André Breton
Tinchebray, Francia, 19 de febrero de 1896
París, 28 de setiembre de 1966
«Todo lleva a creer que existe cierto punto del espíritu donde la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo comunicable y lo incomunicable, lo alto y lo bajo dejan de ser percibidos contradictoriamente. Sería inútil que a la actividad surrealista se le buscara otro móvil que la esperanza de la determinación de ese punto».
Diccionario del surrealismo, André Breton.
André Breton, 1924 |
Un simple e incompleto recuerdo en el día que nació André Breton, tratando de leer o releer sobre su trabajo como poeta, ensayista y escritor de muchas y diversas obras. De conocer algo más del gran teórico del Surrealismo, un artista reconocido como el fundador y el principal representante de este movimiento.
André Breton nació el mismo año que Antonin Artaud y Tristan Tzara, y el de la muerte de Paul Verlaine.
Me gusta detenerme unos segundos en estas asociaciones que para muchos serán seguramente banales.
¿Fue un 18 o 19 de febrero? Una duda que apenas tendría importancia si no fuera por la que el propio autor le concede a su carta astral. En el Manifiesto de 1924 dice: «¿No soy yo el pez soluble?, ¡he nacido bajo el signo de Piscis y el hombre es soluble en su pensamiento!».
Parece que en 1896 el paso de Acuario a Piscis se produce en la madrugada del 19. [Sarane Alexandrian]
Cómo nace la creación surrealista, influencias...
en alguien que ya a los diecisiete años había leído a Stéphane Mallarmé, Joris-Karl Huysmans y Charles Baudelaire, y había quedado completamente fascinado por la pintura de Gustave Moreau... esos rostros de mujer, esas poses femeninas,... un total embrujo. [El surrealismo y la pintura].
La Primera Guerra Mundial [1914-1918] había arrojado una realidad aterradora, fue sin lugar a dudas uno de los mayores desastres de la historia.
Para un grupo de artistas, buscadores incansables de medios que expresaran lo que sentían, de respuestas a sus interrogantes, con el deseo de un mundo más humanitario,... los valores ya no residían en la realidad, era necesario redefinir al hombre y al mundo... entonces aparece el surréalisme [sur: arriba; réalisme: realismo]. Término inventado por Guillaume Apollinaire [1880-1918, Caligramas] y popularizado en la revista Littérature.
Una historia rica y compleja que encuentra en Los cantos de Maldoror, de Lautréamont, la revelación a su búsqueda.
Redefinir a un hombre, decía, que hasta entonces, había encontrado refugio en el arte, la religión,... así evitaba enfrentarse a esa «realidad aterradora», a la crueldad de la guerra —la Gran Guerra que había interrumpido sus estudios de medicina.
Y acá la explicación de la frase encabezadora que define en parte este movimiento de vanguardia: desde el surrealismo se negó la diferencia establecida entre realidad y lo irreal, entre lo posible y lo imposible...
Breton, en sus comienzos en Nantes tuvo una gran influencia del intelectual francés Jacques Vaché [1895-1919, Cartas de guerra]. Seguirían después el poeta, ensayista y filósofo Paul Valéry [1871-1945, Cuadernos, Mi Fausto, El cementerio marino] y el grupo dadaísta, fundado por Tristan Tzara e integrado por Marcel Jank, Jean Arp, Hugo Ball, Hans Richter y Richard Huelsenbeck.
Apollinaire, Picasso, Modigliani, Filippo,... fueron algunos del grupo que escribieron el panfleto Cabaret Voltaire, por la mítica cafetería de Zúrich.
Opositores a la guerra... ellos buscaban desvincular las cosas de su función tradicional, darles un nuevo significado y dimensión.
El pintor alemán nacionalizado francés, Max Ernst [1891-1976] fue una gran influencia, primero en el movimiento Dada y después en el Surrealismo.
Siguiendo las grandes revoluciones intelectuales y políticas de la época, el freudismo y el marxismo e involucrándose con el esoterismo.
Trabajando en un centro neuropsiquiátrico, se entusiasma y estudia Breton las obras del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud [«el incosciente es el estado más puro de la memoria, es donde nacen los deseos más profundos»]. De allí sus experimentos con la escritura automática, libre de todo control de la razón y de preocupaciones
estéticas o morales.Y su influencia para formular la teoría
surrealista, por eso fue conocido como el movimiento de lo irracional y lo inconsciente.
Freud influenciado a su vez por el filósofo alemán, Arthur Schopenhauer [El mundo como voluntad y representación].
Breton manifiesta que el surrealismo es la instauración de una nueva tendencia que busca sobrepasar la realidad y llegar a una renovación de todos los valores culturales, morales y científicos por medio del insonsciente. La razón, el progreso y el nacionalismo, era lo que los había llevado al caos y la crueldad.
Admiró también a Hegel, quien situaba a la poesía por encima de todas las artes, y a Charles Fourier, a quien le dedicó un poema, «Oda a Charles Fourier».
Sus obras, su técnica...
Freud influenciado a su vez por el filósofo alemán, Arthur Schopenhauer [El mundo como voluntad y representación].
Breton manifiesta que el surrealismo es la instauración de una nueva tendencia que busca sobrepasar la realidad y llegar a una renovación de todos los valores culturales, morales y científicos por medio del insonsciente. La razón, el progreso y el nacionalismo, era lo que los había llevado al caos y la crueldad.
Admiró también a Hegel, quien situaba a la poesía por encima de todas las artes, y a Charles Fourier, a quien le dedicó un poema, «Oda a Charles Fourier».
Autor de Los campos magnéticos [1920, poesía, junto a Philippe Soupault], Los vasos comunicantes [1932], La Inmaculada Concepción [poemas, junto a Paul Éluard], Nadja [1928], El surrealismo y la pintura [1928], Antología del humor negro [1940], muchos más ensayos y libros de poemas, libros con ilustraciones de Joan Miró y otros artistas, obras muy significativas como El amor loco [1937], mezcla de crónica, ensayo y poema en prosa, la novela autobiográfica Nadja [1928], y de tres Manifiestos surrealistas.
Fundador de las revistas Littérature [1919], junto al poeta y novelista Louis Aragon, al poeta Paul Éluard y al escritor y político Philippe Soupault, VVV, en Nueva York, 1942 y de vuelta en París, Le Surrealisme Même, en 1956.
En 1924 escribe el Manifiesto del surrealismo. Parte del grupo que conformaba este movimiento eran, además de los ya nombrados, Paul Éluard, René Crevel, Michel Leiris, etc.
La técnica empleada, en grandes términos, es el automatismo. Escritura sin control voluntario, rescatando el contenido mental que se esconde en el insonsciente. Transmitir las ideas tal cual surgen. Dejar que la mano del artista actúe libremente, sobre papel o lienzo. Ya que si bien el surrealismo comienza como una corriente literaria, pronto lo absorven la pintura y la cinematografía [Luis Buñuel].
La técnica empleada, en grandes términos, es el automatismo. Escritura sin control voluntario, rescatando el contenido mental que se esconde en el insonsciente. Transmitir las ideas tal cual surgen. Dejar que la mano del artista actúe libremente, sobre papel o lienzo. Ya que si bien el surrealismo comienza como una corriente literaria, pronto lo absorven la pintura y la cinematografía [Luis Buñuel].
Fue una gran revolución en el lenguaje. En poesía se usó «el versículo», un verso de extensión indefinida sin rima que se sostiene por la unión que da el ritmo. Deja fluir los pensamientos del inconsciente y busca destruir todo matiz sentimentalista o racional, las barreras. Prefiere la analogía a la lógica, el automatismo que anula, y evita, la censura e intencionalidad.
Transcripción de sueños, represión psicológica y social, el azar y los hallazgos,... fueron algunas fuentes de inspiración.
Es así como se cumple la voluntad de los sueños
Gente que podríais
Nuestro rigor desaparece en el pesar de los dehechos
Somos las estrellas de la seducción más terrible
El colmillo del ropavejero Mastín sobre los trapos floridos
Nos lanza al furor de ávidos tesoros
No agregueís nada a la deshonra de vuestro propio perdón
Basta para una causa sin fin
Armar vuestros ojos con esas lágrimas ridículas que nos alivian
El cuerpo de las palabras es dorado esta noche y ya nada existe en vano.
«Línea quebrada», Poemas, André Breton [extracto]
Nadja, Trébol de cuatro hojas, Diccionario del surrealismo: tres obras de André Breton |
Pero... «¿Es necesario presentar a André Breton?», dice el autor del prólogo de Trébol de cuatro hojas, Marcel Schneider [1913-2009, «Gran premio de la Lengua Francesa»], y continúa:
Aquellos que se interesan por la creación literaria saben que ha sido él quien, en sus dos Manifiestos, ha asentado los dogmas del movimiento surrealista.
Estos descubridores de tierras nuevas querían liberar al hombre de la tiranía de la lógica y de la razón, para reconstruir el mundo según la poesía.
¿Y de qué armas se servían estos conquistadores para conseguir tales fines?
De la escritura automática, dictado mágico del inconsciente.
* * *
Creo que no es necesario aclarar que no pretendo aquí aportar un estudio ni una biografía a las muchas y buenas existentes. Menos aún al movimiento surrealista, tan ambicioso y herogéneo. Es sólo un perfil para situar con precisión ciertas claves que me ayudan a comprenderlo y recordarlo en los aspectos que más me interesan.
Uno de ellos es la frase con la que comienza el primer Manifiesto: «El hombre, ese definitivo soñador... [...] si conserva alguna lucidez no puede sino volverse hacia su infancia que, por destrozada que haya sido por sus educadores, no por ello le parece menos plena de encantos».
También me interesó leer sobre sus experiencias con los sueños hipnóticos, la conmoción emocional que le provoca, y su posterior alejamiento a esas prácticas. Como las diferencias que lo alejan del dadaísmo y del P. C. [textos «Cuando los Surrealistas tenían razón» y «Contra ataque»]. Su viaje a México y encuentro con Trotski, con quien escribe «Por un arte revolucionario independiente»... Más viajes dictando conferencias o comprometiéndose con alguna causa, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y su trabajo otra vez como enfermero, la ayuda que le brinda Picasso, y otra ruptura, esta vez con Camus... Todos episodios políticos y sociales de gran connatación en su vida y en su obra.
Hay otros, que pueden ser considerados «menores», pero no para mí. Como que para ganarse la vida en París, cuando abandona sus estudios de medicina con gran disgusto de su familia, además de trabajar para Gallimard, el otro trabajo es leerle a Proust [¡nada menos!], en voz alta, sus pruebas de imprenta. O las mujers que inspiraron sus obras, entre las que cuento a su única hija, Aube.
Este es un recuerdo que me lleva también a otros grandes artistas [algunos de otras disciplinas] relacionados con Breton y el surrealismo, como Luis Buñuel y sus películas Perro andaluz y La edad de oro. Salvador Dalí y sus imágenes famosas extrañamente realacionadas. El explosivo padre del teatro moderno, Antonin Artaud. El maestro de la poesía surrealista, Paul Éluard, y tantos más... Todos, cineastas, artistas plásticos, dramaturgos y poetas de gran vanguardia en lo suyo, arriesgando, sin temerle al fracaso, algunos; viviendo al límite, agobiados, exponiendo su salud, otros.
Pudieron haber tenido conductas no muy bien vistas, pero no eran indiferentes ni apáticos.
Recordar a André Breton simplemente, leyendo o releyendo mis libros, hojeando y encontrando frases marcadas, como las de soñar con vivir en una casa de cristal, donde a todas horas podría ver a los que vienen a visitarme, donde todo lo que estaría suspendido de los techos o de las paredes se sostendría como por encantamiento¹... o lo que «el amor recíproco» significa para Breton y Paul Éluard, que dicen que ese amor es «el único que aquí podría interesarnos, es aquel que pone en juego la falta de costumbre en la práctica, la imaginación en la vulgaridad, la fe en la duda, la percepción del objeto interior en el objeto exterior»²... esas ideas sí, y lo que declaró majestuosamente:
Uno de ellos es la frase con la que comienza el primer Manifiesto: «El hombre, ese definitivo soñador... [...] si conserva alguna lucidez no puede sino volverse hacia su infancia que, por destrozada que haya sido por sus educadores, no por ello le parece menos plena de encantos».
También me interesó leer sobre sus experiencias con los sueños hipnóticos, la conmoción emocional que le provoca, y su posterior alejamiento a esas prácticas. Como las diferencias que lo alejan del dadaísmo y del P. C. [textos «Cuando los Surrealistas tenían razón» y «Contra ataque»]. Su viaje a México y encuentro con Trotski, con quien escribe «Por un arte revolucionario independiente»... Más viajes dictando conferencias o comprometiéndose con alguna causa, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y su trabajo otra vez como enfermero, la ayuda que le brinda Picasso, y otra ruptura, esta vez con Camus... Todos episodios políticos y sociales de gran connatación en su vida y en su obra.
Hay otros, que pueden ser considerados «menores», pero no para mí. Como que para ganarse la vida en París, cuando abandona sus estudios de medicina con gran disgusto de su familia, además de trabajar para Gallimard, el otro trabajo es leerle a Proust [¡nada menos!], en voz alta, sus pruebas de imprenta. O las mujers que inspiraron sus obras, entre las que cuento a su única hija, Aube.
Este es un recuerdo que me lleva también a otros grandes artistas [algunos de otras disciplinas] relacionados con Breton y el surrealismo, como Luis Buñuel y sus películas Perro andaluz y La edad de oro. Salvador Dalí y sus imágenes famosas extrañamente realacionadas. El explosivo padre del teatro moderno, Antonin Artaud. El maestro de la poesía surrealista, Paul Éluard, y tantos más... Todos, cineastas, artistas plásticos, dramaturgos y poetas de gran vanguardia en lo suyo, arriesgando, sin temerle al fracaso, algunos; viviendo al límite, agobiados, exponiendo su salud, otros.
Pudieron haber tenido conductas no muy bien vistas, pero no eran indiferentes ni apáticos.
Recordar a André Breton simplemente, leyendo o releyendo mis libros, hojeando y encontrando frases marcadas, como las de soñar con vivir en una casa de cristal, donde a todas horas podría ver a los que vienen a visitarme, donde todo lo que estaría suspendido de los techos o de las paredes se sostendría como por encantamiento¹... o lo que «el amor recíproco» significa para Breton y Paul Éluard, que dicen que ese amor es «el único que aquí podría interesarnos, es aquel que pone en juego la falta de costumbre en la práctica, la imaginación en la vulgaridad, la fe en la duda, la percepción del objeto interior en el objeto exterior»²... esas ideas sí, y lo que declaró majestuosamente:
Lo maravilloso es bello, de hecho, sólo lo maravilloso es bello.
Recordándolo el día de su nacimiento: André Breton, un hombre cuya curiosidad intelectual y actividad me deja sin palabras, —yo busco el oro del tiempo... , había dicho.
Fue alguien que dejó su huella no sólo en poetas, escritores y artistas, también en muchos lectores.
Fue alguien que dejó su huella no sólo en poetas, escritores y artistas, también en muchos lectores.
C. G.
- Página oficial Trinchebray: su lugar de nacimiento.
http://www.tinchebray.fr/fr/information/25824/andre-breton
²- Manifiestos del surrealismo:
https://lenguajecinematografico.files.wordpress.com/2013/10/andre-breton-manifiesto-surrealista.pdf
¹- Nadja, André Breton: Novela autobiográfica escrita en 1928 y revisada en 1962.
http://severitorres.org/ampa/joomla/images/Biblioteca/B/breton/nadja.pdf
- Poemas:
http://www.contranatura.org/literat/biblioteca/Breton-Poemas.htm
- Su obra poética más importante:
- Claro de tierra [1923]
- La unión libre [1931]
- El aire del agua [1934]
- Estados generales [1943]
- Oda a Charles Fourier [1947]
- Constelaciones [1959]
- Ensayos, encuentros e invenciones, André Breton
https://books.google.com.ar/books?id=D2MGfx0r41gC&pg=PA200&lpg=PA200&dq=andre+breton,+ensayos&source=bl&ots=N8m74zYqCk&sig=KrCBMMesn97PowJQ2MwyErnpw-Q&hl=es&sa=X&ei=3FznVOC2IPHLsASh9IGQDQ&ved=0CGIQ6AEwDg#v=onepage&q=andre%20breton%2C%20ensayos&f=false
- Voluntad y representación en Arthur Schopenhauer y su influencia en la obra de Sigmund Freud:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34215492008