martes, 3 de noviembre de 2015

libro: «Yo soy Malala», Malala Yousafzai y Christina Lamb & film: «Él me nombró Malala», Philip Davis Guggenheim


Cine y literatura

 Yo soy Malala 

[2013, autobiografía]

Malala Yousafzai y Christina Lamb

[Pakistán, 1997]

Premio Nobel de la Paz 2014, 

la persona más joven galardonada con ese premio en cualquier categoría 

 



Cuando nace Malala no hay festejos especiales, no es un varón. En el valle de Swat, los pashtunes piensan que los varones son más importantes que las mujeres.

Ziauddin, el papá de Malala, es distinto, un hombre digno de admiración. Para él ella es lo más importante de su vida. 

Resulta alentador que su familia, aún siendo muy religiosa y conservadora, se oponga a la barbarie talibán y que la hayan educado y apoyado en el compromiso de defender su educación y las libertades individuales. 

Y que hoy en día traten que todas las soluciones provengan de su propia cultura, no desde afuera como algo impuesto.
Ellos aman su territorio.


Resulta especialmente reconfortante que la oposición de la familia Yousafzai a la barbarie moral talibán no tenga una raíz ideológica ni laicista, al contrario, todos ellos son profundamente religiosos y desde un punto de vista occidental notablemente conservadores y reconforta no por compartida esa base, sino por lo que de esperanza supone que el compromiso con la educación y con la libertad individual provengan del propio islam, reconforta porque desde Europa a veces parece que no pensamos que sea así y confundimos islam con islamismo pero sobre todo porque muestra que es posible una solución nacida de los propios afectados y no impuesta desde fuera, y por tanto con probabilidades de prosperar. - See more at: http://www.librosyliteratura.es/yo-soy-malala.html#sthash.oWJMV9IH.dpuf

Resulta especialmente reconfortante que la oposición de la familia Yousafzai a la barbarie moral talibán no tenga una raíz ideológica ni laicista, al contrario, todos ellos son profundamente religiosos y desde un punto de vista occidental notablemente conservadores y reconforta no por compartida esa base, sino por lo que de esperanza supone que el compromiso con la educación y con la libertad individual provengan del propio islam, reconforta porque desde Europa a veces parece que no pensamos que sea así y confundimos islam con islamismo pero sobre todo porque muestra que es posible una solución nacida de los propios afectados y no impuesta desde fuera, y por tanto con probabilidades de prosperar. - See more at: http://www.librosyliteratura.es/yo-soy-malala.html#sthash.oWJMV9IH.dpufEn el libro Malala cuenta que nació en el lugar más hermoso de la tierra:
 El valle de Swat es un paraíso de montañas, cascadas que brotan y lagos claros.


En este «paraíso» ella va a vivir terremotos y una dura inundación que causó muchas muertes. Pero lo peor está por venir.
Llegan los talibanes al valle de Swat.  




Alianza Editorial, 2013

 

 Él me nombró Malala 

 [2015]

Philip Davis Guggenheim [1963, EE. UU.]

Documental

Festival de Cine Internacional Mar del Plata 2015


He named me Malala. Documental, 2015. Duración: 87 min



A Philip Davis Guggenheim, director de cine y productor estadounidense, lo conocemos por sus anteriores y famosos documentales: Una verdad incómoda [acerca de la campaña del ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore para educar a los ciudadanos sobre el calentamiento global] The Road We´ve Traveled [difundido en la campaña de reelección del presidente Barack Obama, donde busca retratarlo como alguien que tuvo que asumir retos difíciles durante su primer mandato; narrado por el actor Tom Hanks], It Might Get Loud / A todo volumen [explora las carreras y estilos de los músicos de rock Jimmy Page, The Edge y Jack Whitey Waiting for Superman [El tema es la educación. Quizá necesitemos algún  superhéroe que venga a salvarnos, en Estados Unidos también hay problemas. Nos muestra en este documental, retratando a cinco familias y su lucha por darles la mejor educación a sus hijos, la realidad que hay detrás del sueño americano. Dejamos de ver la educación como una estadística y empezamos a verla desde un punto de vista personal. No se trata de un índice, se trata de la vida de un niño: sus sueños, sus esperanzas, su futuro].

El tema de la educación es algo que le importa a Guggenheim, y mucho:

No importa quienes seamos o en que vecindario vivamos, 
cada mañana queremos creer en nuestras escuelas, damos un salto de Fe... 
Queremos creer que avanzamos hacia algo mejor y que las generaciones venideras tendrán mejores oportunidades que nosotros.
Necesitamos despertar al Superman que todos llevamos dentro,
dejar de ser las damiselas en aprietos y convertirnos en superhéroes.


En este, su último trabajo, nos muestra la vida de la niña que valorizó los derechos de la mujer en un mundo corrompido e impregnado de fanatismo y represión.
La vida y la lucha de Malala.





Malala Yousafzai y el afamado director estadounidense, Philip Davis Guggenheim



Malala empezó a hablar abiertamente sobre los derechos de las niñas a los once años, ¡once años! 
Cuando los talibanes le prohibieron ir a la escuela en el valle de Swat en Pakistán ella supo como alzar su voz y hacerse oír.

Tenía diez años cuando los talibanes llegan y queman y prohiben todo, juegos, televisores, música,... a todo le prenden fuego. También impiden la vacuna contra la polio a los niños. 

Luego irían por las escuelas de las niñas, ellas ya no podrán llevar el uniforme que usaban y tendrán que llevar burka y cubrirse el rostro.
A partir de ese momento las chicas se cubren la cabeza para salir y entrar de la escuela.

En el año 2008 los talibanes empiezan a poner bombas en las escuelas, especialmente de las niñas, casi todos los días.
Malala tiene once años y le hacen una entrevista en varios canales de televisión.


Ella habla del derecho de las niñas a ir a la escuela:

¿Cómo se atreven los talibanes a quitarme el derecho a la educación?









No obedeció las ordenes. Tenía quince años y cuando iba camino a su casa desde la escuela, los talibanes le dispararon. Estuvo cerca de la muerte.

Sobrevivió. Creyeron que la harían callar pero hicieron que su voz fuera más fuerte. Ahora se oye en todo el mundo y nos enseña su valentía. Nos impulsa a imitarla.

Malala cree y defiende la educación y la igualdad. Está firmemente decidida a contar a todos sobre el derecho de todos los niños a recibir una educación.

La educación es el futuro.
Un niño, un maestro, un libro y una lapicera pueden cambiar el mundo.


Conocer la historia de Malala, a la que nadie pudo detener, de tan solo dieciocho años, nacida en un lugar y cultura tan lejanos para nosotros, a través del libro y documental es algo que recomiendo.


C. G.  









 Mis notas, lecturas, links y sitios de interés:


- Yo soy Malala, Malala Yousafzai y Christina Lamb:
 files.bibliotecauaca.com/200000566.../yo%20soy%20Malala.pdf


Algunos párrafos:
«Hace un año salí de casa para ir a la escuela y no regresé. Me dispararon una bala talibán y me sacaron inconsciente de Pakistán. Algunas personas dicen que nunca regresaré a casa, pero en mi corazón estoy convencida de que volveré. Ser arrancado del país que amas es algo que no deseo a nadie», dice Malala en el prólogo.

Y continúa: «Pero mi país está a siglos de distancia por detrás de éste. Aquí hay todas las comodidades imaginables. De todos los grifos sale agua corriente, fría o caliente, como prefieras; luz con sólo pulsar un interruptor, día y noche, sin necesidad de lámparas de aceite; hornos para cocinar, de forma que nadie tiene que ir al mercado a traer bombonas de gas. Aquí todo es tan moderno que incluso hay comida ya preparada en paquetes.

Cuando miro por la ventana, veo edificios altos, largas carreteras llenas de vehículos que se mueven ordenadamente, cuidados setos y praderas de césped, y pavimentos limpios en los que caminar.

Cierro los ojos y por un momento regreso a mi valle —altas montañas coronadas de nieve, campos verdes y ondulantes, y ríos de fresca agua azul— y mi corazón sonríe cuando recuerda la gente de Swat. Con la mente vuelvo a la escuela y me reúno con mis amigas y mis maestros. Vuelvo a
estar con mi mejor amiga, Moniba, y nos sentamos juntas, hablando y bromeando como si nunca me hubiera marchado.
Entonces recuerdo, estoy en Birmingham, Inglaterra».

«Desde la llegada de los talibanes no había ningún signo que identificara la escuela, y la puerta de
hierro ornamentada en un muro blanco al otro lado de la leñera no da ningún indicio de lo que hay detrás.
Para nosotras aquella puerta era como una entrada mágica a nuestro mundo particular. En cuanto penetrábamos en él nos librábamos de los pañuelos como el viento que despeja las nubes para dejar paso al sol, y subíamos desordenadamente la escalera».

«La escuela la había fundado mi padre antes de que yo naciera y en lo alto de la pared estaba orgullosamente escrito "Colegio Khushal" en letras rojas y blancas.
Teníamos clase seis días a la semana y en mi curso, el noveno, que correspondía a los quince años, memorizábamos fórmulas químicas, estudiábamos gramática urdu, hacíamos redacciones en inglés sobre aforismos... la mayoría de mis compañeras querían ser médicos».

«Es difícil imaginar que al otro lado de la puerta de la escuela, no sólo estaban el ruido y el ajetreo de
Mingora, la principal ciudad de Swat, sino también aquellos que, como los talibanes, piensan que las niñas no deben ir a la escuela».

«Yo dormía en la habitación alargada que tenemos en la parte delantera de la casa y los únicos muebles eran la cama y una cómoda que yo había comprado con parte del dinero que había recibido como premio por mi campaña por la paz en el valle y el derecho de todas las niñas a ir a la escuela».

Vivir amenazados...  «Había empezado a ir a la escuela en autobús porque mi madre tenía miedo de que fuera andando sola. Llevábamos todo el año recibiendo amenazas. Algunas habían
aparecido en los periódicos; otras eran mensajes escritos o que nos transmitía alguien. Mi madre estaba preocupada por mí, pero los talibán nunca habían atacado antes a una niña y a mí me
inquietaba más que fueran a por mi padre, que hablaba en contra de ellos abiertamente. En agosto habían matado a su amigo y compañero activista Zahid Khan cuando se dirigía a rezar, y yo sabía que todos decían a mi padre: "Ten cuidado, tú serás el siguiente"».


- Blog Malala Fund:
 http://blog.malala.org/



- Pakistán, en mapa de Asia y Europa:
 Estado soberano del sur de Asia. Con una población que supera los 180 millones de personas, es el sexto país más poblado del mundo. Fue un dominio británico hasta 1956, cuando el país aprobó una constitución y se convirtió en una república islámica. Pakistán Oriental pasó a ser Bangladés en 1971 después de la Guerra Civil. Vivió periódos de gobierno militar, inestabilidad política y conflictos con India, su país vecino, por el control de Cachemira.

Sigue afrontando en la actualidad grandes problemas con el terrorismo, la pobreza, el analfabetismo y la corrupción. Cuenta con el séptimo ejército más numeroso del mundo y posee armas nucleares, lo que lo convierte en el único país del mundo islámico con este tipo de armas y el segundo en el sur de Asia.

Pervez Musharraf había prometido, cuando ganó las elecciones en 2007, renunciar a su cargo de jefe del ejército y llevar a cabo un gobierno civil . La ex primer ministro Benazir Bhutto volvió al país días después tras varios años de exilio, con la esperanza de un retorno paulatino a la democracia. Sin embargo, el 3 de noviembre se produjo un autogolpe de estado, echando por tierra las promesas de apertura e iniciando una nueva dictadura militar con Musharraf a la cabeza.
El 27 de diciembre de ese mismo año la ex-primera ministra Benazir Bhutto fue asesinada en un atentado.

Mamnoon Hussain [1940, Agra India] fue el candidato de la conservadora Liga Musulmana de Pakistán, y es el actual presidente desde el 30 de julio de 2013.




 



- Fundación Malala Fund:
 https://www.malala.org/
 http://worldschildrensprize.org/downloads/theglobe2014/Malala_esp.pdf

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Conversar de libros, y de los caminos a donde ellos nos llevan, dar una opinión, contar impresiones, describir una escena, personaje favorito, nunca contarlo todo, aunque a veces, elijamos ir un poco más allá, y no está mal, no a todos les molesta.
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