada por Lenin y Trotski, cuyo colapso definitivo comienza en noviembre de 1989 con la destrucción del Muro de Berlín






-Poema:


Ángel del cielo

( Mennyből az angyal)
                                    

Ángel del cielo, vé de prisa
a Budapest frío y tiznado.
Allí donde entre tanques rusos
las campanas se silenciaron.
Donde la Navidad no brilla,
ni hay dorado sobre los árboles.
Sólo hambre, hielo, escalofrío.
Dilo de modo que comprendan
en voz alta desde la noche:
el milagro anúnciales, Ángel.

Haz susurrar veloz tus alas,
vuela a prisa que ellos te esperan.
No les vayas a hablar del mundo
donde ahora hay velas prendidas,
tibias casas y mesas puestas,
cura y sermón de frases bellas,
papel crujiente de regalos, 
palabras sabias, deseos buenos,
y en el árbol brillan centellas.
Háblales, Ángel, del milagro.

Diles del milagro del mundo:
el árbol de un pueblo que sufre
en la Noche de Paz ha ardido, 
y ahora muchos se persignan, 
lo miran las gentes del mundo, 
unos comprenden y otros no, 
les queda grande y cabecean,
rezan o miran espantados.
En el árbol no cuelgan dulces,
sino Hungría, Cristo de pueblos.

Y ante ella hay muchos que pasan:
el soldado que hirió su pecho,
el fariseo que la vendiera,
el que la negó las tres veces,
el que se ha lavado las manos,
el que al darla en treinta monedas
la humilló, la golpeó, la hiriera: 
y comió de su cuerpo y sangre
muchos, lelos, paran a verla,
pero a hablar no se atreve nadie.

Tampoco ella habla ya ni acusa.
Como Cristo de la cruz mira.
Qué árbol de Navidad tan raro
que trajera el Ángel o el Diablo. 
Y quienes se juegan su manto,
no saben lo que están haciendo,
sólo huelen, gimen, sospechan
el gran secreto de esta noche,
pues está en este extraño árbol
el pueblo húngaro colgado.

Y comenta el mundo el milagro,
los curas hablan de coraje,
un estadista da el responso.
El Santo Padre lo bendice.
Y los pueblos de toda especie
preguntan a qué todo esto.
¿Por qué no se ha acabado Hungría
como ellos lo demandaban?
¿Por qué se partió en dos el cielo,
cuando un pueblo dijo: Ya basta?

Tántos hay que no entienden esto.
¿Qué creció aquí como un océano?
¿Por qué tembló el orden del mundo?
Gritó un pueblo, y luego el silencio.
¿Qué pasó? se preguntan muchos.
¿Quién dio esta ley de sangre y huesos?
Y otros más preguntan, preguntan,
balbuceando pues no comprenden,
los que han sido sus herederos.
¿La libertad es tan preciosa? 

Ángel del cielo, da la nueva:
siempre dará vida la sangre.
Ellos antes ya se encontraron
(El pastor, el asno y el Niño)
en las pajas, junto al pesebre,
al partir la vida a un viviente,
ellos cuidan hoy del Milagro,
montando guardia con su aliento:
arde una estrella, brota el alba.
Díselos todo, Ángel del cielo.

Sándor Márai, Nueva York, 1956



Este poema, como Dándole lustre a Octubre, de György Gömöri, nacieron en la emigración, y son un hermoso gesto poético para defender la verdad frente a la mentira.
El gobierno de Kádár rebautizó la Revolución llamándola "Contrarrevolución". Decir la palabra "Revolución" arriesgaba la vida de los que se atrevían, sus trabajos o la libertad. Fueron treinta años de mentiras, de ensuciar esta palabra y de criminalizarla.




-Obra de teatro: En Buenos Aires, Argentina: Graciela Dafau, Arturo Bonín y Victoria Onetto. También en Madrid, Barcelona y otros lugares del mundo.


-Budapest: es la ciudad más poblada de Hungría y de Europa central-oriental. Se convirtió en ciudad única cuando ocupó las dos orillas del río Danubio, unificando las ciudades de Buda y Óbuda, en la orilla oeste, con Pest, en la orilla este. Esto ocurrió en 1873.
En el siglo XV fue uno de los principales centros de cultura del Reanacimiento Humanista.
Trás 150 años de dominio otomano (turco), tuvo un periódo de gran prosperidad y desarrollo (siglos VIII y XIX), convirténdose en una ciudad global después de su unificación (1873). También fue la segunda capital de Austria-Hungría, una gran potencia que se disolvió en 1918 (al perder la Guerra, Hungría se declaró independiente).
En 1944 (finales de la Segunda Guerra) fue parcialmente destruida por los ataques aéreos británicos y americanos (W), luego sitiada y más tarde sufrió otros graves daños por fuerzas soviéticas y rumanas y las tropas defensoras alemanas y húngaras. Todos los puentes fueron destruidos por los alemanes y más de 38.000 personas (civiles) murieron, gran parte eran judíos (genocidio nazi).
En 1949 fue declarada República Popular comunista (destrucción del Castillo de Buda, considerado símbolo del régimen anterior).
................
 Desde el 2004 pertenece a la Unión Europea. Nunca perdió su identidad (en el transcurso de los siglos se habían establecido franceses, italianos, alemanes, polacos, turcos, judíos; actualmente: alemanes, eslovacos, serbios, rumanos, romaníes y otros). 
Es una de las ciudades más bellas de Europa.


-Milán Kundera: (Checoslovaquia, 1929) frases  del escritor checo en La insoportable levedad del ser.-

Además de las frases, vale la pena volver a leer el discurso de Aristófanes (Atenas, 446-386 a.C.), el famoso comediógrafo griego que Kundera menciona en esta excelente novela.
En el Banquete de Platón está este bello mito sobre los orígenes del amor:

"En un principio los hombres eran de una sola especie: cuerpos circulares con cuatro manos, cuatro piernas y dos caras.
Se movían en círculo apoyados en sus ocho miembros, y eran de tres sexos:
-el masculino provenía del sol,
-el femenino de la tierra,
-y el andrógino de la luna.
Cada uno de estos seres poseía tal totalidad y plenitud que no necesitaba complemento alguno, pues estaban completos tal y como eran.
Debido a su naturaleza fuerte, querían también ser poseedores del poder de los dioses, así que intentaron subir a los cielos y agredirlos.
Las divinidades decidieron entonces darles castigo a tal ofensa y, encabezados por Zeus, escindieron en dos partes los cuerpos esféricos y dejaron a cada criatura con un solo par de brazos y piernas, y un rostro. El ombligo, representaba el símbolo de lo que alguna vez fue la plenitud.
En consecuencia de ello, cada mitad deseaba incansablemnte encontrar a su otra mitad perdida. Al encontrarla y no quererse separar nuevamente ambas partes, morían de hambre e inacción.

Zeus, un tanto conmovido, desplazó sus órganos genitales hacia adelante para que la procreación se diera por medio de éstos y no del modo como era antes: donde el producto caía a la tierra y allí nacían los seres vivientes.

De este modo empezaron a unirse hombre y mujer, y cada uno de ellos, también con seres de su mismo género (Cfr. Banquete, 189 d-191 e).

El objetivo de este mito, es explicar y clasificar las especies del amor humano. El verdadero amor sólo se da entre semejantes.
Eros es la búsqueda de la otra mitad, la solución para aquella división.











viernes, 14 de febrero de 2014

Leer amor: Baudelaire, P. Shelley, F. Hölderlin, E. Dickinson, A.Pizarnik, F. Pessoa, W. Whitman, O. Paz, J. L. Borges, O. Picardo

Día de San Valentín o, cualquier otro día

Día del amor y la amistad, también de los enamorados

 

Leer amor

 

Leer amor no es para cualquiera, aunque estemos en el aire propicio de febrero y ... juguemos a eso que nunca sucedió.

Haría falta ... salirse un poco de las cosas o, tener a alguien que te desate un poco los ojos.

 

con los libros de poemas ... podés hacer muchas figuras
 


El perfume
(Le parfum)

Lector: ¿recuerdas haber respirado
con embriaguez y deleite goloso,
de incienso un grano en la iglesia oloroso,
o de un sahumerio el almizcle arraigado?

Mágico encanto con que nos excita
en el presente, aún vivo el pasado.
Así el amante en un cuerpo adorado,
(ainsi l´amant sue un corps adoré)
coge la flor del recuerdo, exquisita.

Tal sus cabellos, sensuales, pesados,
sahumerio vivo, incensario de alcoba,
salvaje y fiero un olor exhalaban,

y sus vestidos aterciopelados,
por su frescor juvenil impregnados,
vago perfume de pieles dejaba.

Charles Baudelaire
 



Prometeo Liberado
(Prometheus Unbound)

Allí los voluptuosos ruiseñores
están despiertos todo el mediodía.
Si uno decae de dicha o de tristeza,
y por las ramas quietas de la yedra,
enfermo por amor, cae y se muere
en el seno anhelante de su amada,
otro desde la flor balanceante,
atento para asir el final lánguido
del último sonido, alza en lo alto
las alas de la débil melodía,
hasta que un nuevo anhelo la sostiene
y los bosques se callan. Luego se oye
un batir de alas en el aire turbio,
y alzándose cual flautas desde un lago,
los sonidos inundan el cerebro
del que escucha, con tanta suavidad
que acaso la alegría se hace pena.
(So sweet, that joy is almost pain.)

 
Percy Bysshe Shelley


Diotima a Hiperión


Desde que tú te fuiste, querido Hiperión, había pasado la mayor parte del tiempo encerrada. Pero hoy he vuelto a salir.

En el aire propicio de febrero he cosechado vida y traigo para ti lo cosechado. También me ha hecho bien la fresca tibieza del cielo, también he vuelto a sentir, identificada con ellas, el nuevo júbilo del mundo de las plantas, puro, siempre igual, donde todo se entristece y vuelve a alegrarse a su debido tiempo.

¡Hiperión, Hiperión mío! ¿Por qué no seguimos nosotros también los tranquilos caminos de la vida?
¡Invierno y primavera, verano y otoño son nombres sagrados, pero nosotros no los conocemos! ¿No es pecado estar triste en primavera? Y, sin embargo, ¿por qué lo hacemos?

...................................................

¡Toda yo era un suspiro cuando empecé a escribirte, amado mío! Ahora soy toda alegría. Cuando se habla de ti, vuelve la felicidad. ¡ Ya ves! Así debe seguir siendo.
¡Adiós!

Friedrich Hölderlin

 

Yo oía ...

Yo oía, como si no tuviera oído
hasta que una vital palabra
llegó de un largo camino de la vida
y fue entonces cuando advertí que oía.

Veía, como si tuviera puestos mis ojos
en otras órbitas, hasta que algo
y ahora sé que era la luz, porque
se acomodó en ellos, llegó.

Vivía, como si yo estuviera afuera,
mi cuerpo solo adentro
hasta que una fuerza me detectó
me colocó la médula adentro.

Y el espíritu se volvió al polvo
"Viejo amigo, tu me conoces",
y el tiempo salió a dar la noticia
y encontró la eternidad.


*     *     *




Píntame un cuadro ...

Píntame un cuadro del sol_
para colgar en mi cuarto_
y hacerme creer que siento calor
cuando otros lo llaman "¡qué día"!

Dibújame un tordo_en una rama_
para que lo oiga, soñaré,
y cuando los huertos cesen su canción_
retira la simulación_mía_

¿Dime si realmente_hace calor a mediodía_
si es el botón de oro_que se desliza_
o las mariposas_que florecen?
Sacude_entonces_la escarcha_del prado_
y arranca el paño bermejo_del árbol_
y deja que juguemos_eso que nunca sucedió.


 Emily Dickinson, traducción de Silvina Ocampo
 

  
Amantes

una flor
                                           no lejos de la noche
                                     mi cuerpo mudo 
               se abre
                                      a la delicada urgencia del rocío.


*     *     *


Presencia

tu voz
en este no poder salirse de las cosas
de mi mirada
ellas me desposeen
hacen de mí un barco sobre un río de piedras
si no es tu voz
lluvia sola en mi silencio de fiebres
tú me desatas los ojos
y por favor
que me hables
siempre

Alejandra Pizarnik 
 



Con la atracción de este Amor y la voz de esta Llamada
(With the drawing of this Love and the voice of this Calling)

No dejaremos de explorar
y el fin de nuestra búsqueda será
llegar adonde comenzamos
y el lugar conocer por vez primera.
Por la desconocida puerta 
que recordamos, cuando lo único
que en la tierra quede por descubrir
sea lo que fue el principio; en la fuente
del río más largo la voz
de la cascada oculta y de los niños
en el manzano, no buscada
y así desconocida, pero oída,
oída a medias, en la calma
que reina entre dos olas de la mar.
Aprisa, aquí, ahora, siempre ...
Estado de perfecta sencillez
(que cuesta todo, nada menos)
y todo acabará bien y las cosas
todas se arreglarán cuando las lenguas
de llama se entrelacen
en el coronado nudo de fuego
y sean la rosa y el fuego uno.
(And the fire and the rose are one.)

T. S. Eliot



Ven a sentarte conmigo, Lidia ...

Ven a sentarte conmigo, Lidia
a orillas del río.
Con sosiego miremos su curso
y aprendamos que la vida pasa,
y no estamos cogidos de la mano.
(Enlacemos las manos.) 

Pensemos después, niños adultos,
que la vida pasa y no se queda,
nada deja y nunca regresa,
va hacia un mar muy lejano,
hacia el pie del Hado,
más lejos que los dioses.

Desenlacemos las manos,
que no vale la pena cansarnos.
Ya gocemos, ya no gocemos,
pasamos como el río.
Más vale que sepamos pasar
silenciosamente y sin desasosiegos.

Sin amores, ni odios, ni pasiones
que levanten la voz,
ni envidias que hagan a los ojos
moverse demasiado,
ni cuidados, porque si los tuviese
el río también correría,
 y siempre acabaría en el mar.

Amémonos tranquilamente,
pensando que podríamos,
si quisiéramos,
cambiar besos y abrazos y caricias,
mas que más vale estar sentados
el uno junto al otro
oyendo correr al río y viéndolo.

Cojamos flores, cógelas tú y déjalas
en tu regazo, y que su perfume suavice
este momento en que sosegadamente
no creemos en nada,
paganos inocentes de la decadencia.

Por lo menos, si yo fuera sombra antes,
te acordarás de mí
sin que mi recuerdo te queme
o te hiera o te mueva,
porque nunca enlazamos las manos,
ni nos besamos
ni fuimos más que niños.

Y si antes que yo llevases el óbolo
al barquero sombrío,
no sufriré cuando de tí me acuerde,
a mi memoria has de ser suave
recordándote así, a la orilla del río,
pagana triste y con flores en el regazo. 

Fernando Pessoa (Ricardo Reis)


Una hora de locura y de dicha
(One hour to madness and joy)

¡Una hora de locura y de dicha! ¡Oh, locura furiosa, no me encierres!
(¿Qué será esto que me desata en tormenta?
¿Qué significan mis gritos entre los relámpagos y huracanes?)

¡Oh, beber los delirios místicos más hondamente que otro alguno! 
¡Oh, salvaje y tierno dolor! (Hijos míos, os los dejo en herencia,
Yo tengo mis razones para contarlos, hombre y mujer.)

¡Oh, entregarme a ti, quienquiera que seas, y que tú te entregues a 
mí, a despecho del mundo!
¡Oh, regresar al Paraíso! ¡Oh, pudorosa y femenina!
¡Oh, atraerte a mí, o hacer que sientas por primera vez el beso de un hombre!

¡Oh, el enigma, el enigma triple, el estanque oscuro y profundo,
desatados e iluminados!
¡Oh, volar a la región en la que hay por fin espacio y aire
suficientes!
Librarse de previas ataduras y convenciones, yo de las mías, tú de las tuyas,
¡Descubrir una nueva indolencia insospechada en lo mejor de la 
Naturaleza!
¡Librarme, al fin, de la mordaza!
Sentir, hoy o cualquier otro día, que me basto tal como soy.
¡Oh, algo no demostrado! ¡Oh, algo en un sueño!

¡Escapar de las anclas y de las trabas de los demás!
¡Avanzar libremente! ¡Amar libremente! ¡Lanzarme temerario y 
peligroso!

¡Desafiar a la destrucción con burlas y con invitaciones!
¡Ascender, llegar al cielo del amor para mí prefijado!
¡Elevarme allí con mi alma embriagada!
¡Perderme, si es preciso!
¡Colmar el resto de mi vida con una hora de locura y de libertad!
¡Con una breve hora de locura y de dicha!
(With one brief hour of madness and joy.)

Walt Whitman
 Custodia

El nombre
Sus          sombras 
El hombre          La hembra
El mazo                             El gong
La i                                                     La o
    La torre                                                           El aljibe
El índice                                                                       La hora
El hueso                                                                                         La rosa
El rocío                                                                                 La huesa
El venero                                                                         la llama
El tizón                                                                  La noche
El río                                                           La ciudad
La quilla                                            El ancla
El hembro                La hombra
El hombre
Su cuerpo de nombres
Tu nombre en mi nombre En tu nombre mi nombre
Uno frente al otro uno contra el otro uno en torno al otro
El uno en el otro
Sin nombres

Octavio Paz

Amorosa anticipación

Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misteriosos y tácito de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del
sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tu misma no tienes.
Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada de ficción del Tiempo, sin el amor, sin mí.

Jorge Luis Borges (Luna de enfrente)


Vos

Este soy desde los dedos del pie
hasta lo que mi mano alcanza:
la cara que entrecierra los ojos,
la escritura inexacta del que no soy
y tus pezones redondos y canela
también.

Antes que demandara la carne
su realidad medida y su sueño
mis manos creen cada vez que te tocan
haberte conocido.

No existe otra memoria de mí mismo
ni soy otro recuerdo que el que vos/
contiene:
historia de la mesa de al lado
y humillación de conocerme
en la mirada ajena.

Y si no te nombro, no te olvido.
El aire sostiene todo.
Esta página la letra.
Vos estás en cada cosa.

Osvaldo Picardo (Una complicidad que sobrevive)


  



 
Hasta otro poema, hasta otro momento.
Espero que lo hayan disfrutado,
C. G.



Mis notas:

Charles Baudelaire: (1821-1867) El notable poeta francés, nacido y fallecido en París, Francia, fue uno de "los malditos", les poètes maudits,  junto con Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. Fueron poetas y escritores simbolistas que incorporaron el mal como esencia del hombre, y lo expresaron en su obra poética.

"Enemigos de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva". El mundo era un misterio a descifrar (W) . Esencial el uso de la sinestesia ( asimilación conjunta o interferencia de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos en un mismo acto perceptivo), el poeta busca relación, oye colores, ve sonidos, saborea con el tacto.






Además de poeta, Baudelaire fue ensayista, crítico y traductor pionero de Edgar Allan Poe.

Este poema, "El perfume", pertenece al libro "Las flores del Mal" (1857). Libro donde el poeta entrama y revela los lazos entre el mal y la belleza (la belleza del horror), la felicidad y el ideal inasequible, la violencia y la voluptuosidad, entre el poeta y su lector ("Lector: ¿recuerdas ...", "Hipócrita lector,-mi semejante,-¡mi hermano"), entre los artistas a través de tiempo.

Temas espinosos, trascedentales y escandalosos para la época, eran acompañados por otros que expresaban la melancolía, el deseo de lo que está en otro tiempo, en otro lugar.

Exaltando los sentidos, los aromas que despiertan la pasión y los placeres, en El perfume experimentamos una sensación física de felicidad; también el recuerdo de momentos mágicos ya vividos y que son alimento del alma en el presente.
Una atmósfera entre espiritualidad y sexualidad. Una aproximación sensual y masculina al amor. Un trasladarnos al pasado a través de un aroma.

Se dirige directamente a nosotros, nosotros somos su interlocutor, nos involucra.
Con una salvedad, no a cualquier "nosotros", no, el se dirige a un lector especial, está en nosotros querer descubrirlo.

Dice el ensayista alemán Walter Benjamín: "Baudelaire confiaba en lectores cuya lírica los ponía en dificultades...con la fuerza de voluntad y capacidad de concentración, ... no los de placeres sensibles entregados al spleen (estado de melancolía sin causa definida; témino popularizado por B.) que anula el interés y la receptividad. Extraña encontrar a un poeta que se dirija a semejante público, el más ingrato. B. confiaba en un lector del tipo del descrito en el poema inicial de Las flores del mal. Su mirada era de gran alcance. El lector al cual se dirigía le sería proporcionado en la época siguiente."


*     *     *


-Percy Bysshe Shelley: había nacido en un pequeño pueblo en West Sussex, en el distrito de Horsham (Field Place), un 4 de agosto de 1792. Una aldea rodeada de bellos paisajes de campiña, a sólo 15´de Londres.
Sin embargo, fallece en Viareggio, Italia (demasiado joven, tenía sólo 30 años), el 8 de julio de 1822.






Inglaterra no le brindaba el buen clima que su delicada salud necesitaba (ataque pulmonar grave). Abandona su país en 1818 (tenía 25 años) para no regresar nunca más a su patria.
Dejaba atrás amigos con los que estaba muy unido, pero también muchas preocupaciones que no podía solucionar. Muchas de ellas relacionadas con esos amigos y su abundante generosidad. Excepto uno o dos, no había tenido de ellos, compensación alguna.

En Italia se sintió maravillado con la visión que tuvo, ese cielo claro y brillante lo inspiraron a escribir las cartas más hermosas del mundo. Sus largas descripciones muestran con que profundidad apreciaba la naturaleza y el arte de este país.

Fue famoso por sus obras (Ozymandias, Oda al viento del Oeste, A una alondra, La máscara de Anarquía), también por su amistad con los otros dos representantes del Romanticismo inglés: Lord Byron (1788-1824) y John Keats (1795-1821). Ellos también fallecieron jóvenes y lejos de su patria.

La esposa de Percy Shelley, Mary Shelley, famosa principalmente por ser la autora de la novela gótica Frankestein, es la que escribe la interesante Nota Preliminar de Prometeo liberado, de donde es el verso publicado más arriba. Escena II, Segundo Semicoro.


Edición Bilingüe, Ediciones Hiperión, España, Colección dirigida por Jesús Munárriz
Versión española de Alejandro Valero
Nota preliminar de Mary Shelley, Prólogo del autor


En Italia, el espíritu poético del que indudablemente estaba dotado, despertó con toda su fuerza y belleza. Fue entonces que meditó sobre Prometeo liberado.
De los griegos, fue Esquilo (525.456 a. C.), antes que Sófocles o Eurípides, quien acaparó su atención.
El autor de Prometeo encadenado (hay dudas sobre su autoría) fascina a la imaginación abstracta de Shelley, alimenta su creatividad y exalta sus ideales. De esta manera recrea y reescribe el mito de Prometeo.

Siguió algunas figuras clásicas y tomó a Saurno como principio del bien, a Júpiter como el del mal usurpador y a Prometeo como el regenerador que, "incapaz de devolver a la humanidad la inocencia primitiva, utiliza el conocimiento como arma para vencer el mal y así guiar a la humanidad desde el estado de inocencia ignorante hasta el estado de virtud mediante la sabiduría". 

Él y su esposa viajaron por muchas ciudades de Italia (Milán, Roma, Pisa, Liorna, los baños de Lucca, Venecia, Nápoles), pero fue en su vuelta a la hermosa Roma, en la primavera de 1819, que se dedica a tiempo completo a la composición de esta obra.
Meciona en su prólogo a las grandiosas ruinas de los baños de Caracalla, como lugar elegido como estudio.

El drama de tres actos lo concluyó en Florencia, agregándole un cuarto acto.

"La principal característica de la teoría de Shelley sobre el destino de la especie humana era que el mal no es inherente al sistema de la creación, sino que es algo accidental que podría ser expulsado."

Shelley creía que la humanidad sólo tenía que desear que no existiera el mal para que este desapareciera.
En el plano político, era un republicano y amaba la democracia. Todos los seres humanos debían tener los mismos derechos. 

"El hombre podía perfeccionarse hasta el punto de poder expulsar el mal de su propia naturaleza y de la mayor parte de la creación".

El bien contra el mal, la perpetua dualidad que Shelley no dejó de explorar. Encuentro de contrarios que sellaron su poética.

Leer este largo poema dramático, en cuatro actos, donde se desarrolla el mito de Prometeo, es una experiencia sosegada, enaltecedora, ... es algo que embellece y llena de amor.
Por esa razón lo incluí en esta selección.

Son los tranquilos dominios de esta poesía donde el autor se refugió, que servirán a muchos para también  escapar de pensamientos dodorosos, de injusticias e incomprensión. Un espacio individual para forjar un discurso propio.
Recomiendo comprar este libro, si es que aún no lo tienen, y tenerlo en la mesa de luz, para siempre.

C. G.