«Arte poética»
[El hacedor, 1960]
Jorge Luis Borges
[1899-1986]
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en la tarde una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
* * *
Mi comentario de lectora:
«Arte poética» tiene, como su título lo anuncia, por objeto la poesía. Y el arte en general. El devenir constante que es la realidad —que es la misma y es otra—. En la reiteración de palabras y significado, veo la fuente para el autoconocimiento y la transformación.
Toda explicación de sentido es otra cosa, lo que el poema nos transmite es algo íntimo y profundo, es en su ámbito poético donde lo aprecio.
Heráclito, el Oscuro, [535-484 a.C.] afirma, a diferencia de Parménides, que el fundamento de todo está en el cambio incesante; que el ente deviene, que todo se transforma, en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.
Todo fluye, todo pasa y nada permanece. Heráclito compara la realidad con el curso de un río —símbolo del cambio continuo de todas las cosas—. Es famosa su frase: «no podemos bañarnos dos veces en el mismo río». Si volvemos a él, sus aguas, sus riberas, su lecho, ya no son los mismos.
El poema —catorce versos endecasílabos— comienza y termina nombrando a ese río.
Encuentro la significación en su totalidad poética, con las antítesis y los oximoron, y me conmuevo ante: los rostros en el espejo, y la cara que nos mira; el tiempo y los años que deterioran, convertidos en música, rumor y símbolo; la vigilia como un sueño y la muerte; los ríos de cristal, el arte que nos revela y el significado de volver a la verde y humilde Itaca, dejando atrás los prodigios.
Espero que hayan disfrutado de esta lectura, y que haya despertado miradas diferentes,
C. G.
Notas
- «Arte poética» en la voz de su autor:
- Imagen elegida: «Enchanted Pool», John Henry Twachtman, American impressionist painter [1853-1902]
- El hacedor, Jorge Luis Borges:
http://www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/Jorge%20Luis%20Borges%20-%20El%20hacedor.pdf
- Análisis del poema:
http://www.revistaliteratura.uchile.cl/index.php/RCL/article/viewFile/41695/43199
- Fundación J. L. Borges:
http://www.fundacionborges.com.ar/
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