sábado, 2 de noviembre de 2019

«La conferencia», Juan José Saer

«La conferencia»

Cuentos completos

[1957-2000]


Seix Barral, 2018

Juan José Saer

[Santa Fe, Argentina, 1937-2005, París, Francia]


Leamos un relato corto de uno de los mejores escritores contemporáneos.
Disfrutemos del autor de las frases más complejas, envolventes, musicales, fantásticas.
Juan José Saer, el arte de narrar, aquí está:

«La conferencia»

Lugar

[2000]




          El conferenciante entró jovial. Era uno de los salones de la Real Academia de Ciencias de Bruselas y, si mis recuerdos no me engañan, iba a tratar el problema de los métodos de verificación de una suma: el conferenciante descartaba a priori la verificación estadística (por x números de personas) y la convicción subjetiva y de buena fe sobre el resultado. Pero tal vez se trataba más bien de lo contrario. Se sentó, desplegó sobre la mesa las hojas de una carpeta y, antes de comenzar a desarrollar su tema, contempló durante unos segundos la jarra transparente, sonrió como para sí mismo, y dijo: 
          Yo acostumbro a dormir la siesta antes de dictar una conferencia, para tranquilizarme, porque la obligación de hablar en público me pone siempre muy nervioso. Así que hace una hora tuve un sueño. Tres personas diferentes fotografiaban rinocerontes. Eran tres imágenes sucesivas, pero el método que empleaban para sacar la fotografía era el mismo: se internaban en el río hasta la cintura, y fotografiaban de esa manera al rinoceronte, que se encontraba a unos metros de distancia, en el agua. Se trataba de rinocerontes, no de hipopótamos. El último de los fotógrafos era un poeta amigo mío (al que no conozco personalmente). Era mi amigo en el sueño. Este poeta, de fama universal, me explicaba en detalle el procedimiento que se emplea habitualmente para fotografiar rinocerontes. Y, en nombre de nuestra vieja amistad, me regalaba la fotografía que acababa de sacar. 
          El conferenciante hizo silencio y recogió de entre sus papeles un rectángulo coloreado. Después, antes de comenzar la disertación propiamente dicha, concluyó su relato:
          Tal vez ustedes crean que este sueño que acabo de contarles es pura invención. Y bien, estimados oyentes, se equivocan. Aquí tengo la prueba, dijo, y alzó la mano mostrando al público la fotografía en colores de un rinoceronte en un río africano, todavía húmeda, a causa sin duda de la proximidad del agua o del reciente revelado.

*

¿Les gustó?
          Está escrito en cursiva y eso nos dice algo, tiene un sentido especial. La situación puede estar ocurriendo en otro lugar, en otro plano, puede ser parte de otro texto que no está, puede que sea un sueño dentro de otro sueño. Esta pregunta acerca del sentido definitivo y del sitio donde transcurre la historia queda flotando sin respuesta... como la selva espesa de lo real. 
           El narrador y el protagonista son los que hablan. La ficcionalización del cronista es una de las claves, creo. Luego están los tres fotógrafos del sueño repitiendo una escena idéntica. La repetición en Saer, más la fragmentación temporal o los juegos y la duda, la lentitud y la delimitación del espacio, la forma perfecta son solo algunos de sus mecanismos y características.
           El conferenciante [o el soñador soñado] cuenta una historia que no tiene nada que ver con el tema de su conferencia. Aparentemente. Su tema iba a ser «los métodos de verificación de ...». Y lo que termina verificando ante su audiencia es que sí soñó, que sí estuvo allí, y para esto muestra la prueba. Un objeto ha pasado una frontera. Algo irrumpe y define. No sabemos pero sí conjeturamos, acaso son dos sueños.
          Pensamos en los juegos que la ficción nos ofrece y pensamos en los sueños. Ambos tienen mucho en común, ¿no? Como lo real y lo imaginado, la vida y la invención, la vigilia y el sueño que se enredan. 
          Son temas muy borgeanos, estarán pensando. Pues bien, Saer los transforma, les da otro enfoque, y ya son saerianos. Una prosa poética plena de invención.
          Es que este escritor santafecino al que admiro, autor de obras notables como El limonero real [1974] y La grande [1971], tiene en su prosa una poética y un ritmo muy particular, con significaciones muy sutiles, como él mismo ha dicho que escribe:

con la voluntad de construir una obra personal, un discurso único, retomado sin cesar para ser enriquecido, afinado, individualizado.

          Lo ideal es seguir leyendo sus cuentos, si nos gusta este género, y abordar las novelas y ensayos, para tener una idea más sólida, para acercarnos más a la narrativa saeriana que es tan distinta a todas y que a tantos les cuesta abordar. Una lectura de obra es lo que requiere, según Julio Premat, prestar atención a la amplitud del corpus. Y detenernos cuando él se detiene, agrego.


Foto personal [2/11/19]

          Aquí, disfrutando con mi libro Cuentos completos, que les recomiendo comprar. Me despido hasta la próxima lectura y los invito a seguir leyendo, ¡buen fin de semana!!!

Cecilia Olguin Gianelli 


Notas

- Prólogo de Fabián Casas a los Cuentos completos de Juan José Saer:

- El punto en el tiempo: Realismo y gran obra en César Aira y Juan José Saer: Tesis de Valeria Sager.

- Julio Premat: Juan José Saer:



- Zona Saer, Beatriz Sarlo:





- Saer [y Beatriz Sarlo] por Martín Kohan:

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Conversar de libros, y de los caminos a donde ellos nos llevan, dar una opinión, contar impresiones, describir una escena, personaje favorito, nunca contarlo todo, aunque a veces, elijamos ir un poco más allá, y no está mal, no a todos les molesta.
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