domingo, 28 de enero de 2018

Claribel Alegría, un adiós

Claribel Alegría,

un adiós

Claribel Alegría, México, 1953
[Nicaragua, 1924-2018]

La prolongada y rica juventud de la poeta nicaragüense Claribel Alegría ha llegado a su fin.
Nos regaló intensidad, un espíritu silvestre, árboles que fueron sus amigos, vuelos, luchas, los poemas, sus versos cortos.   







El poeta inglés Robert Graves, a quien ella tradujo y fue su vecino en Mallorca, la llamó Hamadríade, hada de la tierra que habita los árboles. Espíritu que ondea con el viento y se renueva con la lluvia, crece y saluda con sus brazos de ramas, te habla con labios de hojas y los cuerpos de madera se inclinan imperceptiblemente cuando pasas. Las hamadríades son presencias, son el alma de los árboles, un lugar para acudir y hallar lo que necesitas hallar.








Poeta, narradora, ensayista, amiga de los grandes poetas
[Juan Ramón Jiménez, Juan Rulfo, Mario Benedetti, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, etc.].
Claribel Alegría y Julio Cortázar, Bismuna, Caribe de Nicaragua
Además de sus publicacioness individuales, trabajó en colaboración con su marido, el diplomático y escritor Darwin J. Fakoll, «Claribud» fue la firma que unía ambos nombres [Cenizas de Izalco, traducciones de Robert Graves y la antología «New Voices of Hispanic America»].

Vivió y estudió en Estados Unidos [Filosofía y Letras], en México, Santiago de Chile, Buenos Aires, París, Palmas de Mallorca... y finalmente volvió a su Nicaragua, a recuperar sus raíces. 

Ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía y de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, entre muchos otros galardones por su vasta obra: más de treinta libros de poemas y casi veinte de prosa. En ellos supo retratar la realidad de su tiempo, se comprometió política y socialmente. Por su ideología y su literatura se la encuadra dentro de la «Generación comprometida», corriente literaria de los 50 y 60 del siglo XX en Centroamérica, que buscó ahondar en las realidades de su tierra y renovar la estética de sus obras.

Puente literario entre América Latina y Estados Unidos, donde estudió y recibió un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Eastern Connecticut. Allí se casó y publicó con su marido la antología New Voices of Hispanic America

Nació en Nicaragua y creció en El Salvador. Los temas de la violencia política y social y la muerte son una constante en sus trabajos. La muerte de su marido, en el terreno personal, fue una experiencia que se tradujo en poesía. También habla del amor, los anhelos y la esperanza.



Sus libros han sido traducidos a catorce idiomas, aquí la novela escrita con su marido, traducida al italiano. Una matanza de campesinos ocurrida en El Salvador en 1932 es el marco de una historia de amor y una evocación infantil, indagaciones en la memoria. La vida externa e interior de sus dos protagonistas: un viajero estadounidense y una dama salvadoreña y sus visiones distanciadas, Carmen y Frank. Una historia de dolor y sufrimiento social. El retrato de un país donde existe una pobreza extrema y grandes injusticias. Hechos reales dentro de una historia literaria.
El título fue tomado del volcán de Izalco, un emblema patriótico para los salvadoreños y famoso por sus erupciones majestuosas.
Un clásico centroamericano, única novela del llamado «boom», que ha sido exaltada y estudiada, tanto por la crítica europea como estadounidense. Julio Cortázar fue uno de los entusiastas comentaristas.




Me acerco una vez más a la literatura nicaragüense con mucho respeto y entusiasmo: Sergio Ramírez Mercado, el último ganador del Premio Cervantes [2017] y el primer centroamericano en recibirlo, autor de Margarita, está linda la mar [1998], Premio Alfaguara. Y quizá la más conocida, Gioconda Belli, autora de La mujer habitada [1988], Sofía de los presagios [1990] y El pergamino de la seducción [2005], entre muchos otros títulos, y también multipremiada.
Por nombrar a dos autores destacados. 

Hoy le digo adiós, a la poeta y escritora. A la que fue parte de una generación de extrema violencia política y, sin embargo, supo transmitir un mensaje de paz. Le digo adiós con la lectura de sus poemas y con el agradecimiento por sus inmensos regalos: el recuerdo de Rilke, la defensa a la mujer y a su pueblo, su lucha vital, el haber sabido traspasar las fronteras, la risa a pesar del dolor, su sentido del humor, su vida plena que contagia y estimula, sus vivencias más íntimas, su enamoramiento, la alegría de abrir la casa a los amigos.

C. G. 

Raíces
[1975]

José Ignacio Fletes Cruz, Nicaragua, 1952

Y soñé que era un árbol
y que todas mis ramas 
se cubrían de hojas
y me amaban los pájaros 
y me amaban también los forasteros/
que buscaban mi sombra...

Huésped de mi tiempo
[1961]

Jeremy Paul, wildlife artist 

Solitaria Condena
Aquí había un vergel 
con un árbol
seis pájaros
el sol.
Tensa la vida te esperaba
y no llegaste.
Quise guardar el árbol con sus hojas
levanté un muro contra el viento
fui áspera
y fui tierna.
No llegaste.
Los pájaros se impacientaban
sentí miedo y los detuve.


Amor

Claribel y Darwin en Mallorca.

Todo lo que amo 
está en ti
Y tú en todo lo que amo


Salí a buscarte

Dinorah Bolandi, 1923-2004, Costa Rica

Salí a buscarte
atravesé valles
y montañas
surqué mares lejanos
le pregunté a las nubes
y al viento
inútil todo
inútil
dentro de mí estabas.


No pienses en mañana

Benigno Gomez, Honduras, 1934-2017
No pienses en mañana 
ni me hagas promesas
ni tú serás el mismo
ni yo estaré presente.
Vivamos juntos la cima de este amor
sin engaños
sin miedos
transparentes.


Quiero ser todo en el amor

Mario René Madrigal, 1957, Nicaragua

Quiero ser todo en el amor
el amante
la amada
el vértigo
la brisa
el agua que refleja
y esa nube blanca
vaporosa
indecisa
que nos cubre un instante.
 
*     *     *


Notas



- Claribel Alegría: una mujer que se compromete. 
Cenizas de Izalco: obra que delata
http://biblioteca.utec.edu.sv/koot/index.php/koot/article/view/73/72

- Fundación Claribel Alegría:
https://www.facebook.com/fundacion.claribelalegria

- Poemas de Claribel Alegría:
http://www.poesiaspoemas.com/claribel-alegria

- El espíritu del bosque: sombra y alas en la obra de Claribel Alegría.
file:///Users/Cecilia/Downloads/el-espiritu-del-bosque-sombra-y-alas-en-claribel-alegria%20(1).pdf

viernes, 12 de enero de 2018

Charles Perrault

Charles Perrault

[12 de enero de 1628, París- 16-5-1703, ibídem]


«Porque ya sabes que yo mismo soy un laberinto,
donde uno fácilmente se pierde».
Ch. P.


Una princesa que hay que despertar, una niña que se topa con un lobo, un castillo siniestro, un gato muy cómico y arrogante con sus botas, una hermosa joven con una madrastra horrible y mala, un niño muy muy pequeño, pero muy muy valiente, casi cincuenta historias escribió Charles Perrault, y llegaron a ser los más famosos cuentos infantiles.

Recopiló «Cuentos del pasado», más conocidos como «Cuentos de mamá ganso», en donde se encuentran:


  • La bella durmiente
  • Caperucita Roja
  • Barba Azul
  • El Gato con Botas
  • Cenicienta
  • Pulgarcito




Formaron parte de nuestra infancia y la de nuestros hijos, luego los nietos, niños a los que hemos querido entretener de la mejor manera. Con una magia y fantasía eternas y renovadas, han viajado siglos por todos los países y en todos los idiomas.



Un simple, cariñoso recuerdo a Charles Perrault, quien supo rescatar estas historias de la tradición oral y transformarlas en cuentos para niños. Luego llegarían los trabajos de los hermanos Grimm y Christian Andersen.
Pero él vivió entre 1628 y 1703, tanto tiempo atrás, y aún hoy, sus cuentos forman parte de nuestra vida en distintas versiones renovadas. Mantienen su gracia y encanto.
Vivió en el siglo de Luis XIV, «el Rey Sol» —el sol símbolo de su omnipotencia. Época de poder absoluto y del famoso Palacio de Versalles, el más suntuoso jamás levantado. Él se movía con soltura en este ambiente real.
Contemporáneo de Molière, Racine, La Fontaine y miembro de la Academia Francesa, escribió poemas, sátiras, libros de arte, de caza, biografías de hombres ilustres, sobre temas mitológicos, sus memorias e hizo traducciones del latín. 
Sin embargo, hoy y siempre es y será el autor de estos famosos cuentos infantiles, escritos en su madurez y que ni siquiera se molestó en firmar.
Charles Perrault, el poder de crear mundos imaginarios, obras literarias de calidad que perduran.

C. G. 

Charles Perrault


Notas

- Cuentos. textos digitales completos:
http://ciudadseva.com/autor/charles-perrault/cuentos/

- Académie française:
http://www.academie-francaise.fr/les-immortels/charles-perrault




martes, 9 de enero de 2018

«Hay un canto en mí», Giovanni Papini

«HAY UN CANTO EN MÍ»
[«C'è un canto dentro di me»]
 Giovanni Papini
[9 de enero de 1881, Florencia- 8-7-1956, íd.]

Giovanni Papini


          Giovanni Papini fue un gran escritor italiano, principalmente de novelas y ensayos. Gog y Un hombre acabado son sus obras más valoradas. Famoso por su personalidad temperamental y por sostener doctrinas antagónicas, también fue poeta. Nuestro admirado Jorge Luis Borges lo reconoce, y escribe en el prólogo de Ya no quiero ser lo que soy

«Si alguien en este siglo es equiparable al egipcio Proteo, ese alguien es Giovanni Papini, historiador de la literatura y poeta, pragmatista y romántico, ateo y después teólogo».

Ahora los invito a leer o escuchar su poema, el poema de un hombre de la literatura, cuya felicidad no era la de llegar a ser un hábil crítico o un pensador agudo, tampoco un literato consagrado, sino de haber podido despejar, de nuestros ojos, esa niebla caliginosa que nos impide ver.
  
Hay un canto en mí que mi boca jamás pronunciará - que no escribirá mi mano en ningún trozo de papel.
Hay un canto en mí que debo escuchar yo solo, que debo padecer y soportar solamente yo.
Hay un canto preso en mis venas como los celestiales adagios del argentado órgano - hay un canto que como la raíz del gladiolo no florecerá bajo el alud.
Hay un canto en mí que estará siempre en mí.
Si este canto saliera de mi corazón, quebraría mi corazón.
Si este canto escribiera mi mano, ninguna otra palabra escribiría mi mano.
Este canto no se dirá sino en la última hora de mi vida; este canto será el inicio de una feliz agonía.
Hay un canto en mí que no puede salir de mí porque no se han creado aún las palabras necesarias.
Un canto sin medida y sin tiempo; sin ritmo y sin leyes.
Un canto sin ningún sosiego y que astillaría cualquier lenguaje.
Un canto inatendible sin que el alma se intimide por la sorpresa y se coloree de otro sol.
Un canto más respirado que dicho, más presentido que expresado: son de luces, rayo de acordes.
Un canto sin ansias de música porque sería más melodioso que cualquier otro instrumento conocido.
En mi corazón inmenso, que por días abarca el universo, a este canto, le cuesta quedarse adentro. En los minutos más angustiantes de la vida, este canto querría derramarse de mi corazón demasiado estrecho como el llanto de los ojos de quien se llora a sí mismo. Pero lo rechazo y lo engullo, pues junto a él también la sangre de mi corazón se derramaría con la misma furia voluptuosa. Lo encierro en mí mismo porque no quiero morir aún.
Soy una víctima dulce de este canto divino y homicida. Debo cerrar el corazón como la puerta de una cárcel y sofocar sus latidos sobrehumanos como si fueran remordimientos. Y ser, con toda mi ternura, el hombre feroz al que no se acercan los débiles.
Porque mi canto sería un aterrador canto de amor, y ese amor abrasaría todo lo que toca.
El amor que solo cobija es apenas tibio, pero el verdadero amor en el mismo soplo besa y destruye.
Este amor resplandecería tanto de candente avidez que ese día la tierra iluminaría al sol y la medianoche sería más ardiente que el mediodía más ardiente.
Pero yo no cantaré jamás este canto terrible que me consume sin que nadie tenga compasión de mi tormento.
Yo no cantaré jamás este canto maravilloso del que mi temor reniega y que espanta mi debilidad.
No cantaré este canto porque nadie podría sustentar la infinita, la desgarrante, la dolorosa dulzura.

[Traducción: Ricardo R. Laudato, 2003]

En italiano

C'è un canto dentro di me che non potrà mai uscire dalla mia bocca - che la mia mano non saprà scrivere sopra nessun pezzo di carta.
C'è un canto dentro di me che devo ascoltare io solo - che devo soffrire e sopportare soltanto io.
C'è un canto chiuso nelle mie vene come gli adagi celestiali nelle canne argentate degli organi - c'è un canto che non fiorirà come la radice del giaggiolo sepolta sotto la frana.
C'è un canto dentro di me che che resterà sempre dentro di me.
Se questo canto uscisse dal mio cuore romperebbe il mio cuore.
Se questo canto fosse scritto dalla mia mano nessun'altra parola più potrebbe scrivere la mia mano.
Questo canto non sarà detto che nell'ultima ora della mia vita; questo canto sarà il principio d'una felice agonia.
C'è un canto dentro di me che non può uscire fuori di me perché non furono ancor create le parole necessarie.
Un canto senza misura e senza tempo; senza ritmo e senza leggi.
Un canto che non può adagiarsi in nessuna forma e che spezzerebbe qualunque linguaggio.
Un canto che nessuno potrebbe ascoltare senza che la sua anima fosse sgomenta dalla sorpresa e ricolorata da un altro sole.
Un canto più respirato che detto, più presentito che manifestato: suono di luci, raggio d'accordi.
Un canto che non desidera nessuna musica perché sarebbe più melodioso d'ogni strumento conosciuto.
Dentro il mio cuore così grande che a giorni contiene l'universo questo canto è così grande che ci sta a gran fatica. Nei minuti più angosciosi della vita questo canto vorrebbe traboccare dal mio cuore troppo stretto come il pianto dagli occhi di chi piange se stesso. Ma lo respingo e lo ringhiotto perché insieme a lui anche il sangue del mio cuore traboccherebbe con la stessa furia voluttuosa. Lo rinchiudo in me stesso perché non voglio ancora morire.
Son la vittima docile di questo canto divino e omicida. Debbo serrare il cuore come la porta di una carcere e soffocare i suoi battiti soprumani come tanti rimorsi. Ed essere, con tutta la mia tenerezza, il feroce a cui non s' accostano i deboli.
Perché il mio canto sarebbe uno spaventoso canto d'amore e quest'amore brucerebbe tutto quello che tocca.
L'amore che riscalda soltanto è appena tiepido ma il vero amore nel medesimo soffio bacia e distrugge.
Quest' amore sarebbe così splendente d'infocata bramosia che in quel giorno la terra illuminerebbe il sole e la mezzanotte sarebbe più ardente del più bruciato meriggio.
Ma io non canterò mai questo terribile canto che mi consuma senza che nessuno abbia compassione del mio tormento.
Non canterò questo canto meraviglioso che la mia paura rinnega e che fa tremare la mia debolezza.
Non canterò questo canto perché nessuno potrebbe sostenerne l'infinita, la straziante, la dolorosa dolcezza. 

De Opere di Giovanni Papini. Volumen decimoséptimo que incluye: Poesia in prosa. Cento pagine di Poesia - Giorni di Festa. Nueva edición aumentada. Originariamente en Cento Pagine di Poesia, 1915, con alguna ligera modificación.

Notas

- Pagine di poesia:
https://lapoesiaelospirito.wordpress.com/2013/10/10/giovanni-papini-cento-pagine-di-poesia/