sábado, 21 de septiembre de 2013

INTERFERENCIAS, nouvelle digital, Gonzalo Viñao



INTERFERENCIAS: nouvelle digital

Gonzalo Viñao

La Bola Editora 2013
Fotografía de Florencia Herrada Zmud
Diseño y maquetación: Manuel Passaro

La virtualidad de las asignaturas

No saben todavía cómo van a encontrarse-desencontrarse: Son ... fueron ... una pareja y eligen un ámbito donde van a suceder los hechos. Se han puesto sus máscaras y comienzan el ritual: se esconden pero se muestran, se protegen para poder revelarse renovados.
No sabemos si lo logran, sólo lo sabremos cuando les haya pasado, y nosotros no estaremos allí.

En esta breve ( 99 páginas) a la par que intensa nouvelle, Laura y Octavio retoman contacto por vía e-mail, después de muchos intentos nunca fallidos (aunque ellos no lo sepan todavía); una vez más insisten, después de dos años o más de silencio, tratando de ser ellos mismos, tal es la neurosis que les impide ver más allá de sus propios padecimientos, inseguridades y miedos; y juegan a "divertirse". Es un juego donde los opuestos van a encontrarnos poniendo en la balanza las propias observaciones ... _¿porqué no pueden superar los obstáculos?
Obstáculos que no llegamos a conocer, quizá el autor así lo quiso en la inmediatez del lenguaje digital.

Mencionaba opuestos y contradicciones que molestan al otro: dicen amarse pero se agreden, "rechazan y reclaman al mismo tiempo", "sueñan con sus besos pero deciden nunca volver a estar juntos", "necesitan ser felices por cuenta propia pero se dicen _te amo con todo mi corazón."

La historia transcurre en el espacio virtual de internet, son emails yendo y viniendo, con el registro propio de nuestro tiempo. Es un lugar íntimo como pocos, à huis clos (en todo el sentido de la locución), sin descripciones de entornos físicos ni tiempos que distraigan, que les haga correr la mirada de esa "oralidad" con códigos propios de toda pareja, verosímil en su imposibilidad de decirse adiós.

No hay narrador, son ellos dos: chanchacuerda@gmail.com y unpelado181@gmail.com.
El tema es el deseo de encontrarse, pero no de ... encontrarse por ej. en una confitería o en la playa, sino de encontrarse en "un mundo", el propio, el de ellos, el que supieron tener antes que se arruinase todo.
Así se crea un vacío en el no relato, no hay nada más que sus diálogos virtuales con un efecto verdad escondido detrás de la excusa de "nos encontraríamos sólo para compartir música, libros, películas". Lo pendiente sobrevuela todo el libro ... asignaturas virtuales.

Uno de los dos cree que es el que más sufre, el que quiere evitar el daño, la manipulación consciente o inconsciente, será el primero que comprenda que el amor, por mas grande que sea, no alcanza. El otro cree poner las fichas sobre el tablero, elige las blancas y comienza la partida. La ficción, la imposibilidad de vivir fuera del texto. No por nada ambos aman la lectura. Cada uno escribiendo sus propias líneas (que crecen en tensión y longitud), cada uno intoxicando de abstracciones al otro. Siempre dejándose pensando ...

En esa mirada que no se conceden, veo esos "destiempos" de las relaciones, los pequeños fragmentos
que se mal unen y forzosamente cristalizan.
En un momento uno de los personajes dice con la soberbia que concede el sufrimiento: el amor que siento por vos está hecho de la misma madera que ... 
"La madera no es isótropa", diría  Roland Barthes, los bordes, las fisuras, son imprevisibles.
Entonces es cuando "el otro personaje", encuentra las resistencias propias de ese material que no es que sea mejor ni peor, sólo que requiere prueba y conocimiento; cada uno aquí va conociendo el dibujo irregular de sus venas.

¿Serán capaces de romper y volver a armar? Acá no estamos frente a la aventura de un chat. Aquí las caras se conocen, las personas se quieren, son inestables emocionalmente.
Las máscaras son pantallas, nuestras observaciones no son juicios, la virtualidad del título es posibilidad, pero también puede ser energía y fuerza. Para qué se la use, no depende de nosotros. Aunque uno de los protagonistas "nos meta" con eso de el prejuicio de los lectores que no saben hacerse cargo de sus propias historias.
Esta bien, me hago cargo, sólo en esta realidad alterada en lo que a mí concierne.

Los cuestionamientos acerca de qué es el amor (caníbal o vampírico, "poéticamente" hablando), contado con mucho de realismo, algo de ironía y poco de romanticismo ... leer en los detalles de una escena mínima la grandeza de un tema mayor, que nada tiene que ver con el amor hollywoodense nos van a acercar más o menos (según nuestro grado de empatía con Laura y Octavio) a la exploración, la perspectiva y búsqueda de estos dos personajes.
Pero ese tema grande aquí no es el amor, como a primera vista podría suponerse, el tema, según lo que percibí, es la soledad; la soledad de a dos, y las interferencias que tratan de menguarla.

Recomiendo este libro de Gonzalo Viñao. Que conozcan, a través de esta historia, sus cualidades narrativas, en este caso con la flexión gramatical propia a la de los emails. Logra subordinar esta estructura aparentemente sencilla, y no al revés; sigue siendo fiel a la literatura que admira. Esto se trasluce, no sólo por los libros y autores que aquí aparecen, sino por componer una parcialidad (el mejor de los climas) con las dos únicas voces.

Desarrollado en un marco contemporáneo, afín a todos y cada uno de los que estamos leyendo este libro o esta reseña, participamos de esta soledad en el desencuentro, con incansables e inútiles intentos ... porque como ya dije anteriormente Laura y Octavio, son capaces de oír sólo un sonido. Se estudian mutuamente, se captan, quieren preservarse en la mente del otro, no dejan pasar nada.
Con la ansiedad propia a los amantes, algunos lapsos entre mail y mail es de apenas un minuto. Otros tienen una espera, diría ... manipuladora.

Encuentro que es un tema que trasciende las "conversaciones" epistolares, se use la paloma mensajera que se use según vayan pasando los tiempos, y ... que según como se quiera ver, las "interferencias" pueden no siempre ser algo que altere o moleste, bien podría verse un contacto en el cruce, malsano o no, no juzgo. Sí confirmo que a veces es entrañable.
C.G


El autor, Gonzalo Viñao vive en Mar del Plata, la misma ciudad donde nació el excelente escritor Osvaldo Soriano. Nació en Buenos Aires, en 1976 y reconoce sentirse cerca de un grupo creciente de nuevos autores, de gran talento, alejados de los grupos tradicionales.
Desde muy joven comenzó a participar de concursos literarios, habiendo ganado el Premio Aenigma (España, 2004) y el Soriano (Argentina, 2009) entre otros. Publicó dos libros de cuentos, dirige talleres literarios y ha participado y participa en vs publicaciones en Argentina y España.

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Conversar de libros, y de los caminos a donde ellos nos llevan, dar una opinión, contar impresiones, describir una escena, personaje favorito, nunca contarlo todo, aunque a veces, elijamos ir un poco más allá, y no está mal, no a todos les molesta.
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