lunes, 28 de mayo de 2018

«Vecinos», Raymond Carver

Raymond Carver

[1938-1988]

Uno de los grandes cuentistas, para muchos, el mejor.

Raymond Carver

          Raymond Carver, destacado cuentista y novelista estadounidense, nació el 25 de mayo de 1938 en Oregón y falleció el 2 de agosto de 1988, en Port-Angeles, Washington.
Sus relatos de corte minimalista están ambientados, en su mayoría, en el Noroeste de Estados Unidos. Es considerado uno de los fundadores y mayores exponentes del movimiento literario «realismo sucio» [dirty realism], la vida contemporánea mirada tal cual es, sin artilugios, como lo hizo Carson McCullers [1917-19] o Charles Bukowski [1920-1994], cada uno con su propio estilo.

*

Uno de los relatos del libro: 

¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?


Editorial Anagrama, 240 págs. [1988]

«Vecinos»

[Neighbors]

          En esta historia verán varios temas: libertad, escape, curiosidad, voyeurismo, entre otros que ustedes mismos irán descubriendo y charlando. Narrado en tercera persona por un narrador anónimo, muy pronto intuirán qué es lo que mueve a los Miller, la pareja protagonista.
Ahora, pasen a la lectura, ¡que lo disfruten!

Published in the collection Will You Please Be Quiet, Please? [1976]

          Bill y Arlene Miller eran una pareja feliz. Pero de vez en cuando se sentían que solamente ellos, en su círculo, habían sido pasados por alto, de alguna manera, dejando que Bill se ocupara de sus obligaciones de contador y Arlene ocupada con sus faenas de secretaria. Charlaban de eso a veces, principalmente en comparación con las vidas de sus vecinos Harriet y Jim Stone. Les parecía a los Miller que los Stone tenían una vida más completa y brillante. Los Stone estaban siempre yendo a cenar fuera, o dando fiestas en su casa, o viajando por el país a cualquier lado o en algo relacionado con el trabajo de Jim. Bill y Jim se dieron la mano junto al coche. Harriet y Arlene se agarraron por los codos y se besaron ligeramente en los labios.
          —¡Divertíos! —dijo Bill a Harriet.
          —Desde luego —respondió Harriet— Divertíos también.
          Arlene asintió con la cabeza.
          Jim le guiñó un ojo.
          —Adiós Arlene. ¡Cuida mucho a tu maridito!
          —Así lo haré —respondió Arlene. 
          —¡Divertíos! dijo Bill.
          —Por supuesto —dijo Jim sujetando ligeramente a Bill del brazo— Y gracias de nuevo.
          Los Stone dijeron adiós con la mano al alejarse en su coche, y los Miller les dijeron adiós con la mano también.
          —Bueno, me gustaría que fuéramos nosotros —dijo Bill.
          —Bien sabe Dios lo que nos gustaría irnos de vacaciones —dijo Arlene. Le cogió del brazo y se lo puso alrededor de su cintura mientras subían las escaleras a su apartamento.
          Después de cenar Arlene dijo:
          —No te olvides. Hay que darle a Kitty sabor de hígado la primera noche —Estaba de pie en la entrada a la cocina doblando el mantel hecho a mano que Harriet le había comprado el año pasado en Santa Fe.
          Bill respiró profundamente al entrar en el apartamento de los Stone. El aire ya estaba denso y era vagamente dulce. El reloj en forma de sol sobre la televisión indicaba las ocho y media. Recordó cuando Harriet había vuelto a casa con el reloj; cómo había venido a su casa para mostrárselo a Arlene meciendo la caja de latón en sus brazos y hablándole a través del papel del envoltorio como si se tratase de un bebé.
          Kitty se restregó la cara con sus zapatillas y después rodó en su costado pero saltó rápidamente al moverse Bill a la cocina y seleccionar del reluciente escurridero una de las latas colocadas. Dejando a la gata que escogiera su comida, se dirigió al baño. Se miró en el espejo y a continuación cerró los ojos y volvió a mirarse. Abrió el armarito de las medicinas. Encontró un frasco con pastillas y leyó la etiqueta: Harriet Stone. Una al día según las instrucciones —y se la metió en el bolsillo. Regresó a la cocina, sacó una jarra de agua y volvió al salón. Terminó de regar, puso la jarra en la alfombra y abrió el aparador donde guardaban el licor. Del fondo sacó la botella de Chivas Regal. Bebió dos veces de la botella, se limpió los labios con la manga y volvió a ponerla en el aparador. 
          Kitty estaba en el sofá durmiendo. Apagó las luces, cerrando lentamente y asegurándose que la puerta estaba cerrada. Tenía la sensación que se había dejado algo.
          —¿Qué te ha retenido? —dijo Arlene. Estaba sentada con las piernas cruzadas, mirando televisión. 
          —Nada. Jugando con Kitty —dijo él, y se acercó a donde estaba ella y le tocó los senos.


«Let´s go to bed, honey», he said.



          —Vámonos a la cama, cariño —dijo él.
          Al día siguiente Bill se tomó solamente diez minutos de los veinte y cinco permitidos en su descanso de por la tarde y salió a las cinco menos cuarto. Estacionó el coche en el estacionamiento en el mismo momento que Arlene bajaba del autobús. Esperó hasta que ella entrara al edificio, entonces subió las escaleras para alcanzarla al descender del ascensor.
          —¡Bill! Dios mío, me has asustado. Llegas temprano —dijo ella.
          Se encogió de hombros. No había nada que hacer en el trabajo —dijo él. Le dejó que usara su llave para abrir la puerta. Miró a la puerta al otro lado del vestíbulo antes de seguirla dentro.
          —Vámonos a la cama —dijo él.
          —¿Ahora? —rió ella —¿Qué te pasa?
          —Nada. Quítate el vestido —La agarró toscamente, y ella le dijo:
          —¡Dios mio! Bill...
          Él se quitó el cinturón. Más tarde pidieron comida china, y cuando llegó la comieron con apetito, sin hablarse, y escuchando discos.
          —No nos olvidemos de dar de comer a Kitty —dijo ella.
          —Estaba en este momento pensando en eso —dijo él— Iré ahora mismo.
          Escogió una lata de sabor de pescado, después llenó la jarra y fue a regar. Cuando regresó a la cocina, la gata estaba arañando su caja. Ella lo miró fijamente antes de volver a su cuadrado de arena. Él abrió todos los gabinetes y examinó las comidas enlatadas, los cereales, las comidas empaquetadas, los vasos de vino y de cocktail, las tazas y los platos, las cacerolas y las sartenes. Abrió el refrigerador. Olió el apio, dio dos mordiscos al queso, y masticó una manzana mientras caminaba al dormitorio. La cama parecía enorme, con una colcha blanca de pelusa, que cubría hasta el suelo. Abrió el cajón de una mesilla de noche, encontró un paquete medio vacío de cigarrillos y se los metió en el bolsillo. A continuación se acercó al armario y estaba abriéndolo cuando llamaron a la puerta. Se paró en el baño y tiró de la cadena al ir a abrir la puerta.
          —¿Qué te ha retenido tanto? —dijo Arlene— Llevas más de una hora aquí.
          —¿De verdad? —respondió él.
          —Sí, de verdad —dijo ella.
          —Tienes tu propio baño —dijo ella.
          —No me pude aguantar —dijo él.
          Aquella noche volvieron a hacer el amor. 
          Por la mañana hizo que Arlene llamara por él. Se dio una ducha, se vistió, y preparó un desayuno ligero. Trató de empezar a leer un libro. Salió a dar un paseo y se sintió mejor. Pero después de un rato, con las manos todavía en los bolsillos, regresó al apartamento. Se paró delante de la puerta del departamento de los Stone por si podía oír a la gata moviéndose. A continuación abrió su propia puerta y fue a la cocina a por la llave.
          En su interior parecía más fresco que en su apartamento, y más oscuro también. Se preguntó si las plantas tenían algo que ver con la temperatura del aire. Miró por la ventana, y después se movió lentamente por cada una de las habitaciones considerando todo lo que se le venía a la vista, cuidadosamente, un objeto a la vez. Vio ceniceros, artículos de mobiliario, utensilios de cocina, el reloj. Vio todo. Finalmente entró en el dormitorio, y la gata apareció a sus pies. La acarició una vez, la llevó al baño, y cerró la puerta.

He opened the closet and selected...



          Se tumbó en la cama y miró al techo. Se quedó un rato con los ojos cerrados, y después movió la mano por debajo de su cinturón. Trató de acordarse qué día era. Trató de recordar cuando regresaban los Stone, y se preguntó si regresarían algún día. No podía acordarse de sus caras o la manera cómo hablaban o vestían. Suspiró y con esfuerzo se dio la vuelta en la cama para inclinarse sobre la cómoda y mirarse en el espejo.
          Abrió el armario y escogió una camisa hawaiana. Miró hasta encontrar unos pantalones cortos, perfectamente planchados y colgados sobre un par de pantalones de tela marrón. Se sacó su ropa y se puso los pantalones cortos y la camisa. Se miró en el espejo de nuevo. Fue a la sala y se sirvió una copa, la bebió de a sorbos volviendo al dormitorio. Se puso una camisa azul, un traje oscuro, una corbata blanca y azul, zapatos negros de punta. El copa estaba vacía y volvió a la sala a servirse más bebida. 
          En el dormitorio de nuevo, se sentó en una silla, cruzó las piernas, y sonrió observándose a sí mismo en el espejo. El teléfono sonó dos veces y se volvió a quedar en silencio. Terminó la bebida y se quitó el traje. Hurgó en el cajón superior hasta que encontró un par de medias y un sostén. Se puso las medias y se sujetó el sostén, después buscó por el armario para encontrar un vestido. Se puso una falda blanca y negra a cuadros e intentó subirse la cremallera. Se puso una blusa de color vino tinto que se abotonaba por delante. Consideró los zapatos de ella, pero comprendió que no le entrarían. Durante un buen rato miró por la ventana del salón detrás de la cortina. A continuación volvió al dormitorio y puso todo en su sitio.
          

          No tenía hambre. Ella no comió mucho tampoco. Se miraron tímidamente y sonrieron. Ella se levantó de la mesa y comprobó que la llave estaba en la estantería y a continuación se llevó los platos rápidamente. Él se paró en el umbral de la cocina, fumó un cigarrillo y la miró recogiendo la llave.
          —Ponte cómodo mientras voy a su casa —dijo ella— Lee el periódico o haz algo —Acercó los dedos a la llave. Parecía, dijo ella, algo cansado.
          Trató de concentrarse en las noticias. Leyó el periódico y encendió la televisión. Finalmente, fue al otro lado del vestíbulo. La puerta estaba cerrada.
          —Soy yo. ¿Estás todavía ahí, cariño? —llamó él. 
          Después de un rato la cerradura se abrió y Arlene salió y cerró la puerta.
          —¿Estuve mucho tiempo aquí? —dijo ella.
          —Bueno, sí estuviste —dijo él.
          —¿De verdad? —dijo ella— Supongo que he debido estar jugando con Kitty.
          La estudió, y ella desvió la mirada, su mano estaba apoyada en el picaporte de la puerta. 
          —Es divertido —dijo ella— Sabes, ir a la casa de alguien así, como esta. 
          Él asintió con un gesto, tomó su mano del picaporte y la guió a su propia puerta. La llevó hasta dentro de su apartamento.
          —Es divertido —dijo él.
          Notó hilachas blancas pegadas a la espalda del suéter y el color subido de sus mejillas. Comenzó a besarla en el cuello y el cabello y ella se dio la vuelta y le besó también.
          —¡Mierda! —dijo ella— Mierrrda —cantó ella con voz de niña pequeña aplaudiendo con las manos— Me acabo de acordar que me olvidé real y verdaderamente de lo que había ido a hacer allí. No di de comer a Kitty ni regué las plantas —le miró— ¿No es tonto?
          —No lo creo —dijo él.
          —Espera un momento. Recogeré mis cigarrillos e iré contigo.
          Ella esperó hasta que él hubo cerrado con llave la puerta de su apartamento, y entonces se tomó del músculo de su brazo y le dijo:
          —Me imagino que te lo debería decir. Encontré unas fotografías.
          Él se paró en medio del vestíbulo.
          —¿Qué clase de fotografías?
          —Ya las verás tu mismo —dijo ella y le miró con atención.
          —No estarás bromeando —sonrió él— ¿Dónde?
          —En un cajón —dijo ella.
          —No bromeas —dijo él.
          Y entonces ella dijo…
          —Tal vez no regresarán —e inmediatamente se sorprendió de sus palabras.
          —Pudiera suceder —dijo él— Todo pudiera suceder.
          —O tal vez regresarán y... —pero no terminó.
          Se tomaron de la mano durante el corto camino por el vestíbulo, y cuando él habló casi no se podía oír su voz.
          —La llave —dijo él— Dámela.
          —¿Qué? —dijo ella— Miró fijamente a la puerta.
          —La llave —dijo él— Tú tienes la llave.
          —¡Dios mío! —dijo ella— Dejé la llave dentro.
          Él probó el picaporte. Estaba cerrado con llave. A continuación intentó moverlo. No se movía. Sus labios estaban apartados y su respiración era dificultosa, impaciente. Él abrió sus brazos y ella se cobijó en ellos.
          —No te preocupes —le dijo al oído— Por Dios, no te preocupes.
          Se quedaron allí. Se abrazaron. Se inclinaron sobre la puerta como si estuviesen resistiendo el viento, y se prepararon.

*     *     *

          ¿Les gustó? Como les decía al principio, la libertad es uno de los temas importantes. La libertad dada por la transgresión, no vayamos a lo moral, a lo que está bien o mal, acá eso no cuenta.
          «Bill y Arlene Miller eran una pareja feliz», así empieza el relato, ¿eran una pareja feliz? Nos preguntamos ahora. Sus vidas están siempre siendo comparadas por ellos mismos con la de los Stones, Jim y Harriet. Ellos, sus vecinos, viajan muchísimo y parecen disfrutar mucho más de la vida, tienen una libertad que no tienen los Miller, siempre apegados a sus trabajos y rutinas inalterables. 
          Quizá, una mirada u observación podría ser que «explorando», de la manera íntima que lo hacen, el departamento de sus vecinos, se acercan a esa libertad que les falta. Pero al final de la historia sucede algo, y ese algo nos revela que esa búsqueda y hallazgo tuvo un costo.
          Al perder el equilibrio, la tranquilidad y el dominio que tenían sobre sus vidas, y al ganar en excitaciones al punto que piensan en la posibilidad que los Stones podrían no volver, y al vivir la vida de otros, logran escapar de la rutina, alejarse de sus vidas aburridas y mejorar incluso su vida de pareja.
          Lo que me pareció muy interesante es algo en lo que estoy completamente de acuerdo: Carver ni condena ni aprueba la conducta de los Millers, en todo caso nos lo deja a nosotros, los lectores. El narrador es un ojo que observa y cuenta los hechos. Recuerdo lo que decía Camus: «Los verdaderos artistas se obligan en comprender en vez de juzgar, y si han de tomar partido, como decía Nietzsche, no ha de reinar el juez sino el creador, sea trabajador o intelectual». 
          Hasta podría ser, en este caso, una exploración a la conducta de las personas, cómo manejamos la curiosidad, hasta dónde vamos, y ver, ¿qué haremos la próxima vez que vayamos, por ejemplo, al baño de alguien que nos ha invitado a su casa y nos encontremos frente a las puertas cerradas de algún armario?
          Esta simple pregunta puede ser tomada metafóricamente, desde ya, y preguntarnos en cuántas ocasiones se invade la privacidad de «un vecino», de un semejante. Cuánto de inapropiado hay en «hurgar» en la vida de los otros. Cuánta confusión hay en pretender vivir la vida de otros. Cuánta pasividad rutinaria nos va invadiendo de a poco y adueñando de nuestras vidas. Esas y otras preguntas podrán surgir y desprenderse al terminar un relato que no tiene un significado único y definitivo.
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo y sigan leyendo a Raymond Carver, que nos cuenta, con tanta maestría, estas aparentes trivialidades que gestan grandes dramas. 
Hasta la próxima lectura.

C. G.


Notas

- «Neighbors», Raymond Carver:
http://tnsatlanta.org/wp-content/uploads/Neighbors-Carver.pdf

- Imágenes: «Raymond Carver in Color»:
http://sonjakari.com/Raymond-Carver-Series

- Raymond Carver, Antología:
https://canbatllo.files.wordpress.com/2011/06/carver-raymond-antologia.pdf


jueves, 24 de mayo de 2018

Joseph Brodsky

Joseph Brodsky

«Canción de amor»

Joseph Brodsky and his wife Maria Sozzani

Si te estuvieras ahogando, acudiría a salvarte
a taparte con mi manta y a ofrecerte té caliente.
Si yo fuera comisario, te arrestaría y te
encerraría en una celda con la llave echada.

Si fueras un pájaro, grabaría un disco
y escucharía toda la noche tu trino agudo.
Si yo fuera sargento, tu serías mi recluta
y, chico, te aseguro que te encantaría la instrucción. 

Si fueras china, aprendería tu idioma, quemaría
mucho incienso, llevaría tu ropa rara.
Si fueras un espejo, asaltaría el baño de las señoras,
te daría mi lápiz rojo de labios y te soplaría la nariz.

Si te gustan los volcanes, yo sería lava
en constante erupción desde mi oculto origen.
Y si fueras mi esposa, yo sería tu amante,
porque la Iglesia está firmemente en contra del divorcio.

Versión de Alejandro Valero

Love Song


If you were drowning, I´d come to rescue,
wrap you in my blanket and pour hot tea.
If I were a sheriff, I´d arrest you
and keep you in the cell under lock and key.

If you were a bird, I´d cut a record
and listen all nigh long to your high-pitched trill.
If I were a sergeant, you´d be my recruit,
and boy I can assure you´d love the drill.

If you were Chinese, I´d learn the languages,
burn a lot of incense, wear funny clothes.
If you were a mirror, I´d storm the Ladies, 
give you my red lipstick and puff your nose.

If you love volcanoes, I´d be lava
renlentlessly erupting from my hidden source.
And if you were my wife, I´d be your lover
because the church is firmly against divorce.


Joseph Brodsky

          Joseph Brodsky nació en la antigua ciudad de Leningrado [hoy San Petersburgo] el 24 de mayo de 1940 y falleció el 28 de enero de 1996, en Nueva York, a los 55 años.
          El gran poeta ruso había nacido en época soviética y fue nacionalizado estadounidense en 1977. Vivió exiliado más de veinte años. Su obra fue tildada de pornográfica y anti-soviética. Castigado con cinco años de trabajo forzado en Noreskaya, fue expulsado de su país en 1972, tenía 36 años. Con la ayuda de los poetas británicos W. H. Auden [1907-1973] y Stephen Spender [1909-1995] se instaló en Estados Unidos. 
          El exilio en sí, y el escritor exiliado en particular, fueron para Brodsky temas esenciales, que profundizó para entender la época que le tocó vivir.
          En 1987 ganó el Premio Nobel de Literatura. Fue el mayor poeta ruso del siglo XX, junto a Boris Pasternak [1890-1960] y Anna Ajmátova [1889-1966].
          Trabajó como traductor, dio clases de Literatura en distintas universidades de Estados Unidos, dictó charlas escribió ensayos [leer Del dolor y la razón*], obras de teatro, y por supuesto poesía, en ruso y en inglés.
          Brodsky fue una importante influencia para Mijaíl Baryshnikov en los años que revolucionó y popularizó el ballet como bailarín y coreógrafo. El poeta ruso fue una de las primeras personas con las que Misha se encontró en Nueva York, en 1974, recién desertado de la Unión Soviética. Ambos habían sido invitados por el violonchelista Mstislav Rostropóvich, otro exiliado ruso en Estados Unidos, y mantuvieron una estrecha amistad.
          Baryshnikov había asistido a algunas de las lecturas de Brodsky en Leningrado, donde el poeta había leído a John Donne [1572-1631]. «En sus poesía hay muchos poemas sobre el agua. Trabajó el agua en un nivel metafísico. El agua era su Iglesia. Brodsky creció con el río Neva», dijo
Baryshnikov. Y para el notable bailarín, Brodsky fue su «universidad», así lo declaró, porque le dio la educación superior que su baile le impidió recibir, lo introdujo en el mundo de la literatura.
          Lo que deben haber sido esas conversaciones de poesía con Derek Walcott [1930-2017], con Czeslaw Milosz [1911-2004] o con Stephen Spender, ya nombrado. Las de política eran con Susan Sontag [1933-2004], nada menos.
          Y esta relación entrañable dio lugar a una obra de teatro Brodsky / Baryshnikov, donde el bailarín recitó la poesía de su gran amigo*.


Joseph Brodsky and Mijaíl Baryshnikov, New York City, 1985

Teatro vanguardista, Brodsky / Baryshnikov
New Riga Theatre
Un genio recitado por otro genio:
«Closer to theatre than ballet, performed entirely in Russian, mother tongue of both, 
poet and dancer».

https://www.youtube.com/watch?v=VEOgn3vNMvA

          Me pareció muy interesante, además de ver parte de esta magnífica performance, dada la extraordinaria erudición de Brodsky, leer sus consejos para un lector. Recibirlos de alguien para quien la lectura fue no solo un refugio, sino también una fuente de fortaleza y autodeterminación.
          Estas son sus afinidades electivas, de alguien que amó y se sintió identificado con los poetas ingleses de la década del treinta, amó a los clásicos, a los metafísicos ingleses, a los poetas polacos modernos, a Proust, W. H. Auden y Herman Melville.
          Aquí están los cinco primeros, y las comparto. Ustedes podrán seguir con el resto de las recomendaciones*. Recuerden, de un lector de formación autodidacta, de alguien que leyó solo, libro tras libro: 
  1. Texto sagrado hinduista Bhagavad Gita [1993], uno de los clásicos religiosos más importante del mundo. Al parecer fue escrito hace 5000 años, en el 3000 a. C. La mayor parte de los libros de la literatura india son anónimos. Se atribuye su autoría al mítico sabio Vyasa. 
  2. Texto épico mitológico de la India: Mahabharata. No se conoce el autor, según el propio texto fue contado por un mítico escritor llamado Vyasa.
  3. La epopeya de Gilgamesh, narración acadia en verso, basada en cinco poemas que constituyen la obra épica más antigua conocida.
  4. El Antiguo Testamento, la primera parte de la Biblia.
  5. Ilíada, Odisea, de Homero, poemas épicos, historias fantásticas sobre una guerra entre griegos y troyanos, y sobre el regreso a casa una vez terminada la contienda.
          Luego seguirán libros de historia de Herodoto, Tragedias de Sófocles, de Esquilo y de Eurípides, Las Guerras del Peloponeso, Diálogos de Platón, Aristóteles, Lucrecio, Plutarco, Horacio, Confesiones de San Agustín, Dante Alighieri, Shakespeare, Rabelais, Bacon, Lutero, Santo Tomás de Aquino, y sigan descubriendo... les dejo ese placer.
          Ahora me despido, espero que hayan disfrutado de este post, que sigan disfrutando de Joseph Brodsky, que lean mucho y nunca se aburran «nunca varados, incluso cuando sientan que están varados, extraigan la mejor mirada posible», como él nos aconseja*.
Hasta la próxima lectura.

C. G.


Notas

- Poemas selectos, Joseph Brodsky:
https://www.casadellibro.com/ebook-poemas--selectos-ebook/9781370585168/5476052




- Poemas de Joseph Brodsky:
http://amediavoz.com/brodsky.htm

- Del dolor y la razón, Joseph Brodsky: Ediciones Siruela presenta esta rica colección de ensayos, una mirada reflexiva a las tempranas experiencias de vida en Rusia y posterior exilio a Estados Unidos. Temas muy variados como la dinámica de la poesía, el arte de la lectura, autores y pensadores que merecieron su estudio y atención. [Extracto].
http://www.siruela.com/archivos/fragmentos/Deldolorylarazon.pdf

- Bhagavad Gita
http://www.sociedadbiosofica.org/libros/Gita/gita.pdf

- «Poetry and Motion: Mikhail Baryshnikov on Joseph Brodsky»: 
https://www.ft.com/content/61e68bd4-0906-11e7-97d1-5e720a26771b

- Brodsky / Baryshnikov, Theatre:
http://www.chicagotribune.com/entertainment/theater/dance/ct-ent-baryshnikov-dance-card-0131-story.html

- La lista de libros recomendados por Joseph Brodsky:
https://www.actualidadliteratura.com/la-lista-de-libros-recomendada-por-joseph-brodsky-nobel-en-literatura/

- «En alabanza del aburrimiento», por Joseph Brodsky:
http://www.ddooss.org/articulos/textos/J_Brodsky.htm

miércoles, 16 de mayo de 2018

Juan Rulfo

Juan Rulfo

[1917-1986, México]



Fundación Juan Rulfo




Juan Rulfo nació en medio de la Revolución mexicana, el acontecimiento político y social más importante del siglo XX, el 16 de mayo de 1917, en Sayula, Jalisco.
A los once años ya no tenía madre ni padre. Así se hizo adolescente y pasó a la adultez recorriendo su país. 
Fue uno de los precursores de la así llamada «escuela del realismo mágico», donde lo fantástico y real conviven con lo cotidiano.











María Felix por Juan Rulfo, durante la filmación de La escondida [1955].
Su legado no se reduce a sus dos famosos e imprescindibles libros, también se destacó en cine y fotografía. 
El cine fue esencial para Juan Rulfo. Conoció y admiró a directores, actores y actrices. 
En este ámbito pudo hacer converger sus cualidades de fotógrafo y escritor, y muchos aprendieron de él.
Entre 1955 y 1956 participó en la película La escondida, de Roberto Gavaldón [1909-1986], basada en la novela de Miguel Lira [1905-1961]. Allí captó esta hermosa fotografía de María Félix, una de las actrices más bellas de la llamada Época de Oro.
Luego siguieron un documental, guiones, adaptaciones y trabajos de supervisor. También una decepción por lo que hizo el cine de su novela El gallo de oro [1956-58]Años más tarde llegaría otra versión que no hubiese desilusionado a Rulfo.


«Susana San Juan», fotografía de Juan Rulfo.
La fotografía fue su otra pasión y práctica. Luz, movimiento y composición se enlazaron estrechamente con la escritura.
Así recrea Juan Rulfo, con luces y sombras, a Susana San Juan de Pedro Páramo, personaje central en la segunda parte de la novela:

«Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes. Cuando volábamos papalotes en la época del aire».




Mi libro


          Dos libros inolvidables: El LLano en llamas [1953] y Pedro Páramo [1955]. El primero un libro de 17 pequeños relatos y el segundo, una maravillosa novela, sorprendente, compleja, ubicada en el mítico universo de Comala. Pueblo donde llega Juan Preciados en busca de su padre:

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.

Así comienza la novela que invito a leer, o releer porque las relecturas son lujos al alcance de cualquiera. 
Rulfo viajó mucho por México, su país, y vio ese mundo de donde salieron sus personajes desde las ventanillas de autobuses, desde carros o a través de su lente fotográfica. Se internó de a pie en esas historias y en esos silencios. 

Ahora estaba aquí, en ese pueblo sin ruidos... Y si yo escuchaba solamente el silencio era porque, tal vez, tenía mi cabeza llena de ruidos y voces.

Espero que hayan disfrutado de este paseo por Juan Rulfo, y que hayan recordado experiencias personales. «Cada cual tiene su Rulfo privado», dice Cristina Rivera Garza, la escritora que tanto se ha dedicado a su obra.

La cantidad de estudios y adaptaciones que se han hecho de sus textos —en distintas disciplinas como teatro, música, danza, cine—, prueban que la brevedad de su obra es inversamente proporcional a la atención y dedicación que esta obra despierta y merece.
Ahora no queda más que leer o escuchar la voz de Juan Preciado y la de Rulfo en su colosal Pedro Páramo, tan aclamada por Borges, García Márquez y Susan Sontag, entre tantos notables más.

Hasta la próxima lectura,

C. G. 

Notas

- Pedro Páramo, Juan Rulfo:
  • Texto completo:
https://vivelatinoamerica.files.wordpress.com/2014/05/pedro-pc3a1rramo-de-juan-rulfo.pdf
  • Audiolibro: 
https://www.youtube.com/watch?v=gaOxokMoXvQ

- Susana San Juan, personaje de Juan Ruldo, Pedro Páramo:
file:///Users/Cecilia/Downloads/la-locura-de-susana-san-juan.pdf

- 100 fotografías de Juan Rulfo, Andrew Dempsey, Daniel de Luigi y Víctor Jiménez:
http://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/?p=8183

- Juan Rulfo en el cine:
http://www.milenio.com/cultura/laberinto/juan_rulfo-cine-el_gallo_de_oro-pedro_paramo-llano_en_llamas-el_despojo-paloma_herida_0_921507967.html

http://enfilme.com/notas-del-dia/juan-rulfo-y-su-relacion-con-el-cine

- Había mucha neblina o humo o no sé qué, Cristina Rivera Garza:
http://www.elcultural.com/revista/letras/Habia-mucha-neblina-o-humo-o-no-se-que/39332



domingo, 13 de mayo de 2018

«Club de Lectura», una reunión de amigas

«Club de Lectura, una reunión de amigas»

Mar del Plata, Argentina

1993-1918

Entre textos e imágenes. 



Seguir las huellas de estas imágenes
es encontrarnos en un texto comentado. 


          Era un 3 de mayo, primer jueves del mes, día de reunirnos las quince o veinte, o diez o menos o más, siempre número suficiente para nunca cancelar el encuentro, cuanto mucho posponerlo. Todos los meses excepto el caluroso enero en este lado del hemisferio, solo un mes sin reunión para extrañarnos. 
Así es desde hace 25 años.
          El programa decía que la anfitriona sería Puchi y la casa, ¡la casa! Una que nos acoge con atmósfera sureña, irlandesa, argentina, tantas lecturas en voz alta compartidas hay en ese ambiente que se me hace difícil precisarlo, es la casa de Cristi.
          Ellas dos nos reciben a cada una de las que vamos llegando alrededor de las 18:00 h, esa es la hora concertada, y esos son los legados literarios enlazados que flotan en el aire.

Annie y Alicia dándonos el regalo, ¡gracias!
          Annie es la primera en llegar, siempre. Es la secretaria desde mmm..., tampoco podría precisarlo, creo que desde siempre. No sabemos cómo pero ella parece ser inamovible. Tampoco sabemos cómo en un santiamén despliega cuaderno, fichas, dinero, novedades, anuncios, evocaciones, nada se le escapa. Es nuestro «Funes memorioso».
          Acá recibiendo un regalo de una amiga, Alicia, de Buenos Aires. Ella nos visita de tanto en tanto y participa de alguna reunión. Siempre comparte nuestras cenas de Fin de Año y viajes a Bariloche, deleitándonos con su inmensa calidez y humor. Tiene el desenfado justo, tanto para ser una conejita de Playboy como para recitar el poema más profundo.


Patricia haciendo el Acta
Hay otra alma mater del Club, es la encargada de hacer el Acta, que es enviada a cada una en los días posteriores de la reunión. Acá Patricia, muy feliz en la función. Este cargo sí ha transitado por distintas socias, y cada una le da el toque personal que nos hace esperarlo con ansiedad, casi y sin exagerar, como esperaba el joven poeta de Rilke. Como jóvenes adolescentes esperamos la comprobación de que ninguna intimidad haya salido a la luz, y las líneas, por supuesto, de los comentarios, que es lo que comprueba nuestra participación.
A veces nos sorprendemos, como si no hubiésemos estado allí, «¿yo dije eso?» Algunas no estuvieron y sí que para ellas todo el racconto es una novedad absoluta y real, o no tanto, ci vuole un po di fantasia nella vita, lo tenemos claro.
 Es nuestra manera de revivir la reunión y tomar nota de lo que se nos ha escabullido, tal es la intensidad de nuestros encuentros alborotados. Y aunque a veces demore unos días más de lo previsto, siempre «la carta» llega.




Muy querido señor Kappus: he dejado largo tiempo sin respuesta una carta suya; no es que la haya olvidado; al contrario...

Su
Rainer María Rlke


Yo también me he demorado, queridas amigas. No me había olvidado, ustedes leen mucho y, no es una crítica, al contrario...
Vuestra
Cecilia Gianelli







          Comienza la reunión con la entrega del «libro regalo de cumpleaños» y el «libro comprado del mes»:

Nené y Cristina



Cuando una de nosotras no puede asistir, siempre se preocupa por alcanzar a otra lo que se ha comprometido entregar. En este caso, Cristina, en nombre de Bea, entrega el regalo a Nené, ¡la felicidad de dar y recibir un libro reflejado en sus hermosas caras!






Nené y Cristina
Esta imagen bien podría ser la portada de algún libro de la saga de Elena Ferrante, «Dos amigas». Obra leída por una socia para quien Italia
es parte suya, Gabriela.
Pero el regalo elegido por Bea y entregado por Cristina en reemplazo, es nada menos que 4321, la última novela de Paul Auster [1947]. 
El querido autor estadounidense, periódicamente comentado por una u otra que vuelve a traer La trilogía de Nueva York [1987] o Leviatán [1992] o cualquier otro a la rueda de comentarios, es recibido con el placer que adelanta una lectura tan atractiva. 
Sabemos por el autor, que acaba de hacer la presentación en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que son cuatro versiones de una misma persona: Archie Ferguson. ¡Todas anotadas para leerlo, Nené!


Editorial Seix Barral
200 págs.



La literatura es disfrute, esa es una de las premisas de nuestro Club. Y cuando algo no nos gusta tanto, aunque nos cuesta denostar a un escritor porque los respetamos mucho, lo decimos, algunas sin rodeos. «Que aquí es cortés la porfía», diría la doncella a Don Quijote. Nos movemos con mucha libertad y aceptación. 
Este libro, El lector de las 6.27 [2015], de Jean-Paul Didierlaurent [1962], por ejemplo, fue el regalo que eligió Puchi para Mary, ¡en unos minutos aparecerá su foto con toda su presencia y certitud! 
Y ya ven, esta novela de gran éxito en Francia, entró al Club con el pie izquierdo. «Trama un poco banal, argumento llano, con pocos giros que despierten interés o sorpresa, oscura», dijo la homenajeada.
Dice la crítica con la que no siempre coincidimos: Un homenaje a la literatura y al acto de leer.
¡Le daremos otra oportunidad!

Mary con La uruguaya, de Pedro Mairal

Por suerte Mary tiene una reivindicación à la carte y compra uno de los libros del mes. Ahí sí elige «un libro que seduce a todo el mundo»: La uruguaya, de Pedro Mairal [1970].
Una novela corta pero con todos los ingredientes: sexo, dinero, infidelidad, humor y crisis existenciales. Mucha intensidad bien dosificada por el escritor argentino de 47 años, conocido por su anterior novela llevada al cine, Una noche con Sabrina Love [1998], e interpretada por Cecilia Roth.
En solo 140 páginas, la historia de un hombre que, a los 40 años está cansado de todo, añora la juventud, y, como se dice vulgarmente, quizá patee el tablero. 
Para quien busca algo corto y atrayente a primera lectura, ¡ideal!
Alguna lo llevó y lo comentará la próxima reunión.




Annie con Iluminación y fulgor nocturno, de Carson McCullers




Este es otro de los libros comprados para el Club por Mónica, de Buenos Aires: Iluminación y fulgor nocturno [1999], de Carson McCullers [1917-1967]. Lo muestra Annie en representación.
Mónica, ¡ya la conocerán en unos minutos!, es nuestra amiga y socia que nos acompaña físicamente cuando sus múltiples actividades se lo permiten, y siempre on line. En Buenos Aires nos acompaña a todas las actividades literarias y artísticas y es un poco nuestra anfitriona.
Carson McCullers tiene una atracción especial, ya que este año estamos estudiando a la autora y su obra. ¡Ya llega el comentario!





Ya están cobradas las cuotas, los libros nuevos presentados, los regalos dados, las dudas sobre algún taller disipadas, ahora llega lo mejor, lo que cada una está deseosa de escuchar y contar, los comentarios de nuestras lecturas. Intercambiamos opiniones intensas cuando más de una leyó el mismo libro o lo ha leído en el pasado, aunque acá son experiencias dosificadas por el tiempo. 
Hay una respuesta que debemos dar a dos preguntas formuladas por la presidenta, Cris [circunstancialmente de viaje, pero también presente on line], que a nuestro espíritu lúdico puede parecer un juego, pero no lo es:
  1. ¿Qué libro volverías a leer? Ese libro que ha quedado grabado en la memoria
  2. ¿Qué lectura inconclusa terminarías?
Comienzo con ella, como les acabo de decir, de viaje. Está recorriendo las calles que hemos recorrido en las novelas de Marsé y Rododera. Quizá, con su espíritu artístico, convierta en realidad alguna página de la Barcelona mágica. Estoy segura que sonríe recordando a Daniel Sempere. De allí recibo foto y comentario, gràcies catalanes!

Sus respuestas son:
  1. Las mil y una noches, los célebres cuentos medievales de Oriente Medio de autor anónimo, donde la historia principal es la de Scheherezade y el Sultán Schariar. «Por su fantasía, magia, historias, mundos y personajes tan distintos, ¡me encantan!».
  2. Respiración artificial [1980], de Ricardo Piglia [1941-2017]. «Varias veces empezado sin éxito».
Cris con Las afinidades electivas, de J. W. Goethe
Cris: extrañamos tu dulce voz pero la imaginamos. Ella elige para comentar Las afinidades electivas* [1807], de J. W. Goethe [1749-1832].
«Goethe es un autor inmenso, con una gran obra. Dominaba distintas ciencias: óptica, geología, anatomía, llegó a tener sus propias teorías científicas. Fue un gran poeta y ensayista, inmerso en el romanticismo alemán.
Lo central en esta novela es saber quiénes renuncian o no a la pasión. Y qué implica esa renuncia que, por un lado produce un efecto de pérdida, y por el otro de enaltecimiento, pero desde la inteligencia y no desde el prejuicio. Es la primer novela de iniciación de las tantas que se producirán a partir de entonces. En uno de los capítulos explica la teoría química de las afinidades electivas [...]. Una novela moderna, parece una historia de “swingers”, dos parejas que deciden un cruce. Los hechos que se producen, con profundos diálogos intelectuales, están determinados por el carácter de los personajes, de este rasgo derivan los hechos narrativos. 
Goethe produjo fenómenos sociales, después de esta novela hubo una ola de divorcios, así como una de suicidios, después de Las penas del joven Werther». ¡Lo volveré a leer, Cris!

Cristina con De otras vidas, de Laura Spina
Cristina es una de las últimas en entrar al Club, prontamente se adaptó al grupo y se puso el Taller de Escritura Creativa al hombro, animando a todas al abismo que es la escritura, allí nos asomamos. 
Ella transmite valentía, disipa temores, nos abre un camino y así responde:
  1. Cien años de soledad [1967], de Gabriel García Márquez [1927-2014]. «Lo abordaría con una lectura menos académica, después de 40 años y mucho estudio».
  2. Todo Carlos Fuentes, «un escritor de gran dimensión, con una amplia obra fundamental».
Su comentario: elige De otras vidas [2018], de Laura Spina [1961]. Cristina ha tenido la suerte de, no solo participar en la presentación de este libro como entrevistadora, sino también ser la autora del diseño de la tapa y escribir la contratapa. Nos cuenta: «Sobre la base de lo cotidiano, sus argumentos van más allá de la pareja, la familia, el amor y la política, de todo lo que nos rodea. Los personajes se embarcan en una permanente búsqueda. Me gustó relacionar los relatos con el cine de Bergman, Costa-Gravas o Resnais. Las imágenes expresadas en rituales únicos como el aroma de un café recién molido o la exploración de la memoria tan bien lograda, refuerzan la invitación a leerlo. Poesía y prosa dividida en cinco secciones, ¡para lectores participativos!»


Annie con apuntes de Iluminación y fulgor, de C. McCullers
Annie podría transmitir a primera vista una sensación de fragilidad, nada más lejano, tiene un vigor y voluntad, una certeza del detalle que impresiona. Con su lapicera, cómplice y testigo,  responde lo que sus anotaciones le dictan:
  1. Historia de la estupidez humana* [1959], del húngaro Paul Tabori [1908-1974], «un libro escrito con desenfado e ingenio; perfiles de hoy y de siempre».
  2. Ficciones* [1944], de J. L. Borges [1899-1986], «los mejores cuentos, como "Pierre Menard, autor del Quijote" o "Sur". Siempre son una lectura inconclusa, porque demanda y ofrece muchas».
Su comentario: Annie abre su cuaderno emblemático y dice sin respirar: «Leer la autobiografía inconclusa de Carson McCullers [1917-1967], Iluminación y fulgor nocturno [1999], escrita al dictado meses antes de morir, con sólo cincuenta años, me llena de emoción, ¡qué gran escritora! Este libro es emotivo y revelador, sí, ella es, sin lugar a dudas, una de las grandes. Un paseo por su vida, la música, sus amistades famosas, enfermedades, logros, el Sur de Estados Unidos, su casamiento con Reeves, de quien tomó el apellido, adulterio, homosexualidad, Nueva York y París, sus obras.  Con ilustraciones de Laura Morante y prólogo de Elena Poniatowska, ¡256 págs. imperdibles!»

Alicia con la imagen del comisario Montalbano en su cabeza
Alicia no es exactamente una socia, es una querida amiga que nos visita, como ya expliqué, y se adapta rápidamente a todo. Pero siempre como pidiendo permiso, avanza lentamente usando un suspense, logra el silencio más impensado y así responde:
  1. El pozo de la soledad [1928], de Marguerite Radclyffe Hall [1880-1943], «por el recuerdo de "los libros prohibidos" de la niñez, y por el tema y el escándalo que rodeó está obra en su momento». 
  2. La montaña mágica* [1924], de Thomas Mann [1875-1955], «porque es la obra más importante de este autor colosal, un clásico de la literatura alemana».
Su comentario: «A veces con poco tiempo, elijo libros del escritor italiano Andrea Camilleri [1925]. Sus famosas novelas policíacas, con el no menos célebre comisario siciliano Montalbano, me entretienen. Su olfato investigador y su atractiva sencillez no tienen desperdicio. El último que leí fue La voz del violín [1997]. Mis próximas lecturas serán: Malinche* [2006], de Laura Esquivel [1950], para ver la historia de otra manera y otorgar a la amante de Cortés la posibilidad de sacarle la etiqueta de "traidora de la patria"; y alguna novela del escritor español, Juan José Millás [1946], podría ser La soledad era eso [1990]».


Nené con El libro de los espejos, de E. O. Chirovoci
Nené es una de las amigas que siempre me sorprenden y despierta mi admiración, descubriendo libros al azar, casi como un personaje de Paul Auster. Yo creo que son los libros los que la descubren, porque así de misterioso es el nexo. Sin misterio, así responde:
  1. Berta Isla [2017], Javier Marías* [1951], «seleccionada como una de las mejores novelas del año pasado, nos muestra al desconocido que, a veces, tenemos al lado».
  2.  Mañana en la batalla piensa en mí [2006], Javier Marías [1951], «un ghostwriter, un adulterio no consumado, una muerte y una pregunta, ¿el engaño es parte nuestra, de la condición humana?»
Su comentario: «Una novela inteligente, encontrada de casualidad y de suspense, como me gusta. Del escritor rumano E. O. Chirovici [1964]. Un agente literario llamado Pete recibe un manuscrito, llamado como el título de este libro: "El libro de los espejos". Ante lo que lee, se siente intrigado, sobre todo porque tiene un final abrupto. De ahí en más, la obsesión por desenterrar la verdad y un rompecabezas exquisito. ¡Recomendado para el que gusta del género negro con tintes psicológicos!».

Grace Anne con El santo, de César Aira

Graciela organiza, con ayuda de Érica y otras, el Taller de Cine & Literatura. Ella tiene su propio ritmo, habla pausado, se arregla el pelo, nos mira a cada una y responde al ritmo saeriano. La escuchamos con atención, subyugadas:
  1. Pedro Páramo* [1955], de Juan Rulfo [1917-1986], «¡qué obra maestra! Comala, cuánto misterio, qué historia y cuánto para descubrir en cada relectura en esos diálogos de muertos y búsqueda de un padre».
  2. Naufragio de una sombra [2018], de Federico Liste [1975], Premio de Novela Azabache 2015. «Se presentó hace unos días en Mar del Plata, el autor es un amigo y me gustaría leerlo».
Su comentario: «Me gustó El santo [2015], de César Aira [1949]. Sentí un gran placer al leer esta historia, escrita poéticamente y con imágenes deslumbrantes. Trata de un monje anciano y famoso por sus milagros, en un pueblo de Cataluña. Estamos en la Edad Media. Ante su decisión de marcharse a su lejana tierra natal, el pueblo asustado por la pérdida de los ingresos que los peregrinos proveen, decide matarlo. De ahí en más Aira nos sube a una nave y nos lleva a lugares exóticos. Con su estilo particular donde las claves no van por las  significaciones. Este libro me deja, entre mucho más, la necesidad de desaprender como concepto». 
Para él, cada escritura, cada libro es un nuevo experimento, me explicó hace poco el profesor Ricardo Strafacce* en el MALBA. Graciela quiere leer más de este autor argentino contemporáneo, y me sorprende todo lo que capta, sin estudiarlo, ya que es un escritor imprevisible, que no se parece a ninguno, ni a él mismo, ¡desborde de imaginación! Pero Graciela es una gran lectora y logra captarlo.

Bea con Distancia de rescate, de Samanta Schweblin
Bea, joven y muy activa en su trabajo. Una rebelde y fuerte Lisbeth Salander detrás de su cabellera larga y rubia. Aclaro que dicho personaje de la saga Millenium [2005] de Stieg Larsson [1954-2004] fue inspirado en un personaje infantil que adoro: Pippi Medias Largas, inteligente sin someterse a los patrones, como Bea. Al no poder ir a la reunión, me manda, sin dudarlo un instante, su foto, comentario y respuestas. Aquí están:
  1. «Hay tantos que quisiera leer antes de releer, que preferiría esperar por ahora. En este momento ninguno».
  2. Rayuela* [1863], Julio Cortázar [1914-1984].
Su comentario: «Leer Distancia de rescate [2014], de la premiada y joven escritora argentina, Samantha Schweblin [1978], me produjo mucha inquietud, es una trama que estremece, realmente. Novela corta que encuadro dentro de una historia de terror. Bien narrada, aunque disiento con su mirada extrema en cuanto a los herbicidas. El estar cerca de nuestros hijos pequeños, en un radio que nos parezca seguro y con un ojo alerta, no nos salvaguarda de un imprevisto. No debemos rechazar el sexto sentido maternal, hay que seguirlo sin que la razón nos aparte de una intuición natural femenina. ¡Lo recomiendo!».

Mary con Esperando a Mister Bojangles, de O. Bourdeaut
Aquí estamos otra vez con Mary, sabia y encantadora, dulce y directa, no se calla a la hora de reseñar una obra. Se inclina por temáticas que se centran en las relaciones humanas. Toma muy seriamente los sentimientos y los valores.
Así responde:
  1. El último encuentro [1942], de Sándor Márai [1900-1989], «una historia de amistad de dos hombres, con diálogos profundos en la búsqueda de una verdad que ha permanecido oculta durante casi una vida».
  2. No dejo lectura inconclusa.
Su comentario: «Leí Esperando a Mister Bojangles [2017], del joven escritor francés Olivier Bourdeaut [1980]. Una novela a mi medida, hermosa, con imágenes algo surrealistas. Hay humor y, puede parecer frívola al principio, pero luego... tiene una profunda sensibilidad. El protagonista rememora escenas mágicas e irreales de los padres que viven de una manera tan particular su romance, renovándolo cada día. Intensa y profunda, ¡recomendada!».
Fenómeno literario francés, el autor es un ex agente inmobiliario, fumigador y fontanero. Escribió esta «fábula luminosa» en pocos meses. Nominado al Premio Goncourt y dotado de numerosas distinciones, Bourdeaut nos visitó el año pasado en la Feria del Libro.

Patricia con Patria, de Fernando Aramburo

Qué linda Patricia, gran amiga con una dicción perfecta. Ella sonríe, nos mira con su mirada cargada de inteligencia, y responde:
  1. Désirée [1951], de Annemarie Selinko [1914-1986], «comprobar si la historia del primer amor de Napoleón sigue teniendo la misma atracción que tuvo en mi adolescencia». Libro leído en secreto por muchas.
  2. Libros de la novelista Irene Némirovsky [1903-1942] y de Marguerite Yourcenar [1903-1987], «dos escritoras que admiro».
Su comentario: «Leí Patria [2016], de Fernando Aramburu [1959]. Dos familias que viven en un pueblo [no precisa el nombre], cerca de San Sebastián. Al principio, amigas, luego enemistadas por cuestiones políticas. Abarca alrededor de treinta años, está estructurada en capítulos cortos, con saltos en el tiempo y distintos narradores. Ser víctima de la extorsión de la ETA por una de las familias, es un factor  desencadenante. Los planteos de Joxe Mari en la cárcel hacen recapacitar sobre la imposibilidad de olvidar y la necesidad de perdón, a dónde lleva el fanatismo político y la violencia. ¡Altamente recomendada!».

Marta con Alias Grace, de Margaret Atwood
Martita, siempre de tan buen humor y gracia, llega de lejos para estar y compartir. Siempre la imagino bailando, una Anita Delgado o Princesa de Kapurthala con castañuelas.
Así responde:
  1. Alexis* [1929], Marguerite Yourcenar [1903-1987], «una larga carta y un tema expresado con la mayor altura, ¡para releer! También El africano [2004], de Le Clézio [1940] y El primer hombre* [1994], de Albert Camus [1913-1960]».
  2. Como la huella del pájaro en el aire [2001], de Héctor Bianciotti [1930-2012]. «El tema de volver a la tierra natal como escritor consagrado y encontrarse con un pasado familiar. Merece otro intento».
Su comentario: «Leí un libro que me gustó mucho: Alias Grace [1996], de la escritora canadiense Margaret Atwood [1939]. Muy bien ambientada en Canadá, siglo XIX. A pesar de que es una historia dura y real, que empieza con Grace niña en una Irlanda muy pobre, para seguir luego con una adolescencia en Canadá, donde es condenada a los dieciséis años por un asesinato que no sabemos si cometió o no, es sumamente atractiva e intrigante, quizá por su ambigüedad. No es truculenta, tiene un componente psicológico que creo, es la base de la trama. El personaje del médico especialista e investigador en enfermedades mentales y los miembros de la sociedad que quieren salvar a Grace, tienen un rol muy determinante. Ella tuvo una amiga a quien quiso mucho llamada Mary. Allí hay una confusión de identidad que es mejor no develar. ¡Recomendada, libro y serie en Netflix!».

Martita con Naufragio de una sombra, de Federico Liste


También leyó y comenta Naufragio de una sombra [2018], de Federico Liste [1975]. «Libro ya nombrado y escrito por un amigo. Es una historia que transcurre en el mar en un buque de pesca llamado "Mercante". Un pescador de alta mar, cansado de su trabajo duro y de la soledad, es reclutado imprevistamente por el capitán de este buque. 
Ficción muy bien escrita, con una nave que intriga y roza lo fantástico. Por momentos, una monotonía que me costaba seguir». 
Yo no leí todavía el libro de Federico, espero hacerlo pronto, pero recomiendo, porque algo me hizo acordar, La isla del día antes [1994], de Umberto Eco [1932-2016], por el tema de la nave desierta, por el suspense y por lo inasible de la situación.





Mónica con Reflejos en un ojo dorado, de Carson McCullers

Mónica, ya nombrada, pletórica, siempre desborda títulos y conocimiento, y comparte. Es nuestra amiga y socia de Buenos Aires. Presente y participativa, así responde desde lejos pero cerca:
  1. Un mundo feliz* [1932], Aldous Huxley [1894-1963], Ficciones* [1944], J. L. Borges [1899-1986]; de Ray Bradbury [1920-2012]: Crónicas marcianas* [1950], El hombre ilustrado* [1951] y Las maquinarias de la alegría [1964]; Obras completas, de Edgar Allan Poe* [1808-1849].
  2. Ulises* [1922], James Joyce [1882-1941].
Su comentario: «El año pasado estaba en una librería encantadora, Dain Usina Cultural [CABA], lugar al que voy muy seguido y recomiendo, es hermosa, la pueden ver: libros, arte y cafetería. En Palermo y con terraza al aire libre».




Dain Usina Cultural
«Ese día estaban haciendo un homenaje a una autora estadounidense y sureña: Carson McCullers [1917-1967]. Desconocida para mí, Seix Barral editaba sus libros y mi marido eligió uno para regalarme, Reflejos en un ojo dorado [1941]. Me quedé en la librería escuchando su biografía, al rato cambié el libro por La balada del café triste [1951], que contiene la novela corta y seis relatos. Anécdota de bibliófila».



Graciela con Patria, de Fernando Aramburu

Graciela, yo le digo nuestra Catherine Deneuve, es muy dulce y tiene un don de gentes especial. Fue presidenta del Club hasta el año pasado. Así responde:
  1. La ley del menor [2014], Ian McEwan [1948]. «Una muy buena historia que bien vale una segunda lectura».
  2. Libros de Vargas Llosa [1936], «admiro al escritor peruano».
Su comentario: «También leí Patria [2016], de Fernando Aramburu [1959]. Coincidiendo con mucho de lo comentado de la extensa novela, agrego cómo se destaca el rol de la mujer en la sociedad vasca y en esta historia especialmente, las madres de ambas familias, el matriarcado vasco. El terrorismo brutal de ETA y las distintas voces [nueve personajes] hacen de esta narración algo muy vívido y creíble. La novela comienza en octubre de 2011, cuando ETA anuncia el cese definitivo de la lucha armada. Me gustó mucho y la recomiendo». 
Susana cuenta su experiencia personal por haber vivido allí en esos años y da su punto de vista.
Me sumo mencionando lo oportuno del tema, por el anuncio de ETA el día anterior a la reunión, 2 de mayo: el desmantelamiento de de todas sus estructuras y la finalización de su «función». Es interesante cómo ha influido y cómo se cuenta desde la literatura, con una mirada nueva, ya que la literatura no copia, la vida de varias generaciones de españoles marcada por el terrorismo etarra.


Susana con La cena, de Herman Koch

Susana, además de ser mi querida vecina, estuvo ausente algunos años. No sabemos si en ese tiempo de ausencia hubo cíclopes o canto de sirenas. Dese hace unos meses, volvió a ingresar al Club, volver tiene lo suyo en literatura. Así responde recuperando el tiempo perdido:
  1. ¿En qué creen los que no creen? [1996], Umberto Eco [1932-2016] y Carlo María Martini [1927-2012], arzobispo de Milán. «Un diálogo epistolar para volver a leer».
  2. La complicidad [1969], Jorgelina Loubet [1918-1997], fue miembro de la Academia Argentina de Letras, una gran escritora, profunda y sutil*.
Su comentario: «Leí La cena [2009], del escritor holandés Herman Koch [1953], Libro del Año 2001. Una cena agradable en un lindo restaurant de Ámsterdam, dos parejas amigas. Todo parece despreocupado y agradable. Trama estructurada en capítulos que son parte de la cena. Hasta que la conversación se centra en el tema de los hijos de quince años que ambos tienen. A los postres la tensión ha crecido lo suficiente como para dejarlo acá y no contar más. Solo la reflexión de hasta dónde proteger a los hijos y las actitudes cómplices o no de los padres. Me gustó mucho y lo recomiendo».

Puchi con Trasfondo, de Patricia Ratto
Puchi merece una mención especial, es la fundadora del Club. No habrá sido fácil iniciarlo. Pero ella tiene y tuvo todas las cualidades: nunca fue protagonista, fue imparcial en sus opiniones y nos enseñó a coordinar y compartir, ¡gracias!
Ella también anduvo un tiempo por otros mares, nosotras, fieles Penélopes, la escuchamos:
  1. La mujer justa [1941], Sándor Márai [1900-1989] y Alexis* [1929], Marguerite Yourcenar [1903-1987].
  2. La obra de Alejandra Pizarnik* [1936-1972].
Su comentario: «Esta lectura me movilizó por la evocación inevitable con el submarino desaparecido ARA San Juan, tan cercano a nuestra ciudad y a estos tiempos. Es la novela de Patricia Ratto [1962], que en este momento está presentando en Italia, Trasfondo [2012]. En ella relata la vida de treinta y cinco hombres dentro de un submarino durante treinta y nueve largos días de patrulla. La exactitud en los detalles, la sensación de encierro tan bien trasmitida, las malas condiciones que ocasionan fallas mecánicas, etc., reflejan el trabajo de investigación que hay detrás. Pero esta ficción basada en una realidad, la Guerra de Malvinas y el ARA San Luis, tiene mucho más, tiene espera e irrealidades, engaño e inacción. Esta originalidad que despliega la autora, es mejor descubrirla por sí mismo, ¡la recomiendo!».

Alicia desde Madrid, con Me llamo Aram, de W. Saroyan
Alicia es otra socia invitada que nos visita de vez en cuando, ya que vive la mitad del año en Madrid. Familiar del reconocido escritor, filósofo y crítico de arte, Eugenio D´Ors [1881-1954], padre de Álvaro [jurista y uno de los romancistas más influyentes] y de Víctor [arquitecto y urbanista], y abuelo del exquisito poeta Miguel D´Ors*, que desde aquí recordamos con admiración.
Siempre nos llegan las noticias literarias de Alicia, y aquí manda lo suyo:
  1. Los papeles de Aspern* [1889], Henry James [1843-1916], «uno de mis autores preferidos y una de sus obras más aclamadas». [Novela corta que pueden leer].
  2. «Si un libro se me cae de las manos, difícilmente lo recojo. No vuelvo a intentar su lectura».
Su comentario: «Aquí va una breve sinopsis del libro elegido para comentar: Me llamo Aram [1940], del escritor armenio-estadounidense, William Saroyan [1908-1981]. Son catorce relatos en los que, Aram Garoghlanian, un despierto muchacho norteamericano de familia armenia, relata acontecimientos de su vida. Los ojos de Aram son ojos privilegiados, de observador fiel de un mundo extraño y maravilloso. Él desgrana y digiere cuanto acontece a su alrededor, para mostrar, a través del poder de la palabra que, a la postre, la vida no es más que una emocionante aventura». Muchas ganas de conocer esta voz intensa y poética de Aram, ¡gracias Alicia y esperamos verte pronto!

Cristi con Cáscara de nuez, de Ian McEwan
Cristi, la dueña de casa en esta ocasión, «la casa Faulkner» o «casa McCullers», o... «La casa de Manucho», cualquiera de las buenas, una casa dispuesta para la lectura. Siempre se brinda y apoya lo nuevo, su lema bien podría ser el famoso verso de Baudelaire: «Ir hacia delante y siempre en busca de lo nuevo»*. Así responde con su sonrisa plácida:
  1. «No volvería a leer por falta de tiempo. Recuerdo que cuando releí La casa redonda, de Adriana Henriquet Stalli, un libro de adolescencia, no me agradó». ¡Otra casa!, pienso.
  2. Obras de James Joyce* [1882-1941] y de J. L. Borges* [1899-1986].
Su comentario: «Leí Cáscara de nuez [2016], de Ian McEwan [1948]. Entre satírico y divertido, contado por un bebé que todavía no ha nacido, todo "lo ve" y nos lo dice desde el vientre de su madre, Trudy. Él es el narrador y la historia sucede en Londres. El marido de Trudy, o ex marido, es un poeta gordo y poco atractivo. Hay otro personaje que es el hermano del poeta y ... no voy a contar. El que sí cuenta es el hijo no nacido, como ya dije. Él es un poco detective o... voyeur, y compone una imagen del mundo [no muy agradable] y la novela se torna policial, con algo de intriga y crítica social. ¡Muy buena!».
Ian McEwan es un autor extraordinario que nos ha deslumbrado con Expiación [2001], Sábado [2005], Solar []2010 y La ley del menor [2015]; quisiera leer Ámsterdam [1999]. Su narrativa es desenvuelta y consistente, tiene algo que lo distingue.

Gaby con Naufragio de una sombra, de F. Liste
Gaby llega de viaje, del aeropuerto a la reunión, o quizá desde la ruta, pero siempre llega sin un rasgo de apuro o contrariedad. Su casa también es sinónimo de hospitalidad, allí celebramos la «cena de Fin de Año». Además, ella prepara la escenografía, predispuesta, y corre el telón para la «Representación teatral» de una de nuestras lecturas. Siempre está en la búsqueda del autoconocimiento y así responde: 
  1. La libertad primera y última [1954], de Jiddu Krishnamurty [1895-1986], «fue un lectura reveladora que en su momento me abrió los ojos, un gran aprendizaje que trasciende el tiempo». Y Cien años de soledad* [1967], de Gabriel García Márquez [1927-2014].
  2. Relatos de Belsebú a su Nieto* [1950], de G. I. Gurdjieff [1866-1949]. 
Su comentario: «Hace pocos días fui a la presentación de este libro, Naufragio de una sombra [2018], de nuestro amigo Federico Liste [1975]. Me gusta como escribe, toma el tema del mar con mucho conocimiento y usa un lenguaje preciso, a pesar de que el mar y la pesca no son su medio. Los personajes están muy bien delineados y expresa los sentimientos de una manera muy limpia. El personaje de la madre del protagonista, el mandato de una familia de pescadores de seguir con una tradición, el capitán y el ritmo uniforme con el que está contado, son aspectos que destaco. Me quedan unas páginas, lo recomiendo».
Novela distinguida por el IV Premio de Novela Azabache. La crítica coloca a la nave que ocupa el centro del relato, «Mercante», cerca de Joseph Conrad [1857-1924] o William Hope Hodgson [1877-1918], ¡mucha curiosidad!

Maro desde Buenos Aires, con Cae la noche tropical, de M. Puig
Maro podría ser un personaje de alguna novela inglesa, no sé, quizá de Deborah Moggach [1948]. Sí, El exótico hotel Marigold [2004] la albergaría perfectamente porque es tan alegre y relajada como esos personajes que podrían ser sus amigos. En la foto le faltaría un copa colorida y estaría perfecta. Pero, «vos me dijiste con un libro», estará diciendo al leer esto, y es verdad, ya verán lo que elige. Pero primero, así responde:
  1. La historia de San Michele [1929], de Axel Munthe [1857-1949]. Un clásico que hoy parece olvidado. Las relaciones entre Medicina y Literatura. Recuerda anécdotas familiares, hijos pequeños, barriletes y paredes pintadas con los cuentos del libro infantil La torre de cubos [1976], de Laura Devetach [1936].
  2. Mujeres de ojos grandes [1990], Ángeles Mastreta [1949].
Su comentario: «Elijo un libro actuado el año pasado, Cae la noche tropical [1988], de un escritor argentino que amaba el cine, que era dueño de un lenguaje coloquial y de todo el refinamiento popular que uno quisiera para un amigo: Manuel Puig [1932-1990]. La historia transcurre en Río de Janeiro, donde vive una de las protagonistas; ellas son dos hermanas mayores que pasan juntas una temporada. Y charlan y charlan, de sus vidas, de una hija muerta, de los hijos desatentos, de sus futuros erráticos, de sus recuerdos,... pero sobre todo de una vecina psicóloga llamada Silvia. Y sus amores, idas y vueltas, pasan a ser el centro de interés de sus propias vidas. Muy bien escrita, argumento bien dosificado con mucho diálogo y una parte epistolar. Me despido al ritmo carioca, ¡muy entretenida, recomiendo esta novela corta!».

Titita con La araña, de Clarice Lispector
[comprado para el Club]
Titita, ¿qué decir de esta viajera incansable y exótica? Ella también podría ir a ese hotel hindú. Rompe fronteras geográficas y literarias. Amplia en sus búsquedas y plurireligiosidad. Así se transporta y así responde, sensible a la complejidad del mundo y tomando «el viaje» en todos sus significados y horizontes de llegada:
  1. La mancha humana [2000], Philip Roth [1933]; Memorias de Adriano* [1951]; Marguerite Yourcenar [1903-1987] y El largo atardecer del caminante [1992], Abel Posse [1994].
  2. «No dejo ningún libro sin terminar, ni siquiera Los hermanos Kamarazov* [1880], de Fiódor Dostoyevski [1821-1881], ¡de más de 1200 páginas!».
Su comentario: «Traigo algo que no se ha comentado en el Club, creo, y es una pena. Para las que no lo han leído, ¡no dejen de hacerlo! Hablo de los Cuentos completos* [1994], del escritor argentino Haroldo Conti [1925-1976 (desaparecido)], uno de los más destacados de la generación del sesenta. Me gustaron todos, son alrededor de veinte. Recomiendo especialmente "La balada del álamo Carolina"*, un clásico de su obra. La tranquila y sencilla vida de pueblo donde Conti pasó su infancia, Chacabuco, seguramente está reflejada en estas páginas tan bien escritas, y de allí salen mucho de sus personajes. En este caso la personificación se encarna en un árbol, que alegóricamente representa el proceso y la naturaleza de la existencia del hombre en una región campesina, desde un simplemente "estar no más"».
Conti tuvo, en su escritura, la influencia de un escritor italiano que admiro, Cesare Pavese [1908-1950], quien dijo «Un paese ci vuole, non fosse che per il gusto di andarse via» [Un pueblo se necesita, aunque sólo sea por el gusto de abandonarlo], ¡gracias Titita, me gustó mucho!

Érica con Poesía completa, Henrik Ibsen
Érica también responde de lejos, y lo hace con la prisa de una lectora ávida, un Pavese mujer ya que acabo de nombrarlo. En lugar de la editorial Einaudi de Torino, ella tiene «sus rincones» que comparte generosamente. Como él elige a Joyce y a Faulkner y a muchos más, no teme a «los difíciles». Estoy segura que también podría escribir su propia versión del El oficio de vivir [1952], ya que la considero una experta en ese métier. Y así responde, entre cientos de lecturas y un padre poeta:
  1. Muchos. Un mundo feliz* [1932], Aldous Huxley [1894-1963], Ulises* [1922], James Joyce [1882-1941] y todo Borges* [1899-1986].
  2. Estambul, ciudad de los recuerdos [2003], del Premio Nobel, Orthan Pamuk [1952].
Su comentario: «Leí y seguiré leyendo, porque así es este género que requiere relecturas pausadas, Poesía completa [2005], del noruego Henrik Ibsen [1828-1906]. Todos lo conocemos por su famosa Casa de muñecas [1879] y tantas obras teatrales más, pero acercarnos a su obra poética, quizá nos haga ver su teatro desde otra perspectiva, y disfrutar desde ya de su estilo poético, una extraña mezcla entre tradición y modernidad. Esta poesía me sorprende por su raro humor y original ironía. También destaco una intensidad expresada en un espíritu romántico y liberador, con una temática amplia. "Vivir es pelear con brujos / en la cordial y mental bóveda / Crear es conservar la espada / de Damocles sobre uno mismo" ["Una estrofa", extracto]».

Mónica con ¿Quién mató a la cantante de jazz?, de T. Goransky
Ya a punto de cerrar este post, que tanta alegría me ha dado en el transcurso, me llega el comentario de Mónica. Ella, con un pie en el avión, me manda la linda foto con su biblioteca de fondo. No quiere dejarnos sin su reseña y, ¡mi bitácora virtual y lectores en busca de consejos dicen gracias!

Su comentario: «Voy a comentar ¿Quién mató a la cantante de jazz? [2008], de la joven y multifacética escritora argentina Tatiana Goransky [1977]. Algunos datos de la escritora: Ha estudiado danza clásica, arte dramático y escritura. Es cantante de jazz. Todas su pasiones se reflejan en su escritura. Esta es una novela corta, policial, con más de un narrador en distintos tiempos. Una cantante de jazz con aspiración a diva, despertará distintas pasiones. Un crimen en el entorno que la rodea: amante, músicos, reemplazante. Una lectura llevadera, muy linda, ¡leeré otros libros de esta escritora!
Agrego un pequeño comentario del cuento de Carson McCullers [1917-1967], «Los extranjeros», del libro El aliento del cielo [2007]. Impresiona la capacidad de observación y el conocimiento humano de una escritora tan joven en el momento que lo escribió. Corto, dice mucho sin necesidad de ser explícito. Un encuentro en un autobús de dos hombres muy diferentes. Diálogos perfectos e imágenes expresadas hábilmente. Como dice Rodrigo Fresán [1963] en su prólogo, son cuadros de Hopper [1882-1967]. Hay una escena de una pasajera negra pobre que sube al autobús, la preocupación de uno y la indiferencia del otro nos dice mucho de una realidad socio-cultural, como la del dolor latente que se despierta ante un gesto o una mirada. Sin contar más, ¡me gustó muchísimo!».

Érica con Emaús, de Alessandro Baricco
Érica, lectora entusiasta, vuelve para agregar el comentario de una novela. Su vuelta es oportuna para que pueda decir que ella, muy generosa, expande nuestro Club y ayuda a formar otros Clubs de Lectura. Ahora dejamos todo de lado y nos sumergimos en... no sabemos si en una pequeña aldea de Palestina o en alguna ciudad de Italia. Érica así dice: 
«Quisiera comentar Emaús [2009], la novela del escritor italiano Alessandro Baricco [1958]. Cuatro adolescentes amigos —uno de ellos es el narrador— educados dentro de unos principios religiosos y éticos firmes, en una clase media italiana de los años sesenta. Sus vidas convencionales y seguras, sin embargo, comienzan a tambalear ante la llegada de una chica, distinta en costumbres y posición social. Cómo actúa cada uno de ellos será lo interesante de descubrir. Algo se rompe y nada volverá a ser lo mismo. ¿Cómo no lo previeron? Impecable Baricco —autor de Seda [1996] y La esposa joven [2005]—, analizando la vulnerabilidad de las creencias y conectando la historia relatada con el Evangelio de Lucas. Allí, los peregrinos de Palestina también se preguntaron cómo no lo supieron reconocer. Los lectores captarán, seguramente, más que los propios protagonistas. Lo que a cada uno le revele será su propia verdad. Son los desafíos a los que nos expone Baricco, ¡muy recomendable!».

Yo, Cecilia con SPQR, de Mary Beard
«Por último» podría ser el final de una novela, pero no, o quizá parte de algún título de la excelente escritora canadiense, ya nombrada, Margaret Atwood [Por último, el corazón], y por ahí vamos. Pero antes respondo:
  1. La Divina Comedia [1321], Dante Alighieri [1265-1321]. Obra maestra de la literatura italiana y universal. Renovar discutisiones con gente de la iglesia y filósofos, hablar de la ética y redescubrir símbolos y alegorías en el siglo XXI.
  2. SPQR, Una historia de la antigua Roma, [2016], de la académica inglesa Mary Beard [1955]. Para saber cómo pudo una diminuta e insignificante aldea del centro de Italia convertirse en la potencia que fue.
Mi comentario: «Me gustaría contarles mi visita a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires*. Mi disfrute en el stand de la Ciudad Invitada de Honor: Montevideo. El homenaje a Mario Levrero [1940-2004] y a otros grandes como Mario Benedetti [1920-2009] o Juan C. Onetti [1909-1994]. La presencia de grandes personalidades de la literatura montevideana, como la poeta Ida Vitale [1923], que abrió el XIII Festival Internacional de Poesía. El homenaje que la Embajada de Brasil le hace a Clarice Lispector [1920-1977], una escritora muy admirada en este Club. Y tanto más que abajo detallo.
Como lectura elijo un relato de una escritora sureña estadounidense, ya nombrada varias veces, que estamos estudiando este año: Carson McCullers [1917-1967]. "Sin título" [Untitled Piece] es otro de los excelentes relatos publicados en el libro El aliento del cielo [2017]. Contado en tercera persona y con el joven Andrew en el centro de la escena, nos encontramos con una estructura de enmarque. La historia comienza con el protagonista en un bar de ruta, ya que está en medio de un viaje en autobús desde Nueva York, donde vivió tres años, a su ciudad natal en el Sur, y allí termina. En la ciudad de Giorgia lo espera su familia, y hacia ellos y su adolescencia se dirigen sus recuerdos, especialmente hacia su hermana Sara, a la que está profundamente unido. Mucha fuerza narrativa expresada en un devenir y crecimiento de un personaje que se nos hace muy querible y cercano, ¡muy recomendada!».
Mi función transitoria en el Club es, siempre en la búsqueda de aprender y mejorar lecturas, organizar el Taller de estudio de escritores o géneros literarios. Con la ayuda de Cristi, Titita, Patricia, Érica y el apoyo y sugerencia de todas. 
*

          La reunión mensual ha llegado a su fin, textos e imágenes, decía al principio, emulando apenas a Yves Bonnefoy, quien dijo: 

El silencio subió desde tu libro hacia tu corazón / sin ruido se mueve un viento entre los ruidos del mundo / A lo lejos sonríe el tiempo, por cesar de ser.

Ahora no nos queda más que esperar la próxima reunión dentro de un mes. Entre estas fechas habrá encuentros: talleres de escritura, de cine y poética; lecturas en voz alta compartidas y alguna exposición o espectáculo. En poco tiempo empezaremos a elegir el libro que leeremos todas y cuál actuaremos en la representación de Fin de Año, nuestro lado lúdico, donde las imágenes literarias se materializan en escenas teatrales.
Una dinámica que no se cancela.
          Todas las integrantes tenemos una vida personal y profesional muy activa, pero siempre nos hacemos tiempo. Todas tenemos intereses muy variados en cuanto a elecciones literarias, alimentamos esa diversidad. Y en la variedad sentimos que crecemos. 
          No quiere decir que la lectura nos haga sentir especiales, actuamos sin presunción. No nos sentimos ni mejores ni peores que la gente que lee poco o elige otro tipo de libros. No es suficiente tener una biblioteca colmada o un eBook o Tablet cargados con cientos de libros para sentirse un buen lector. Los comentarios pueden ser muchos y distintos, raramente tienen una interpretación unívoca.
          A lo largo de tantos años, y proyectando los que nos esperan, hacemos nuestras elecciones literarias. Los términos de estas elecciones nos vinculan, forman este platform de compromiso. Nos comprometemos sin decirlo, con el simple deseo de saber elegir. Sentir que eso nos hace singulares nos gusta y nos potencia. A veces es trabajo, otras, placer. Últimamente ambas se juntan. 
          Esta capacidad que hemos desarrollado —y que tenemos que renovar constantemente— de reconocernos y aceptarnos, dentro de valores que compartimos con otras personas de nuestro entorno, no son una ficción. Pero nos garantiza darle un sentido diferente al mundo difícil que nos circunda, uno que la literatura enriquece y expande. Rilque, vuelvo a él, decía «restablecer lo abierto», y no se refería a palabras escritas sino a nociones y experiencias dentro de una práctica de vida, una maduración y un devenir de conocimiento.
          Habrán leído en mis presentaciones y sus comentarios términos como buen humor, escuchar con atención, una gran amiga, sinceridad y confianza, responsabilidad, compartir, segundo intento, relectura, constanciagenerosidad, regresos y bienvenidashospitalidad, deseo, reflexión, pluralidadcargos compartidos, son conceptos que se evidencian en cada encuentro.
          Todo se comparte. A veces, alguna que otra ha dicho como el escribiente Bartleby, «preferiría no hacerlo», pero enseguida cambia de opinión y si tiene que hacer algo, aunque sea la cosa más disparatada, ¡lo hace! Nadie se resiste al grupo donde la constancia, interés y disposición son palabras santas. 
          Y fueron palabras santas para todas las mujeres que pasaron por este Club, que resuenan y nos visitan en nuestra memoria siempre. No quiero dejar de brindarles un recuerdo especial a mis queridas amigas: Susana, Maruchi, Mónica, Graciela C., Gache, Nilda, Graciela F., Senirma, Beatriz,... y espero no olvidarme de ninguna.
    
          Hace muchos años que formo parte de este Club de Lectura, desde su inicio. Hace unos cuantos que escribo en este Blog, me debía y les debía a mi grupo esta presentación oficial. Publicar mi experiencia de una reunión que represente a todas, es el mejor regalo que les puedo hacer. Agradeciendo siempre la confianza en ofrecerme sus fotos y comentarios.




La imagen de una persona con un libro en la mano dice mucho, cada lector tiene sus propios fantasmas*, dice Ernesto Schoo en Pasiones recobradas.


          















No importa la edad ni el lugar ni el libro elegido si uno es capaz de caer en éxtasis y olvidarse del mundo y entrar en otro portentoso mecanismo donde se entretejen existencias, conductas y pasiones.
Y deliberadas negligencias y omisiones para que los lectores hagamos lo nuestro.

Como digo siempre, encontrarán todos los links para sus propias lecturas de muchos de los libros mencionados al finalizar. Cada uno de los comentarios, cada una de las obras hubieran merecido un post especial, son todas muy buenas. Un comentario es nada más que eso, lo realmente magnífico es leer el libro. Y después, eso sí, comentarlo, ¿quién dijo que la lectura es una actividad solitaria?
Hasta el próximo encuentro y que sigan disfrutando de las buenas lecturas.

C. G. 



Notas

- Las afinidades electivas, J. W. Goethe:
http://www.ataun.net/bibliotecagratuita/Cl%C3%A1sicos%20en%20Espa%C3%B1ol/Goethe/Las%20afinidades%20electivas.pdf

- Historia de la estupidez humana, Paul Tabori:
http://files.bibliotecadelbajobelgrano.webnode.com.ar/200000114-73d3674ceb/Paul%20Tabori%20-%20Historia%20de%20la%20Estupidez%20Humana.pdf

- Ficciones, J. L. Borges:
http://www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/Jorge%20Luis%20Borges%20-%20Ficciones.pdf

- La montaña mágica, Thomas Mann:
file:///Users/Cecilia/Downloads/La%20Montana%20Magica%20-%20Thomas%20Mann.pdf

- Blog de Javier Marías
https://javiermariasblog.wordpress.com/

- Pedro Páramo, Juan Rulfo:
https://vivelatinoamerica.files.wordpress.com/2014/05/pedro-pc3a1rramo-de-juan-rulfo.pdf

- Ricardo Strafacce, profesor:
https://www.facebook.com/ricardo.strafacce
ricardostrafacce@fibertel.com.ar

- Alexis, Marguerite Yourcenar:
https://escritoresenyucatan.files.wordpress.com/2010/12/1017-alexis-o-el-tratado-del-inc3batil-combate.pdf

- El primer hombre, Albert Camus:
http://www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/maslibros/Camus,%20Albert%20-%20El%20Primer%20Hombre.pdf

- Crónicas marcianas, Ray Bradbury:
http://www.latertuliadelagranja.com/sites/default/files/Bradbury,%20Ray%20-%20Cronicas%20Marcianas.pdf

- El hombre ilustrado, Ray Bradbury:
https://www.ddooss.org/libros/Ray_Bradbury.pdf

- Cuentos completos, Edgar Allan Poe: Traducción Julio Cortázar:
http://recursosbiblio.url.edu.gt/publilppm/Libros/2015/edgar-cuentos.pdf

- Ulises, James Joyce, Vol.1 y 2: 
http://www.escuelamaritima.com/media/noticias/4716_file.pdf
http://www.escuelamaritima.com/media/noticias/4717_file.pdf

Jorgelina Loubet, por Dolly Sales de Nasser: 
http://novedades.aahispanistas.org/wp-content/uploads/2018/01/2007-3-43.pdf

- Alejandra Pizarnik, Poesía completa:
http://sergiomansilla.com/revista/descargar/pizarnik__alejandra_-_poesia_completa.pdf

- Los papeles de Aspern, Henry James:
http://biblioteca.salamandra.edu.co/libros/James,%20Henry%20-%20papeles%20aspern.pdf

- Miguel D´Ors, Poemas:
http://www.fundacionaguagranada.es/fileadmin/user_upload/publicaciones/ciclo_poesia09/011%20D.%20Miguel%20D%27Ors%202-07-09.pdf

- Malinche, Laura Esquivel:
https://vivelatinoamerica.files.wordpress.com/2014/01/malinche-laura-esquivel.pdf

- Rayuela, Julio Cortázar:
http://red.ilce.edu.mx/sitios/micrositios/cortazar_aniv/pdf/8_Cielo_Rayuela_libro.pdf

- «El viaje», Charles Baudelaire:
https://proyectandoleyendo.files.wordpress.com/2011/02/el-viaje-charles-baudelaire.pdf

- Relatos de Belsebú a su Nieto, G. I. Gurdjieff:
http://www.giurfa.com/relatos_belcebu.pdf

- Cien años de soledad, Gabriel García Márquez:
http://bdigital.bnjm.cu/docs/libros/PROC2-435/Cien%20anos%20de%20soledad.pdf

- Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar:
https://festivaldepoesiademaracaibo.files.wordpress.com/2017/02/yourcenar_marguerite_memorias_adriano.pdf

Los hermanos Kamarazov, Fiódor Dostoyevski:
http://www.biblioteca.org.ar/libros/133472.pdf

- Cuentos completos, Haroldo Conti: 
http://img9.xooimage.com/files/3/f/f/cuentos-completos...o-conti--18e6ff5.pdf

  • Audio: «La balada del álamo Carolina», Haroldo Conti: https://www.youtube.com/watch?v=R35Cq2D_wQc
  • Texto: https://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/La%20balada%20del%20alamo%20Carolina.pdf


- Un mundo feliz, Aldous Huxley:
http://www.formarse.com.ar/libros/Libros-recomendados-pdf/Un%20mundo%20feliz-Aldous%20Huxley.pdf

- Post «Visita a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, 2018»: 
http://blogdecee.blogspot.com.ar/2018/05/feria-internacional-del-libro-de-buenos.html

- Libros consultados: Pasiones recobradas, La historia de amor de un lector voraz, Ernesto Shoo y Lugares y destinos de la imagen, de Yves Bonnefoy