martes, 18 de abril de 2017

«Arte poética», J. L. Borges

«Arte poética»

[El hacedor, 1960]

Jorge Luis Borges

[1899-1986]



Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río 
y que los rostros pasan como el agua.




Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en la tarde una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

*     *     *

Mi comentario de lectora:

       «Arte poética» tiene, como su título lo anuncia, por objeto la poesía. Y el arte en general. El devenir constante que es la realidad —que es la misma y es otra—. En la reiteración de palabras y significado, veo la fuente para el autoconocimiento y la transformación. 
Toda explicación de sentido es otra cosa, lo que el poema nos transmite es algo íntimo y profundo, es en su ámbito poético donde lo aprecio.

Heráclito, el Oscuro, [535-484 a.C.] afirma, a diferencia de Parménides, que el fundamento de todo está en el cambio incesante; que el ente deviene, que todo se transforma, en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.

Todo fluye, todo pasa y nada permanece. Heráclito compara la realidad con el curso de un río —símbolo del cambio continuo de todas las cosas—. Es famosa su frase: «no podemos bañarnos dos veces en el mismo río». Si volvemos a él, sus aguas, sus riberas, su lecho, ya no son los mismos.
El poema —catorce versos endecasílabos— comienza y termina nombrando a ese río.

Encuentro la significación en su totalidad poética, con las antítesis y los oximoron, y me conmuevo ante: los rostros en el espejo, y la cara que nos mira; el tiempo y los años que deterioran, convertidos en música, rumor y símbolo; la vigilia como un sueño y la muerte; los ríos de cristal, el arte que nos revela y el significado de volver a la verde y humilde Itaca, dejando atrás los prodigios.

Espero que hayan disfrutado de esta lectura, y que haya despertado miradas diferentes,

C. G. 


Notas

- «Arte poética» en la voz de su autor:




- Imagen elegida: «Enchanted Pool», John Henry Twachtman, American impressionist painter [1853-1902]

- El hacedor, Jorge Luis Borges:


http://www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/Jorge%20Luis%20Borges%20-%20El%20hacedor.pdf

- Análisis del poema:
http://www.revistaliteratura.uchile.cl/index.php/RCL/article/viewFile/41695/43199

- Fundación J. L. Borges:
http://www.fundacionborges.com.ar/


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