Rita Segato
[Buenos Aires, 1951]
Antropóloga, feminista
45.ª Feria Internacional del Libro 2019
Buenos Aires, Argentina
La autora elegida para dar el discurso de inauguración de la Feria,
y su invitación a la desobediencia.
Rita Segato |
Rita Laura Segato, antropóloga, investigadora y una de las más destacadas pensadoras feministas, dio el discurso inaugural en la 45.ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, Argentina.
De su trayectoria, podríamos decir que es una mujer que ha investigado sobre los problemas de género en los pueblos indígenas y comunidades latinoamericanas, y sobre la violencia de género en general, como estructura y campo de poder. Que ha escrito muchísimo sobre estos temas, y por consiguiente, que es todo un referente de aquí y ahora, un momento de lucha mundial por los derechos de la mujer.
También ha trabajado sobre las relaciones entre género, racismo y colonialidad. Es Doctora en Antropología Social [Universidad Queen´s de Belfast]. Realizó estudios de Antropología de la Música con John Backing y Antropología Social con Milan Stuchlik y Gerd Baumann.
Fue profesora estable en el Departamento de Antropología de la Universidad de Brasilia y de los posgrados interdisciplinares de Bioética y de Derechos Humanos en esa misma casa de estudios, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones de Brasil, y profesora visitante en programas de doctorados en varias universidades de America Latina.
Su obra es amplia, premiada y reconocida a nivel internacional. Ha escrito numeroso ensayos entre los que se destacan: Las estructuras elementales de la violencia [2003], La nación y sus otros [2007], Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres [2014] y Contrapedagogías de la crueldad [2018].
Leamos y saquemos nuestras conclusiones:
Su obra es amplia, premiada y reconocida a nivel internacional. Ha escrito numeroso ensayos entre los que se destacan: Las estructuras elementales de la violencia [2003], La nación y sus otros [2007], Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres [2014] y Contrapedagogías de la crueldad [2018].
*
Por tercera vez consecutiva una mujer da el discurso inaugural de la Feria. Después de Luisa Valenzuela [2017] y Claudia Piñeiro [2018], llega Rita Segato.
Su discurso inaugurando la Feria, después del vergonzoso abucheo al Secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, fue recibido de pie y ovacionado.Leamos y saquemos nuestras conclusiones:
«Me siento muy honrada por esta invitación a la fiesta de un país de lectores.
Un país en el que alguien puede hacerse célebre por pensar.
Un país donde la imaginación no ha sido derrotada».
R. S.
Rita Segato. 45.ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, Argentina. Jueves 25 de abril de 2019. Sala Jorge luis Borges. |
Las virtudes de la desobediencia
Elizabeth Costello me salva siempre cuando me veo en una situación como ésta. Ya lo ha hecho otras veces eso de venir en mi auxilio, desde el cielo de la literatura donde seguramente se encuentra. La profesora Costello, de mi misma edad, es el Ángel de la Guarda femenino que protege a quienes, como yo, no se sienten felices con las formalidades y circunstancias a que debe curvarse quien sobrevive a costas de una profesión letrada. Lo que a mi me gusta y donde me amparo en el célebre personaje que circula por las novelas de Coetzee no es el tema del cual habla, sino el hecho de que habla de algo a lo cual no ha sido convidada a hablar, es decir, su indisciplina, su fineza indómita, su distracción con relación al protocolo académico que, al parecer, la habría llevado hasta el podio que hoy ocupa. Puede haber sido invitada a hablar, por ejemplo, de la literatura inglesa del siglo XVII, y discurre, ante el desconcierto y decepción del público y la reprobación de su hijo varón, sobre la Vida de los Animales. Lo de Costello conmigo es prácticamente un estado alternativo de consciencia, una posesión: me baja un santo, como se dice en el lenguaje del Candomblé, y ese santo es Costello, a la hora de tener que hablar en circunstancias como ésta. Su política, a mi ver, no es precisamente lo que dice, sino su permanente acto de desobedecer, su distracción de la norma. Esa es mi lectura del divino personaje. Y esa es mi lectura de lo más humano de lo humano: examinar los chips que nos programan, y elegir cuál apagamos, a cuál le damos baja, qué mandato extirpamos de nuestra matrix. A mis estudiantes de Antropología les he preguntado muchas y muchas veces, a lo largo de muchos años, ¿por qué estudiamos cómo la cultura nos hace ser de determinada manera, nos formatea, en lugar de estudiar cómo, a pesar de la cultura a la cual supuestamente “pertenecemos”, cada uno de nosotros puede ser único, irrepetible, diferente. La estrella guía de la humanidad es, precisamente, su capacidad de desvío, capacidad a la cual le debemos nada menos que la historia.
«La profesora Costello es el Ángel de la Guarda femenino
que protege a quienes no se sienten felices con las formalidades y circunstancias
a que debe curvarse quien sobrevive a costas de una profesión letrada».
Editorial Debolsillo; 240 págs. |
Primera desobediencia:
Es por eso que ando diciendo, entre otras cosas, que una politicidad femenina, por una serie de razones, no puede ser principista, sino pragmática y capaz de improvisar, dirigida a la vida aquí y ahora, a su continuidad y a su esplendor, a pesar de todo o, como decimos, contra viento y marea. Por lo tanto, y para esto, siempre alimentada por lo que he llamado una “ética de la insatisfacción”, bastidor de toda buena política, pulsión opuesta excluyente. Nuestra lógica, la lógica que permitió sobrevivir a tantos siglos de masacre en nuestro continente, no es una lógica monológica, monopólica, regida por la neurosis de coherencia y del control, la neurosis monoteísta y blanca de los europeos. Nuestra lógica es trágica, en el sentido de que puede convivir con la inconsistencia, con verdades incompatibles, con la ecuación a y no-a, opuestos y verdaderos ambos, y al mismo tiempo. Y por lo tanto, siempre, siempre, dotada de la intensidad vital de la desobediencia. Una lógica para-consistente para conservar la vida y garantizarle continuidad y mayor bienestar para más gentes, para mantener el horizonte abierto de la historia sin destino prefijado, para mantener el tiempo en movimiento.Segunda desobediencia:
Me remite a Europa, el continente de la neurosis monoteísta, como le llamo en mi
libro Santos e Dáimones (sin traducción al castellano). El continente de la
neurosis de control y del juicio moral sobre el mundo. Y así llego a la otra
evocación inevitable al preparar esta incómoda conferencia es el malestar que
me causó, 36 años atrás, el discurso de García Marquez, al recibir el Premio Nobel
en 1982, llamado La soledad de América Latina. El recuerdo de ese vago e
incomprensible malestar me acompaña desde entonces, y solo ahora encuentro
el espacio para hablar del mismo ante una audiencia. En aquel tiempo, la palabra
eurocentrismo ni rondaba mi cabeza, inclusive porque en esos años yo vivía en
Europa. Veamos: García Márquez me parecía decir que América Latina estaba
sola porque Europa no la miraba, no la veía, no registraba su existencia y no la
comprendía. Definitivamente me desagradaba, como me sigue desagradando
hasta hoy, que el subtexto de su discurso indicaba claramente la convicción del
autor de que solo en el ojo de Europa era posible que nuestro continente
alcanzara su existencia plena. ¿Será que un ser para otro es nuestro destino?
Sería problemático, porque para ser para el otro eficazmente /con eficiencia es
necesario que de ese otro aprendiéramos a ser. Con los años, y con los
vocabularios a que fui teniendo acceso, ese malestar se fue transformando en
consciencia. Una consciencia que me permite hoy hablarles, como gente del libro
que son, de nuestro tema:
la circulación de la palabra y la forma de la palabra.
Como afirmé hace unos veinte días en el Museo Pompidou de Paris, en una
reunión con directores de museos de Europaª en la que se me propuso
responder una pregunta importante, inteligente, muy poco habitual: ¿Cómo
incide en Europa el eurocentrismo?, es Europa la que esta sola. Se mira en el
espejo narcísico de sus museos, pero carece del verdadero espejo, el que puede
ejercer resistencia y mostrarle los defectos, pues esos objetos no pueden
devolverle la mirada. Europa carece de ese potente utensilio femenino que es el
“espejito, espejito” de la Reina Mala de los cuentos: no ve su defecto en el reflejo
que podrían brindarle los ojos de los otros, porque al otro lo tiene solamente
atesorado en la vitrina de su poder colonial. La visita al Museo Chirac en el Quai
de Branly me confirmó esa impresión, pues no vi otra cosa allí que “belleza
encarcelada”, objetos retirados de su destino propio, de su lecho histórico, del paisaje en el que vivían arraigados. Desde allí hubieran podido seguir su camino
e irradiar su influencia. Lo mismo pasa con los libros.
Nosotros, según García Márquez, necesitamos vernos en el ojo de Europa, en los
libros de Europa, para no estar solos. Sin embargo, no registra que Europa
siquiera percibe su soledad, soledad que la ha ido llevando lentamente hacia una
decadencia de su imaginación creadora, la que en otro tiempo nos deslumbró, y a
un tedio insoportable.
[ª L’Europe des Musées , Centre Pompidou, 8 de abril de 2019].
«¿Cómo incide en Europa el eurocentrismo?»
Tercera desobediencia:
Desesperaba a mis maestras, maestras de elite, en el Lenguas Vivas Juán Ramón
Fernández de mi infancia, cuando nunca jamás, desde los seis años, en hipótesis
alguna, acepté escribir mis redacciones en el modo del tú, y del háces en lugar del
hacés. Así como continúo hasta hoy con la ardua tarea de modificar el corrector
de lengua, todo el tiempo, a cada línea, para poner un acento en la i de decíme, en
la i de veníte, en la e y en la a de si querés pasá por mi casa. A contracorriente de
la conformidad, en desobediencia. Más tarde aparecería mi amado Arguedas, con
su lengua quechua en español, con sus inflexiones del quechua en la lengua
sobre-impuesta, su verdadero secuestro del castellano para decir lo que deseaba
y era necesario decir: que era el indio quien llevaba la bandera de la historia y de
la soberanía en nuestro continente.
Así como Polanyi ha hablado de la economía arraigada destruida por el
capitalismo, necesitamos hablar de un arraigo de la palabra de su camino reexistente a pesar de la instituciones y en los gestos verbales de la gente.
Cuarta desobediencia:
El 7/08/2018, a las 19:12, Juan Pérez (nombre ficticio) de la muy prestigiosa editorial
española La Eterna (nombre ficticio) escribió:
Estimada Sra. Segato,
Mi nombre es Juan Pérez y soy el editor de Ediciones La Eterna. Solo quería ponerme en
contacto con usted para invitarla cordialmente a incorporarse de alguna forma a nuestro
fondo editorial.
Su trabajo crítico me parece una joya intelectual que debería ser conocido y leído en todo
el mundo. En España, por ejemplo, no llega con facilidad.
Por supuesto, sé que espacios editoriales para publicar no le faltan, muy concretamente
Prometeo, con quien trabaja de forma continuada.
Aun conociendo esta situación, me permito invitarla desde la admiración de su trabajo.
Un cordial saludo,
Juan Pérez
Editor Senior
Madrid (España)
De: Rita Segato [mailto:ritalsegato@gmail.com]
Enviado el: viernes, 10 de agosto de 2018 3:13
Para: Juan Pérez
Asunto: Re: Ediciones La Eterna
Estimado Juan, le agradezco mucho los términos de su mensaje. Es estimulante saber
que el esfuerzo de uno es apreciado, y sobre todo por un editor de una editorial tan
prestigiosa. Pero creo que me va a entender si le digo que, como sabe, escribo desde la
perspectiva de la Colonialidad del Poder y también del Saber. Mi perspectiva es crítica
con relación al eurocentrismo, que no es otra cosa que un racismo aplicado a los
saberes y productos de quienes habitamos y trabajamos en estas costas, en este lado
de acá del mar, en un paisaje marcado y demarcado por el proceso colonial, que
perdura hasta el presente. Entonces, yo tengo un editor, que es el primero que me
tendió la mano en 2003, cuando deseaba retornar a mi país y nadie me conocía en
Argentina. Lo estimo y me ha ayudado en una serie de situaciones de vida que fueron
difíciles. Publico con él en español, de la misma manera que publicaría con uds. Sin
embargo, por el hecho de que La Eterna queda del lado de allá del mar, la distribución
es más fácil en todo el universo de los lectores en lengua española, y aunque mucho me
alegró su mensaje, no me es posible concordar con eso, curvarme a eso, reconciliarme
con eso. Se puede entender, verdad? Soy terca como una mula, lo sé. Pero es que me
duele saber que un editor de América Latina no tiene las mismas facilidades para
circular que una editorial española. Lo único que se me ocurre, entonces, es sugerirle
que establezca una colaboración de algún tipo con mi editorial, Prometeo, para que
entre las dos en asociación editen próximamente algo mío…. Qué le parece esa idea?
Sea cual sea su respuesta, le mando un abrazo y mi sincero agradecimiento por el
aprecio hacia mi obra.
Rita
De: Juan Pérez
Asunto: RE: Ediciones La Eterna
Enviado el: viernes, 13 de agosto de 2018 12:22:11 GMT-3
Para: Rita Segato
Estimada amiga,
Lo entiendo perfectamente, por supuesto. Debo decir que me reconforta encontrar una
intelectual que es consecuente con su discurso (eso no siempre pasa)…..
Juan Pérez
Editor Senior
Madrid (España)
Cito este intercambio con el editor Senior de una muy apreciada y por demás
respetable editorial peninsular por su gran elegancia y el respeto mutuo,
personal, que se revela entre el corresponsal que representa el interés de la
empresa y yo, como su interlocutora. Se trata de una entre diversas invitaciones
a publicar en editoriales globales que he recibido, todas declinadas por la
razones que le expongo a Juan Pérez. Básicamente, como me decía en estos días
mi querida Claudia Schwartz, que se crió entre los anaqueles de Fausto y ahora
edita poesía con gran dificultad en Leviatán: ¿Por qué no puedo conseguir un
libro de Chile, por qué no puedo conseguir un libro de Uruguay? ¿Por qué no
puedo acceder a autores de esos países desde Argentina, si no a través de
España?
La verdad es que la dictadura persiguió a grandes libreros argentinos y destruyó
el gran parque editorial que teníamos por medio de la persecución política, y
Menem terminó el trabajo por la total desprotección en que dejó a
la industria
editorial argentina,
que gozaba de gran prestigio en el mundo de habla
castellana por su incontestable calidad. Honorables empresarios libreros
persistieron y o surgieron para intentar resucitar lo perdido… Otros murieron
de tristeza, como el padre de Claudia, con el cierre final de sus librerías Fausto y
de su editorial, Siglo XX, en una supuesta “democracia” que, apenas recuperada,
sucumbió a la colonialidad del poder y del saber. Las editoriales españolas
compraron las editoriales de textos y manuales escolares, beneficiándose con el
know-how ya existente en el país, y amenazaron así la belleza y el valor del
pluralismo de la lengua y los modos de decir del arraigo argentino. Lloro por
eso: era hermosa la Argentina de Fausto. Como es insubstituible la Argentina del
Centro Editor de América Latina. El valor y meta histórica de un mundo en
plural quedó así en situación muy frágil, en un proceso no muy diferente a lo
que se dio con los sellos globales de grabadoras musicales, que compraron la
música del mundo y la “ecualizaron” en un “world music” pasteurizado y
rápidamente obsolescente. Quiero rendir homenaje aquí a los editores que
sobrevivieron aquel tiempo destrucción y a las que comenzaron después de la
ruina: Corregidor, Coligue, de la Flor, Biblos, Manantial, Lugar editorial, Espacio
Editorial, Homo Sapiens, Pequeño Editor, Prometeo, Godot, Leviatán. Y
discúlpenme si no he conseguido nombrar todas, o si alguna de las que nombré
ya ha perecido.
Quiero que se entienda que no se trata del valor del patriotismo; se trata, sí, del
valor del pluralismo.
«El valor del pluralismo»
Quinta desobediencia:
Nombremos nosotros. Demos los nombres. No le pasemos el mensaje a los
jóvenes, como hacemos generalmente, de que vienen a la escuela, a la
universidad, meramente para aprender. Porque ese aprender se refiere
automáticamente a un aprender lo ya pensado, y por debajo de ese ya pensado
contrabandeamos inevitablemente la idea de lo ya pensado en otro lugar. La
faena del intelectual es la producción y donación de nombres. Lo aprendí de mi
amado maestro Aníbal Quijano. Autoría viene de autorizar. Son dos términos
profundamente emparentados. Pensemos desde acá, no deleguemos a que nos
piensen el mundo en que vivimos desde afuera.
Nos pasa a nosotros, y le pasa a España también. Al igual que nuestro continente,
se encuentra del lado del consumo y la aplicación de categorías teóricas, no a su
formulación. No nos engañemos… Le pasa a ese país tan tristemente colonial y
criollo como nosotros que es España, una nación que se conquistó a sí misma y
siguió por el lado de acá, sin solución de continuidad, en el mismo año, 1492. La
lengua española es numerosa, pero no es hegemónica. No produce un
pensamiento teórico destinado a atravesar la Gran Frontera Global desde el Sur
hacia el Norte. Libros editados acá por grandes conglomerados de editoriales
destinadas al lucro global no son catapultados a las lenguas en las que las ideas
alcanzan circulación e influencia planetaria. La reserva de mercado del Norte
sobre lo que bien podríamos llamar “patentes” en el campo de las Humanidades
es cerrado, inexpugnable. Porque, no nos equivoquemos: es el campo de las
Humanidades, con su usina de palabras, su poiesis de conceptos, lo que da forma
al futuro de la historia. Es por eso que se encuentra en manos de pocos, pocos
que no están por aquí, la llave del camino de las Humanidades que cierra la
puerta de esa circulación planetaria a los conceptos teóricos acuñados en
nuestra lengua, con soberanía y autonomía, desde acá mismo, desde el suelo en
que nuestros pies se asientan.
Sexta desobediencia:
Junto a la valla que se erige para que nuestras palabras no atraviesen, también se
levanta un cerco inexpugnable para impedir el atravesamiento del estilo de
escribir. La tecnología del libro de la academia del Norte se nos impone en las
universidades. No nos curvemos a esa tecnología del texto originaria de una
época en que la información, por su escasez, era un problema, y era un problema
que las universidades del Norte imperial no tenían. Un texto o un libro eran la
forma de exhibir el acceso a la información, el poder que significaba acceder a
esa información. Hoy la información es un problema también, pero de signo
opuesto.
Estamos asfixiados en información,
por eso lo que importa es la
capacidad de elegir una ruta autoral en el fardo informativo que nos aplasta. Lo
importante es desarrollar la habilidad de identificar lo que existe a nuestro
alrededor sin ser nombrado y no abdicar del ensayo, que es nuestra forma de
argumentar. No abandonemos el ensayo: el “yo digo”. La voz del ensayista es
inexorablemente una voz autoral, que no se esconde por detrás de la coartada
del fichaje. Tengamos en cuenta que la verdad es un acuerdo entre
interlocutores. Los nombres bien encontrados son como pergaminos en botellas
arrojadas al mar que llegan a destino. Puedo afirmar que sencillamente me
consta.
Séptima desobediencia:
Construyamos nuestra propia desobediencia. No confundamos el Ni una Menos
con el Me Too, y no nos enredemos en su tensión con el Manifiesto de las
intelectuales francesas. Cada movimiento y cada feminismo solo puede ser
construido con los elementos de su propia historia. En la disputa entre el
feminismo anglo y el francés, yo leo claves de dos historias de la conyugalidad,
dos formas de la sexualidad y el amor instaladas por civilizaciones y líricas
diferentes, como lo ha hecho notar hace tiempo ya Peter Gay* y también Josefina
Pimenta Lobato*. Están en juego allí dos modelos del amor, el anglosajón y el
francés.
[*Gay, Peter. A experiência burguesa da rainha Vitória a Freud: a educação dos sentidos.
São Paulo: Companhia das Letras, 1988. v. 1.
Gay, Peter. A experiência burguesa da rainha Vitória a Freud: a educação dos sentidos.
São Paulo: Companhia das Letras, 1990. v. 2. *Pimenta Lobato, Josefina: Antropologia do amor. Do Oriente ao Ocidente, Belo Horizonte y São
Paulo: Autêntica, 2012]
En lo que al Ni una Menos respecta, recordemos que existe sí una colonialidad al
interior de los movimientos sociales. Esa colonialidad suele traicionarnos y
desorientarnos. El Me Too, con su raíz en el feminismo pilgrim norteamericano,
se dirige y le hace señas a la paternidad del Estado, a un tercero como árbitro
indispensable de las relaciones, a un abogado en la almohada, posiblemente
como única herramienta en un mundo de individualismo a ultranza. Mientras el
Me Too le habla al Estado, el Ni una Menos le habla a un nosotras y nosotros, le
habla a una sociedad.
Nuestro feminismo pertenece a un mundo en el que aun en las metrópolis
blanqueadas la vincularidad es vital y puede y debe ser conservada por el
amparo que nos brinda y la felicidad que nos trae. Un mundo en el que se han
preservado jirones de comunidad. Estoy convencida de que no debemos delegar
el arbitraje de nuestra vida erótica a un tercero. Todavía creo que la gestión del
deseo debe ser posible en nuestro mundo cuerpo a cuerpo, cara a cara, y que
debemos luchar por eso, creando las condiciones para que sea posible. Para eso
habrá que trabajar arduamente sobre las relaciones de poder en el campo del
trabajo y del estudio, en los cuales la jerarquía es decisiva y el patriarcado se
manifiesta con más saña, y regenerar las estructuras comunales capaces de
vigilar y cuidar la forma en que llevan la vida las personas. El resto corre por
cuenta de desmontar el orden político patriarcal, e inaugurar una nueva era de la
historia. Vamos claramente hacia allá.
Buenos Aires, Argentina, marcha feminista multitudinaria. |
Epílogo.
La Octava
¡Abajo el mandato de masculinidad!
¡Por el derecho de los pueblos a sus territorios y a su estilo de vida en el arraigo
comunal!
¡Sí al aborto legal, seguro y gratuito!
¡Ni una menos!
¡Justicia para Sabina Garnica, niña de 11 años habitante del barrio Virgen
Desatanudos de La Rioja y entusiasmada militante de La Garganta Poderosa,
violada y asesinada el 14 de abril!
¡Ni una trabajadora de prensa menos!
¡Reconocimiento para los bachilleratos populares!
¡Por un mundo radicalmente plural!
*
Espero que hayan disfrutado de esta lectura, y que les despierte el interés por otras. Podemos estar más o menos a favor de las posturas feministas, nos puede costar asimilar los cambios, adaptarnos, pero creo que es una obligación hacer algo, por pequeño que nos parezca, para dejar un mundo mejor para nuestras hijas y nietas.
Hasta el próximo encuentro,
Cecilia Olguin Gianelli
Notas, lecturas
- Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, Sitio oficial: Rita Segato, sus datos y discurso inaugural:
- Video del discurso:
- «Una falla del pensamiento feminista es creer que la violencia de género es un problema de hombres y mujeres»:
- La guerra contra las mujeres, Rita Laura Segato:
- «La crítica de la colonialidad en ocho ensayos», Rita Segato:
- Elizabeth Costello, J. M. Coetzee: Audiolibro.
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Conversar de libros, y de los caminos a donde ellos nos llevan, dar una opinión, contar impresiones, describir una escena, personaje favorito, nunca contarlo todo, aunque a veces, elijamos ir un poco más allá, y no está mal, no a todos les molesta.
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