jueves, 5 de febrero de 2015

«El almuerzo desnudo», de William Burroughs, que nacía un día como hoy, 5 de febrero



William Seward Burroughs,

generación beat

St. Louis, Missouri, 5 de febrero de 1914

Kansas, 2 de agosto de 1997

 

¿Tus sonetos limpios?
 Yo quiero tus borradores secretos
            más sucios
                                 tu esperanza,
en su más obscena Magnificencia, ¡oh Dios!

Allen Ginsberg¹, «La inteligencia brillante»

William S. Burroughs, fotografía de 1965 [Evening Standard/Getty Images]

Innovador, audaz, transgresor, provocador, no apto para susceptibles.
 «No te dejes llevar por su apariencia», decían.
En esta foto que elegí no se ve tan inocente, ¿no? 
Su mirada, hummm, el aspecto general sí es la de un hombre circunspecto.

Hoy hubiese cumplido 101 años.

Novelista, ensayista y crítico social, fue una de las figuras principales de la Generación Beat, como lo fueron Jack Kerouac [1922-1969] y Allen Ginsberg [1926-1997].

Le han dado distintos títulos: profeta de la contracultura, el autor moderno más citado, posible genio de la lengua inglesa de no haber sido por su adicción, outsider o misfit [inadaptado], padre de la generación beat, etc.

Pero, este escritor, artista experimental y renovador del lenguaje narrativo, inventor de términos e inclasificable estilo, muy alejado de las normas académicas, estudió sin embargo Literatura en la prestigiosa Universidad de Harvard, graduándose en 1936.
[Visiten su official website que ofrezco al final].

Ejerció una gran influencia en una amplia y variada franja cultural, no solo en escritores [en el rock: Bob Dylan, John Lennon, el Indio Solari, etc.], escribió docenas de libros [novelas y ensayos], realizó cientos de pinturas y fotografías. Sus obras, vida y pensamiento fueron llevados al cine, en películas y documentales.
[Hay numerosas entrevistas que están disponibles en You Tube].

Sus conocimientos sobre mitología egipcia y oriente, prácticas chamanistas y piratas, historia azteca y escritura maya, civilización occidental y mucho más, volcados en sus ensayos, muestran a un hombre con conocimientos e intereses muy variados.

También actuó en diversas representaciones y hasta fue personaje de la famosa «novela de culto», En el camino, de Jack Kerouac —es Old Bull Lee.
El otro personaje famoso, Dean Moriarty, es el ícono de la Generación Beat y del movimiento psicodélico de la década de 1960, Neal Cassady.

Volviendo a Burroughs, diría que leer sus novelas, especialmente El almuerzo desnudo que voy a comentar, puede resultar una sorpresa no muy agradable, sobre todo si el lector no tiene cierto conocimiento de la vida del autor —Lee el Agente, personaje principal de la historia, es el álter ego de Burroughs—, o no ha comenzado por las obras más accesibles, como Yonqui o Marica.

Leer El almuerzo desnudo no es una elección fácil. Encontrarán que a muchos les ha parecido genial y a otros, insoportable.

«Puesto que este libro trata del tema de la droga, es brutal, obsceno y repugnante por necesidad. La enfermedad suele tener detalles repulsivos no aptos para estómagos sensibles», advierte el autor.

Así es, el tema de la droga, de la manera más brutal que se puedan imaginar. Una mirada despiada a una parte de la sociedad que nos compete, a la burocracia, religión, sexualidad, instituciones.

Llegué a este libro gracias a Rodrigo Fresán, y a él por John Banville. De Fresán estoy leyendo La parte inventada... la importancia de los libros que te conectan a otros libros, dice Fresán. Pues en esta novela aparecen Burroughs y su mujer.

También Fresán le dedica a los lectores párrafos muy directos, advirtiendo y despidiendo a los que leen rápido y fácil, a los que no están dispuestos a aprender a respirar.
Lo quiero aplicar a esta lectura, por eso lo nombro.

Por aprender a respirar interpreto, y lo aplico acá, es interiorizarme también en el método «cut-up», por el que Burroughs sentía una gran fascinación. El autor prioriza la sugestión por sobre la narración. Serían collages narrativos, escenas que aparecen de pronto... pero noté, en mi experiencia,  que no se  pierde el sentido de lo relatado, al contrario lo completa encontrando o no el vínculo, es una cuestión de efecto. 
Desensamblar y «reapropiar» el lenguaje escrito y hablado... «Cuando cortás el presente, el futuro se filtra».

Ahora sí, hecha todas las prevenciones... —warning!, warning!—, dice Fresán, queda en cada uno seguir adelante o detenerse acá.

*     *     *

Leer o / y ver  la película,  El almuerzo desnudo [Naked Lunch, 1959], una de las novelas más famosas de William Burroughs, para muchos, su obra maestra:

La película canadiense, de 1991 [a 32 años de la novela], está dirigida y guionada por David Cronenberg. No sólo toma esta obra, también otros trabajos y datos autobiográficos.
La realiza tomándose muchas libertades, con una excepción, el pasaje donde Lee cuenta la historia de «Talking Asshole» [el culo que habla], este episodio está tomado casi literalmente.

Sus actores principales son: Peter Weller y Judy Davis. Música del excelente compositor de jazz, Ornette Coleman y del grupo sufí de Marruecos, The Master Musicians of Jajouka.

Algunos personajes, como Hank y Martin, están inspirados en sus amigos y escritores Jack Kerouac y Allen Ginsberg. Como también es sacado de la realidad la muerte de su pareja, Joan Vollmer, Joan Lee en la historia. Ella murió en realidad en México, no en el auto. Todo sucedió mientras jugaban, bastante borrachos, a Gullermo Tell. Obviamente este episodio alimentó «la leyenda Burroughs».
*

Naked Lunch, película completa, subtitulada en español:

Nothing is true, everything is permitted.
Nada es verdadero, todo está permitido.

Hassan-i Sabbah


Primero unos fragmentos y la voz y presencia del propio autor, luego la película comienza con una adaptación del capítulo «El exterminador hace un buen trabajo».

—Exterminen todo pensamiento racional. 
—Bill, eso es lo que el mundo necesita: más exterminadores... literarios. 


  https://www.youtube.com/watch?v=uP2jfH9FTjc


*     *     *


El libro comienza con una introducción
«Declaración: Testimonio de una enfermedad»


Título original: [The Naked Lunch, 1959]


Desperté de la enfermedad a los cuarenta y cinco años...

                                                                               Y «la enfermedad» es la adicción a las drogas. Burroughs nos cuenta que fue adicto durante quince años.
El título de la novela le fue sugerido por su amigo y famoso escritor, Jack Kerouac, y ya diré al final, para el que lo quiera leer después de haber hecho su propia interpretación, algún significado del mismo.

Al parecer Burroughs tomó notas detalladas de esos momentos de delirio, no lo recuerda.
Lo que si sabe es que ha consumido todo: morfina, heroína o «caballo», eucodal, pantopón, opio, demerol, etc. Y la ha fumado, comido, aspirado, inyectado, no importa, tanto da como se la metió en el cuerpo. Nos sumerge en estos temas y nos dice de la diferencia con el grupo de los alucinógenos.

La droga produce una fórmula básica de virus «maligno»: El álgebra de la necesidad.
El rostro del «mal» es siempre el rostro de la necesidad total.
El drogadicto es un hombre con una necesidad absoluta de la droga.
A partir de cierta frecuencia, la necesidad no conoce límite ni control alguno. 
Las palabras de necesidad total:
— ¿Estás dispuesto?
Sí, lo estás. 
Estás dispuesto a mentir, engañar, denunciar a tus amigos, robar, hacer lo que sea para satisfacer la necesidad total.
Porque estarás en un estado de enfermedad total, imposibilitado para hacer cualquier otra cosa.
Los drogadictos son enfermos que no pueden actuar más que como actúan. 

La droga es una gran industria y adoptar una actitud puritana no conduce a nada ni sirve de mucho.
Es mejor enfrentar este flagelo sin falsas expectativas ni proclamas de quijotescos ataques a «los de arriba».

En esta interesante «Introducción», que fue escrita y agregada después de la primera publicación, como también el epílogo, Borroughs habla de todo, de su experiencia en Tánger y del duro tratamiento en Londres.

Sólo en estas dos partes, de comienzo y final, leemos de una forma «aleccionadora» sobre las diferentes drogas y sus consecuencias, psíquicas, físicas y emocionales.
Aunque en los distintos episodios sí encontramos notas aclaratorias.

*     *     *

La novela tiene 21 capítulos o episodios, una introducción ya nombrada, el prefacio y un apéndice final.
William Lee, álter ego de Burroughs, es el personaje central que nos conduce por esta impresionante historia no-lineal —el desarrollo va a ir tomando distintas direcciones.
Contada pues en primera persona.

En [1] «Uno», nos metemos de lleno en el lenguaje de la droga y homosexualidad, podría decir un argot o slang, una jerga típica, propia de la calle donde conviven yonquis y polis.
Los lugares donde se desarrollan las escenas son muchos: ciudades y países con sus características, como Chicago, St. Louis, Illinois, Missouri, Nueva York,... Distintos lugares de EE. UU., también Perú, Turquía, México, Suecia y... nada que hacer, «los lugares aburren... pero no hay tedio como el tedio norteamericano»

En cualquier lugar, desde Estambul a Yemen, se lanzan unos a otros maldiciones drogadas que los demás no oímos. Ni nos enteramos que cuando se quedan sin «caballo» se las arreglan con jarabe para la tos. Y viajar viajar, un largo viaje en auto por las carreteras, son los pinchetas itinerantes.

Más adelante leeremos de un lugar llamado Interzona y le encontraremos el propio significado.

Y policías siempre, del Estado, esos bien entrenados en la universidad, o sheriffs rurales con el hablar pausado y siempre algo amenazor en sus ojos. 
 Y ese frío que se te mete dentro cuando se va la droga.      
    
La ironía y crueldad desplegada en este capítulo [2] «Benway»² , del que ofrezco un video, advirtiendo lo desagradable que es.
Le encargan a Lee que contrate los servicios del Dr. Benway, Consejero de la República de Libertonia, para Islam, S. A.
En este lugar se practica el amor libre y los baños continuos, es el país más insípido y limpio, pero parece que no todo anda tan bien como quieren aparentar.

El doctor aborrece la violencia, sin embargo él es un experto en todos los grados de interrogatorio, y podía hacer sentir culpables a los que eran, según su diagnóstico, adictos al control.Tenía sus métodos...
En Anexia, donde había trabajado antes, los ciudadanos estaban sometidos a toda clase de injerencias y sanciones.

Ambos visitan el Centro de Reacondicionamiento de Libertonia, dirigido por el doctor. Allí ven
a los pacientes, adictos internados según sus distintos niveles de adicción y hacen observaciones sobre los efectos de la morfina, heroína y finalmente, la esquizofrenia terminal... ausencia de actividad en el cerebro.

[3] «Joselito», es el que escribe poesía social mala, el campesino estúpido que está siendo atendido por el doctor alemán, que no sólo es médico. Ostenta además otros prestigiosos y dispares talentos, como la de ser matemático, maestro de ajedrez y concertista de violín.

Carl, amigo que lo acompaña, habla con el médico sobre el estado de Joselito,... «el bacilo de Koch», dice el doctor.

Más tarde, con sobredosis de heroína encima, ve como su joven amigo con tuberculosis siente el miedo, en esa habitación de hospital, un pánico que le enciende y apaga los ojos.

Cuando sonreía, el miedo desaparecía en trocitos de luz, acechaba enigmáticamente trepado a las frías esquinas del techo. Y, ¿qué podía decir yo, sintiendo la muerte a mi alrededor, y esas imágenes rotas que nos vienen antes del sueño, allí, en mi mente?

En [4] «La carne negra», el pequeño limpiabotas con sonrisa de ligar y ojos muertos, fríos, submarinos...rapaces, mantiene una conversación con el marinero con voz de susurro, de yonqui. 
Siempre el tema de las venas y la necesidad de conseguir tubos.

Los chaqueteros no tienen hígado y se alimentan exclusivamente de cosas dulces. Ellos se disputan clientes en una ciudad donde los traficantes de la Carne Negra y las adicciones envilecedoras conforman un paisaje sólo visible para los que registran con la necesidad, con la emergencia controlada de la droga.

Notas de desintoxicación en [5] Hospital, desde la paranoia de la carencia inical, que muchos creen que es el punto crítico, y no lo es, a la fase final, ese pánico de quedar afuera de ese mundo —la vida suspendida entre dos maneras de ser—, pasando por el sueño en un campo de amapolas.

Reaparece el Dr. Benway, una escena horripilante, de una operación con la sangre saltando para todos lados, que se ve en el video². 

Cuando estás en recuperación, el peligro que es siempre latente, es el de cruzarte con uno de esos pinchetas de aquellos tiempos o un matasanos de receta fácil.

Un amigo de Lee, Miguel, cae a visitarlo después de haberse «descolgado» de la droga por dos meses, es el capítulo [6] Lázaro vuelve. Claro, es Lázaro quien quiere resucitar. Todo ocurre en un día como tantos cuando Lee vive en estado de tercer día de carencia.

Lee no es precisamente un hombre invisible, sino difícil de ver.

Un grupo de chaqueteros que no tienen hígado y se mantienen exclusivamente de dulces, en [7] La sala de juego de Hassan. Es uno de los episodios más fuertes.
Y fue mi límite, hasta acá llegué, creía, en el breve comentario de los capítulos...

Una carnicería asquerosa, ¡por Alá, que nunca vi nada tan absolutamente horrible.

Después de un descanso, seguí leyendo.
Las escenas siguen siendo escatológicas y sexuales muy explícitas.
Recurriendo siempre a la técnica cut-up ya nombrada, que consiste en «reordenar la narración en fragmentos aleatorios con el fin de destruir la sintaxis y la gramática del lenguaje», con la posible dificultad de comprensión por los constantes comentarios que cortan el hilo narrativo.
Esta última apreciación será puesta en duda.

Los capítulos que siguen son: [8] Campus de la Universidad de Interzonas, [9] La fiesta anual de A. J., Reunión del Congreso Internacional de Psiquiatría Tecnológica, [10] El mercado, ¿respiramos aliviados cuando leemos [11] Gente normal y corriente?, no no, [12] Islam, S. A., y los partidos de Interzonas, [13] El oficial del juzgado, [14] Interzonas, [15] El Reconocimiento, [16] ¿Has visto a Rosa Pantopon?, [17] Paranoias de la coca, [18] El exterminador hace un buen trabajo, [19] El álgebra de la necesidad, [20] Hauser y O´Brien, [21] Prefacio atrofiado ¿Y tú no?

Finaliza con un apéndice: «Carta de un experto adicto a las drogas peligrosas», Venecia, 3 de agosto de 1956.

Los capítulos se van relacionando, William Lee, el protagonista, es un agente doble «factualista»*, que está haciendo una cura para «descolgarse».
*Nota: Busca encontrar la coherencia entre los hechos y la representación mental de los mismos. Creen en la necesidad de observar los fenómenos naturales y de experimentar.

Pero cada uno de los personajes va tomando también su rol principal, como el Dr. Benway.
Ellos van reapareciendo de tanto en tanto.

Algunos tienen apodos realmente insólitos, como Joe el Inútil, Última Erección o Gran Desgüellazorras.
Otros hablan raro, como los trancantes chinos, con su lenguaje desconfiado hacia los yonquis de occidente. Nunca les creen y se atajan con sus muletillas diciendo: —¡No tenel... Volvel vielnes!

Situaciones grotescas, obscenas, sórdidas, no demasiado comprensibles en un principio, en este lugar llamado Interzona mezclado con otros, como el pueblo El Palomar o La Isla. Libertonia, que merece una lectura aparte... allí el Estado se adapta a la necesidad de cada individuo.

Pero no preocuparse mucho por los lugares, por ubicar las escenas, pueden ser enTánger o México,
o cualquier habitación de un «no sé donde estoy».

Y para hablar del tiempo en que transcurre la historia, debemos hablar de necesidad.
Para el adicto la necesidad es su reloj de arena. Él vive el Tiempo-droga. El tiempo tiene sentido para él solo en relación con la necesidad.
Y siempre está la necesidad del azúcar.

Interzonas tiene sus ordenanzas, no vayan a creer. Por ejemplo, se prohíbe cualquier reunión de Islam, S. A., pero son bien aceptadas las investigaciones telepáticas.

Esta narración es un híbrido, como ya se habrán dado cuenta. Nada que ver con las secuencias narrativas a las que estamos acostumbrados, ni con un marco temporal y espacial determinados.
Por eso, cada lector puede estructurar estos capítulos como mejor lo desee.

*     *     *
 
Decía que al finalizar iba a explicar algunos de los posibles significados del título del libro.

Pues bien, que el almuerzo está vacío si los países civilizados quieren volver a los ritos druídicos [prácticas religiosas con sacrificios humanos], refiriéndose el autor en algunos pasajes a su posición contra la pena de muerte. Si quieren alimentar a sus dioses con sangre de sacrificios humanos, que vean lo que de verdad comen y beben. Que vean lo que de verdad hay en la gran cuchara de las noticias.

Otra posibilidad es tener en cuenta la lectura de su otra novela, Queer [para muchos, el origen secreto de El almuerzo...], título traducido como Marica, y una mala interpretación de naked lust, «lujuria desnuda» de Lee, de allí pensó el título Naked Lunch / El almuerzo desnudo.


Pasajes increíblemente irónicos y hasta graciosos, sí, humor negrísimo ante el descomunal sinsentido o lo que nos parezca exageración absoluta. Nos podemos reír del personaje de Hospital, el forense llamado Ahmed Autopsias que se hizo rico traficando gusanos de Egipto.

Lo que se cuenta en Oficial de juzgado se nos parece bastante, hay que reconocer que ese «Viejo Tribunal», donde los casos se extienden hasta que los interesados mueren o los retiran, y los expedientes se archivan en el lugar equivocado, bueno, lamentablemente no nos resulta tan de ficción.

Aunque este estado más distendido no durará más que los segundos que ocupan la lectura de unas líneas, ya enseguida caemos en el disgusto de las bajezas humanas más impensadas para la mayoría, me imagino, la degradación física y moral.

Y si no hay que hacer como «El Gordo», uno de los personajes: aprender el Álgebra de la Necesidad y sobrevivir.
Saber que:

Los yonquis carecen de vergüenza, son impermeables a la repugnancia ajena. Son ojos de pez muerto que revolotean sobre una vena destrozada. 

No pretendo acá soltar un sermón, ni mucho menos.
Tampoco festejar con agua pura, temo que me pase como a los de la Asociación Anti-Flúor de Cincinnati  [capítulo Islam, S. A.]: cuando bebieron agua pura, se le cayeron todos los dientes... tanto como para sumarme a la ironía.

Pero la verdad que esta lectura es muy fuerte, triste. Leer sobre cómo se logró una droga sintética, tan fuerte que con un solo pinchazo produce una adicción para toda la vida, cómo se llega a ser «un fantasma drogado», o «el hombre invisible», el que se queda sin venas y sin dinero.
Es un retrato de extrema crudeza. Acá no hay eufemismos.

La imágen rota del Hombre avanza minuto a minuto, célula a célula... Pobreza, odio, guerra, delincuencia policíaca, burocracia, locura, síntomas todos del Virus Humano.

Vamos comprendiendo que vivimos en un mundo de adictos. Dominados por el dinero, el poder, el consumo, el sexo, la palabra. Sí, porque el lenguaje también es un virus que se reproduce con gran facilidad y condiciona cualquier actividad humana.
Para Burroughs la palabra escrita fue literalmente un virus que hizo posible la palabra hablada.

¿Qué me deja este libro? Sí, que hay muchas más adicciones, además del «virus de la droga».
Que no hace falta ser homosexual, drogadicto, o haber vivido en la década de 1950 para darse cuenta, para reconocer la parte oscura del deseo humano.

Lo pueden considerar vulgar e inaguantable. Es tan desconcertante que es difícil aseverar o rechazar cualquiera de las posiciones a favor o en contra que les contaba al principio. Recomiendo leer el ensayo de Eric Griffiths que ofrezco al final de esta publicación donde se habla de las drogas legales que se consumían —por ejemplo para adelgazar.

Personalmente me siento satisfecha de haberlo podido leer, darle un valor literario y de aprendizaje. Fue un desafío personal, y creo, después de leerlo, que se debe a una amalgama de sensaciones: la de vencer el desconcierto y la perturbación, y la de dejarme sorprender por la brillantez del autor, sabiendo lo cuestionado que fue y seguirá siendo, él y esta obra que pocos en mi entorno leen.

Prefiero terminar no con mis palabras sino con las de William Burroughs:

Sólo hay una cosa de la que puede escribir un escritor: 
lo que está ante sus sentidos en el momento de escribir.
No pretendo imponer «relato», «argumento», «continuidad».
En la medida en que consigo un registro Directo de ciertas áreas del proceso psíquico, 
quizá desempeñe una función concreta. 
No pretendo entretener.
 
Cualquier explicación de lo leído, entonces, podría atrofiar o amputar lo espontáneo que pretende Burroughs.
El Almuerzo desnudo son narraciones abstractas, imágenes desnudas y despojadas de toda corrección, sensaciones, viajes en el pensamiento y en las experiencias más marginales, de un submundo y subcultura, es un ir a fondo, es domar al monstruo.

La fealdad del espectáculo, amable lector, sobrepasa toda descripción, nos dice Burroughs, así que, ¿qué nos vamos a asustar por alguna escena repugnante?
En todo caso... mutatis mutandis, como bien dice el Dr. Benway.

C. G. 

Mis notas 

- Leer El almuerzo desnudo http://www.medicinayarte.com/img/william_burroughs_el_almuerzo_desnudo.pdf

- The Times Litterary Supplement, William Burroughs, los atajos del placer, por Eric Griffiths, traducción de Emma Palacios:
 http://rancholasvoces.blogspot.com.ar/2005/08/william-burroughs-los-atajos-del.html

- Mutatis mutandis: expresión latina que significa cambiando lo que haya que cambiar.

- Official Website: 
http://www.burroughs100.com/william-s-burroughs-biography.html

- Nómadas, Univ. Complutense de Madrid: 
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/13/avrocca2.html

¹ Allen Ginsberg [1926-1997]: poeta de la Generación Beat. Autor de Howl / Aullido.
The official website: http://allenginsberg.org/#!/



Allen Ginsberg, Lucien Carr, William Burroughs, New York 1953. c. Allen Ginsberg Estate

Dr. Benway: Lectura y actuación de William Burroughs de una escena de este capítulo:
 http://vimeo.com/92430574

- Jack Kerouac: [1922-1969] Novelista y poeta estadounidense, integrante de la Generación Beat y uno de los autores más importantes del siglo XX.
Su estilo, «prosa espontánea» o kickwriting, inspiró a grandes nombres del ámbito de las letras y de la música, como Bob Dylan. También a movimientos políticos y sociales, como los de mayo del 68 [Francia] y los de oposición a la guerra del Vietnam, los hippies de Berkeley y Woodstock.
Los rápidos cambios de su época y el desarraigo lo llevaron a rechazar los valores tradicionales de los años cincuenta, lo que dió lugar al movimiento beat. Sus búsquedas fueron hacia la liberación de las convenciones sociales, encontrarle un sentido a la existencia, el uso de droga y alcohol, la práctica de la religión y espiritualidad zen, todo viajando por el amplio país.
En Nueva York conoce a los otros miembros de la Generación Beat: Allen Ginsberg, Neal Cassady y William Burroughs.
Murió muy joven, a los 47 años, a causa de un derrame interno, producto de una cirrosis.
Autor de: The Town and the City [1950], En el camino [On the Road, 1957], Los vagabundos de Dharma [1958], Big Sur [1962] y El viajero solitario [1960].
Website: http://www.jackkerouac.com/

- Hassan-i Sabbah: [Irán, 1034 ?- 1124] llamado «El viejo de la montaña», fue un reformador religioso

- Generación Beat o Beat Generation: un grupo de escritores estadounidenses de la década de los cincuenta, y el fenómeno cultural sobre el cual escribieron. Los definía: el rechazo a los valores estadounidenses clásicos, el uso de drogas, una gran libertad sexual, el estudio de la filosofía oriental y su afición al jazz. Dejaron su principal influencia y legado en la posterior contracultura o movimiento hippie.  Las principales obras literarias son Aullido [1956 ]de Allen Ginsberg, En el camino [1957] de Jack Kerouac y El almuerzo desnudo [1959].
El término «beat», al principio tuvo el significado de cansado o abatido: beat down. Después le quisieron dar otro sentido, algo que tuviese que ver con «beatitud» o upbeat, que significa optimista, pero guíados más por un pensamiento de filosofía oriental y la meditación. Otro posible significado es el de «acabado o completo».


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