domingo, 24 de febrero de 2013

FINAL DEL JUEGO, JULIO CORTÁZAR

FINAL DEL JUEGO, Julio Cortázar (1914-1984)

3era parte

5to y último cuento del libro que lleva su nombre



Con este magnífico cuento termino y completo esta tercera parte del libro. Dejo para otro momento la primera y segunda. A los que me siguen les digo: empezamos por lo "más difícil", ¡perdón!  (lo pongo entre comillas porque no me parece tanto), así es como están rankeados por orden de dificultad.  C. G.

recuerdos de la niñez-adolescencia, con juegos y vivencias compartidos
Editorial Sudamericana, Argentina, 1964
by Zalo, 1989



-Como siempre digo, recomiendo leer el cuento completo antes de leer mi comentario, así no pierden el disfrute de darle el propio sentido e interpretación, sin influencias, gracias.

-Lo encontrarán fácilmente en la web, o mejor aún si lo leen de un libro, ya sea papel o electrónico (eBook).

-Aquí les dejo uno de los sitios: http://www.literatura.us/cortazar/final.html


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-Mi comentario:

Cuando terminé de leer, mejor dicho de releer, este cuento de ocho páginas, no pude evitar pensar en mi propia infancia-adolescencia. Y en tantas anécdotas de esa etapa que me han contado mis amigos y familia. 

¿A ustedes les pasó lo mismo? ¿Sintieron que alguna situación los identificaba con esa etapa tan especial de nuestras vidas?

Esos juegos que quizá ya no se jueguen, ya no entretengan a los chicos de hoy, pero tendrán otros con igual o mejor inventiva....contar de estos y otros muchos más que habrán despertado en nuestra memoria, al leer este cuento, hará más vívida esta experiencia vigorizante e inspiradora que es la lectura.

Contado en primera persona del plural y singular, por una narradora participante. Ella es una de las tres.

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La historia, para resumirla, trata de tres niñas-adolescentes. Ellas viven con su mamá y una tía. No sabemos si son hermanas o primas. Con sus rutinas domésticas, frases y hábitos propios de cada familia, ese lenguaje que identifica y une.
Las rencillas, travesuras, "enfrentamientos" por pequeñeces.
Casi nunca pasaba a mayores, porque ese ....."ardía Troya", tenía el significado del grito de tía Ruth y la mamá corriéndolas con el bastón de los castigos.
¿No les dije? ¡otra época!

Generalmente las que hacían las travesuras eran nuestra narradora y Holanda. Leticia, más tranquila por "su problema", las esperaba leyendo a Ponson du Terrail, "lectura inexplicable", opina la narradora.

La amenaza de la madre era siempre un :_Acabarán en la calle.
Nunca lo comprendieron. ¡La calle era el mejor de los sitios!

A ellas les gustaba ir a jugar a las vías del Central Argentino.
Transcribo este pasaje para volver a disfrutarlo:

"Abríamos despacio la puerta blanca, y al cerrarla otra vez era como un viento, una libertad que nos tomaba de las manos, de todo el cuerpo y nos lanzaba hacia adelante. Entonces corríamos buscando impulso para trepar de un envión al breve talud del ferrocarril, y encaramadas sobre el mundo contemplábamos silenciosas nuestro reino".






Stairway, by Edward Hopper
Whitney Museum of American Art




Y así, cada día a las dos de la tarde, se reunían en ese tramo de las vías que daban con los fondos
de la casa.
Era todo muy atrayente, por el juego en sí, y también por el peligro que entrañaba, el miedo de ser descubiertas.
Lo primero que hacían era la "primera inspección del reino". Luego se dirigían al sector de los sauces, llamado "la capital del reino", "la central del juego".

Había una privilegiada también en este grupo. Era Leticia, ¿se acuerdan? la que leía en francés.
Ella, por ejemplo, no secaba los platos, ni era obligada a realizar ninguna otra aburrida tarea, y era libre para leer y jugar a esos juegos tranquilos.

Así fue como, acostumbrada a esa distinción, desde el verano anterior había ido ocupando el puesto de mandona, así, con mucha normalidad.
Ellas, las otras dos, lo tomaban bastante bien. Seguramente tantas conversaciones de la madre aconsejándoles portarse especialmente generosas con ella, y el cariño que naturalmente le tenían, hacía que no les molestara .....¡bah! no demasiado, aunque a veces .....

Para colmo, lo que menos tenía era el porte que una jefa debe tener. ¡Tan flaca! ¡Y la más baja de las tres!
Su espalda era tiesa y casi no podía mover la cabeza.
Así y todo, las dirigía.

Vamos al famoso juego, podía ser crear/inventar dos situaciones: estatua o actitud.
Pero no empezaban así como así. No. Seguían cierto protocolo. Primero había un sorteo con piedritas, ¡sin trampas!

"Las actitudes" requerían mucha expresividad, representaban, por ejemplo, la envidia mostrando los dientes y las manos crispadas, y así el rencor, los celos, la caridad, etc, etc.

"Las estatuas" sin embargo, era todo la indumentaria, y no tanto la actuación. Aunque había que estarse muy quieta. Inmóvil.

Claro que tenían sus reglas, que lo complicaban todo un poco, pero que lo hacía más divertido, sobre todo el tema de "las alianzas" unas contra otra.

Todo iba más o menos normal, hasta que cayó el primer papelito (cartita) del tren que pasaba.
Porque cada día, "la elegida", se paraba al pie del talud, bien a la vista de los pasajeros del tren de las dos y ocho que venía del Tigre.

"La actora" (estatua o actitud) no podía ver el efecto que causaba en toda esa gente de las ventanillas, ¡tan quietecita tenía que estar! pero sí las otras dos, escondidas tras los sauces, espiaban  las reacciones del "público fugaz".

Así cayó ese primer papelito con palabras elogiosas hacia las tres (¡menos mal!), firmado: Ariel B.

¿Se imaginan los nervios de las chicas para las siguientes interpretaciones? Sabiendo de tan galante espectador. ¡Cómo esperaban ese tren!




Artista Pintor: Ernest Descacals, Paisajes y ferrocarriles (oleo sobre lienzo)



Ese día salió sorteada Leticia. ¡Mejor!, nadie como ella, y al tener que estarse quieta la parálisis no se le notaba tanto, pensaban las otras entre felices y con algo de bronca.

Leticia estuvo magnífica, y las otras dos pudieron espiar bien a Ariel, un muchacho de rulos rubios y ojos claros.

Siguieron las actuaciones, los mensajes elogiosos y, toda la algarabía de las chicas sumamente excitadas ante la posibilidad de concretar un encuentro, ¡nunca habían tenido un amigo así!

Hasta que el "admirador" parece ser más directo y elogia a una, se decide por una.

Los sentimientos que esto despierta en las otras dos y cómo reacciona la elegida lo descubrirán ustedes.

Cómo afronta/trata la familia un problema físico de uno de sus miembros.

¿Van a ser las mismas cuando guarden para siempre los ornamentos y los juegos finalicen, cuando vuelvan a entrar por esa puerta blanca?

(No cuento el desenlace)

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-Los personajes son: la narradora protagonista (como casi siempre sucede con Cortázar, no tiene nombre), Leticia, Holanda, mamá, tía Ruth, el gato José y Ariel B.

-Transcurre en: Buenos Aires, Palermo

-Termina con un "vimos sin ninguna sorpresa ....."

-Notas: -Ponson du Terrail (Pierre Alexis), prolífico novelista francés. (1829-1871).
          -Ferrocarriles Central Argentino: empresa de capitales británicos que operó durante la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.


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Me gustó:

La historia contada en primera persona del plural, ese "nuestro reino", o "íbamos a jugar", un "nosotras", una narradora-protagonista que asume y representa la colectividad/al grupo; aunque a veces sorprende con la primera persona: entonces toma el rôle de la protagonista/personaje principal y es una narradora que juzga y tiene opinión propia: "yo creo que en realidad dirigía el reino".

La inocencia y los sentimientos nuevos en la infancia-adolescencia, la competencia, la seducción.
La descripción del "paisaje familiar", y todo lo que el autor deja que nos imaginemos.
La actitud hacia el miembro de la familia que tiene algún problema de salud. Y sus privilegios.

La descripción de ese reino de los juegos, ese espacio de libertad, de los sauces, del fondo .... que les pertenecía sólo a ellas tres. Ese lugar casi secreto y mágico que todos tuvimos.


1 comentario:

Conversar de libros, y de los caminos a donde ellos nos llevan, dar una opinión, contar impresiones, describir una escena, personaje favorito, nunca contarlo todo, aunque a veces, elijamos ir un poco más allá, y no está mal, no a todos les molesta.
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