lunes, 7 de abril de 2014

En el día de su nacimiento: Gabriela Mistral

Gabriela Mistral

7 de abril de 1889, Vicuña, Chile

10 de enero de 1957, Nueva York, Estados Unidos, 67 años

  Un día como hoy, 7 de abril en el Valle de Elqui, su amada tierra, nacía Gabriela.





 La maestra que no lee tiene que ser mala maestra: ha rebajado su profesión al mecanismo de oficio, al no renovarse espiritualmente. 



Admirada, siempre recordada nuestra poeta chilena.

Diplomática [cónsul en Nueva York, 1953], feminista con sello propio y pedagoga «sin título». Fue una verdadera autodidacta, leyendo y estudiando todos los libros que llegaban a sus manos. Tuvo la enorme suerte de conocer a un periodista, Bernardo Ossandón, que vivía en la misma localidad donde vivían ella junto a su madre y hermana, La Serena, en el Valle de Elqui. El generoso amigo le ofreció todo lo que quisiera de su excelente biblioteca: Montaigne, Amado Nervo, Lugones, Tolstoi, Gorki, Dostoievski, Rubén Darío, etc.

Todo lo leyó con la sed de lectura de alguien que sufrió una infancia vacía de biblioteca, y agradecimiento hacia el que le proveyó de algo inapreciable.
Esta experiencia seguramente influyó en su posterior trabajó de impulsar la creación de bibliotecas provinciales, «las bibliotecas que yo más quiero son las provinciales, porque fui niña de aldea y en ella me viví juntas a la hambruna y a la avidez de libros» [Gabriela Mistral: el libro y la lectura].



La sencilla casa de Gabriela Mistral en el poblado de Montegrande
Aquí se habían traslado con su madre y su media hermana cuando tenía tres años y tras el abandono de su padre, el profesor Juan Jerónimo Godoy. Vivió en esta casa del pequeño poblado del Valle de Elqui, su querido valle natal, hasta los nueve años.



Su verdadero nombre fue Lucila Godoy Alcayaga, pero usó varios seudónimos para firmar sus primeras publicaciones [Soledad, Alguien, Alma], quedándose finalmente con el que la conocemos. Tomado de dos de sus escritores favoritos: el francés Federico Mistral y el italiano Gabriele D´Annunzio.

Autora de Tala*, su obra cumbre [1938, el retorno a los orígenes, a la unión sagrada del hombre con la tierra] y Desolación* [1922, asociado con el vanguardismo]

Premio Nobel de Lietaratura 1945. Ubicada dentro de la generación posmodernista, grupo heterogéneo entre el modernismo y los movimientos de vanguardia, compartido con el mexicano Alfonso Reyes, el argentino Evaristo Carriego y la uruguaya Delmira Agustini, entre otros muchos.*

Su trabajo como educadora lo empezó siendo muy joven, fue allá por 1904...



Primera escuela donde trabajó Gabriela Mistral


                                             
                                       ...en una escuela de la aldea llamada Compañía Baja a los catorce años, como hija de gente pobre y con padre ausente y un poco desasido. Enseñaba yo a leer a los alumnos que tenían desde cinco a diez años y a muchachotes analfabetos que me sobrepasaban en edad. A la directora no le caí bien. Parece que no tuve ni el carácter alegre ni la fisonomía grata que gana a las gentes ...*

La educación y su trabajo como docente ocuparron buena parte de su vida. Con mucho esfuerzo y sorteando diversos conflictos, logró ejercer en Chile alrededor de veinte años. 

Fue requerida en México por el escritor y político, José Vasconcelos [La raza cósmica], Ministro de Educación Púplica, quien la invita a participar en la Reforma Educacional de ese país.

Al haber sufrido experiencias negativas como alumna, al haber tenido que superar la poca valoración profesional, trabajará incansablemente para revertir estos pesares. Para mejorar la educación latinoamericana, con especial y delicado cuidado hacia los niños y jóvenes, grupos indígenas y las mujeres. Siempre con su mirada amplia y abarcadora, profunda. 
Distina a esa mezquina, que la excluyó durante tanto tiempo.

Sintió un gran orgullo de ser maestra y lo vivió con enorme responsabilidad.
Poema en prosa escrito en 1919:



«La oración de la maestra»



 



¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra.

Dame el amor único de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes.

Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí cuando me hieren. No me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que enseñé.

Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame que alcance a hacer de una de mis niñas mi verso perfecto y a dejarte en ella clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios no canten más.

Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada día y de cada hora por él.

Pon en mi escuela democrática el resplandor que se cernía sobre tu corro de niños descalzos.

Hazme fuerte, aun en mi desvalimiento de mujer, y de mujer pobre; hazme despreciadora de todo poder que no sea puro, de toda presión que no sea la de tu voluntad ardiente sobre mi vida.

¡Amigo, acompáñame! ¡Sostenme! Muchas veces no tendré sino a Ti a mi lado. Cuando mi doctrina
sea más casta y más quemante mi verdad, me quedaré sin los mundanos; pero Tú me oprimirás
entonces contra tu corazón, el que supo harto de soledad y desamparo. Yo no buscaré sino en tu 
mirada la dulzura de las aprobaciones.

Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser complicada o banal en mi lección cotidiana.

Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada mañana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis mezquinos dolores de cada hora.

Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando!

Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más horas que las columnas y el oro de las escuelas ricas.

Y, por fin, recuérdame desde la palidez del lienzo de Velázquez, que enseñar y amar intensamente sobre la Tierra es llegar al último día con el lanzazo de Longinos en el costado ardiente de amor.



Gabriela Mistral
La oración de la maestra, del libro Desolación, Punta Arenas, 1919


*     *     *


Leer la obra de Gabriela Mistral, conocer su vida y sus itinerarios, aproximarse a sus temáticas: la identidad americana, la maternidad, la niñez, el dolor y la muerte, la transgresión no solo cultural, la maestra, etc. Percibir su estilo vital, echar una mirada a su manera de afrontar las vicisitudes —las del mundo y las propias—, o propias con respecto al mundo. 
Aspectos que expliquen su formación, su sensiblidad artística y humana.

Ella nos aconsejaría leer la biografía que de ella hizo el periodista chileno Ismael Edwards Matte, entre tantas que aparecieron tras haber recibido el Premio Nobel de Literatura [1945], Gabriela Mistral, poesía y periodismo.
  
«Tenía el don inglés de ser exacto, aventando a su vez la cursilería elogiosa y el denuestro criollo, rara virtud en escritor sudamericano».

Una mujer excepcional, que apostó por la trilogía educativa maestro-padres de familia-alumno. A este grupo había que fortalecer. 

Así fue su gran legado literario y moral. Su trabajo incansable para tener una sociedad mejor, desde un pueblo instruído. Educadores que transmiten, además de conocimientos científicos y humanísticos, valores para tener una armonía social. El niño y el joven deben descubrir su vocación y construír su libertad. 
Es responsabilidad de los adultos ayudarlos.

Al prestigio internacional se le suma opiniones y estudios que no cesan. Para nosotros, que seguramente la leímos por primera vez en el colegio, irá teniendo el valor y lugar que le vayamos dando, con nuestra lectura y relectura, pausada y perceptiva. La admiraremos por su obra literaria y por sus ideas educativas, por conferencista destacada en varios países del mundo, también por su personalidad superadora.

Trataremos de inspirarnos en esa voluntad. Le seguiremos dando la mano...

Dame la mano y danzaremos; dame mi mano y me amarás. Como una sola flor seremos, como una flor y nada más...
El mismo verso cantaremos, al mismo paso bailarás.


 


Este fue mi recuerdo de hoy, renovado cada aniversario, a 126 años de su nacimiento. 


C. G.




Mis notas:
 

- Carta de Gabriela Mistral a Virgilio Figueroa, Puerto Rico, 1933 (... en una escuela de la aldea llamada...)


- Generación posmodernista:  conocida también por el nombre de generación mundonovista o de 1912; sus rasgos más destacados son el rechazo del cosmopolitismo modernista extranjerizante mediante el retorno a lo autóctono [a la tierra y los motivos locales] y la búsqueda de un lenguaje poético despojado de la afectación esteticista del modernismo, basado en la sencillez y próximo a la lengua hablada.


- Tala:  
Leer:  http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-7914.html


-Desolación: Los poemas que conforman este libro, habían sido presentados y premiados en Santiago de Chile, cuando Gabriela tenía 25 años. Se publicaron nuevamente en Nueva York, bajo este título, en 1922, editado por el Instituto Hispánico y a instancias del hispanista Federico de Onís.
Inspirado en los desolados paisajes patagónicos del sur de Chile, está dividido en: Vida, La escuela, Dolor y Naturaleza.
De aquí es el poema elegido, La oración de la maestra.


- Universidad de Chile, sitio desarrollado por SISIB y Facultad de Filosofía y Humanidades:
 http://www.gabrielamistral.uchile.cl/poesiaframe.html


- Homenaje del Instituto Cervantes:  
http://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/mistral/default.htm


- Gabriela Mistral: el libro y la lectura, de Catalina Romero: «Un apasionante e inteligente recorrido cultural desde el siglo XIX hasta la actualidad del siglo XXI».
http://www.libros.uchile.cl/files/presses/1/monographs/358/submission/proof/files/assets/basic-html/toc.html


- Otras obras destacadas: Ternura [1924], Nubes blancas [1925], Talá [1938], Lagar [1954], Epistolario [1957] y Recados contando a Chile [1957]. 
Varias antologías: Lectura para mujeres [1924], Antología [1950] y Pequeña antología [1950].
Muchísimo más que podrán encontrar facilmente y elegir según los propios gustos e interés.





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