viernes, 20 de septiembre de 2024

«Las hijas de la criada», Sonsoles Ónega

 Las hijas de la criada

[2023]

Premio Planeta 2023

Sonsoles Ónega

[Madrid, España, 1977]


Editorial Planeta; 480 págs.


Esta es la historia de la familia Valdés... historia que merece ser contada —dice la primera frase.
Comienza con el parto sin médico de doña Inés, señora del pazo de Espíritu Santo, un domingo de febrero de 1900.
Están en Punta do Bico, Galicia, provincia de Pontevedra, donde ella y su marido, Gustavo Valdés, son los dueños de la propiedad y de un aserradero.
Sus vidas no han transcurrido siempre en esta zona de España, ambos tienen una historia previa a un océano de distancia, en Cuba. 

Una historia que empieza en el siglo XIX, con un abuelo que hizo la fortuna de la familia con los barcos de sal, haciendo la ruta desde las salinas de la bahía de Cádiz hasta los alfolíes gallegos —los almacenes de sal para la conserva del pescado. Así creció la propiedad donde están ahora doña Inés y don Gustavo, con todos los lujos de la época.
Pero todo ese esplendor que construyó ese abuelo, se vio opacado de repente —las guerras, los corsarios franceses, comerciantes sin escrúpulos fueron la causa. 
Fue entonces que Don Jerónimo, cansado de todo, dejó su Galicia natal y se embarcó rumbo a Cuba... «si la sal le había dado fortuna, el azúcar le haría aún más rico».

Volvemos al presente. Gustavo Valdés es un hombre muy abocado a sus negocios —la explotación azucarera, de tabaco y algodón en Cuba y al negocio de la madera en España—, solo quería mantener el brillo de su apellido. Un hombre que, en la esfera privada, repite la historia de su padre. Don Gustavo también «se dejó vencer por el instinto», y según sus propias palabras, «solo una vez, solo con la Renata». 

Inés, su esposa, es una mujer muy comprensiva, querida tanto por los pobres, a los que siempre ayuda y aconseja, como por las señoras ricas. Se casó muy joven y ama a su marido. En un principio, ocupaba las horas en sus hijos, las amigas y la lectura, siempre transmitiendo ese gusto por la literatura, ¡leer libros|, «pídanle libros a sus esposos», les decía a quien quisiera escucharla. Había viajado y estudiado. Su mayor propósito era dar a sus hijos buena educación y «alas para volar». 
Aprende de la vida y guarda frases: «Si no puedes soportar la respuesta, no hagas la pregunta», es una de ellas. Y, sin entrar en detalles, se agranda a medida que nos adelantamos en la historia. 

Nace Catalina, ya tienen un hijo, Jaime. Y tendrán otro en Cuba, Leopoldito.

Hay otra pareja que también tiene una niña el mismo día, la llamarán Clara. Ellos son la Renata, muy atractiva, y Domingo, muy borracho siempre. Matrimonio de guardeses en el pazo y campesinos oriundos de estas tierras. 

Hay personajes secundarios [no voy a nombrar a todos], con menos peso pero que acompañan muy bien a los principales. Como es el caso de Isabela, la criada. A través de ella, con sus miradas y pensamientos, conocemos mucho de la intimidad de los miembros de la familia.

Un viaje inesperado a Cuba, La Habana, un lugar con tantos recuerdos tiene lugar. Ese volver a un país donde estaba el ingenio Diana —propiedad de los Valdés, donde ya España no ejercía su soberanía —ahora mandaban los americanos y británicos—, una tierra donde doña Inés había pasado su infancia y juventud, donde todavía vivía parte de su familia. Y donde tantos inmigrantes se embarcaban en busca de un futuro mejor.

En definitiva, una novela que se lee bien, entretiene y mantiene alerta con un secreto guardado a medias, contado por un narrador omnisciente. Los lectores conocemos ese secreto, no lo que sucederá con eso. Acompañamos a los personajes en su devenir con las pequeñas señas, muy dosificadas, que la autora nos va ofreciendo...
 
Doña Inés nunca sabría ni cuánto ni hasta dónde tendría que defenderse de esa niña...

Dividida en 46 capítulos y en cuatro partes: Punta do Bico [febrero de 1900], Punta do Bico [1915], Punta do Bico [1940] y Punta Do Bico-Madrid [1962].

Las situaciones tienen muchas idas y vueltas, tanto las relaciones amorosas como las actividades comerciales que lleva a cabo la familia principal, alrededor de la cual gira la historia. Algunas son muy intensas. 
La construcción de las escenas es muy lograda, la autora nos sumerge en ellas y logra que palpemos lo que nos cuenta. También los personajes y escenarios son muy vívidos...

El sol fue trepando en el cielo de nubes negras ancladas en Monteferro,
ese monte de hierro que se adentraba en el mar frente a Punta do Bico y la ensenada de Carreira.



En cuanto a los personajes, son las mujeres con mucha personalidad y determinación las que se destacan, en una época que a las mujeres «no le daban vela en el entierro». Marta, tan fea e inteligente la madre de Don Gustavo, Doña Inés, Clara, la Renata, todas se destacan y son una historia en sí mismas.

La Renata sintió que debía hacer algo, que la vida solo le iba a dar esa oportunidad...
esa criatura indefensa justificaría la locura que estaba a punto de cometer.
—Xa empezaches a pagar, filliño.

Los escenarios me han trasladado a una zona que no conozco y a una época que no viví, y me gustó conocerlos. 

En un marco de acontecimientos históricos y sociales, cambios importantes durante la primera mitad del siglo XX, en España —Galicia sobre todo, con el negocio de la pesca—, Cuba y el mundo en general. 
De la Gran Guerra, de la gripe española, de los trenes de capital privado que aparecen, del poeta y político cubano José Martí, del derrocamiento de Isabel II y la proclamación de Amadeo I de Saboya, de los encendidos debates de la sociedad que se involucraba, de la mirada de don Gustavo, poderoso hacendado de azúcar, tabaco y algodón, de todo eso y más se habla y acompaña, enriquece la historia.

Ahora los dejo con esta lectura. Lo que conté es apenas un comienzo, un saber dónde estarán parados al comenzar este viaje. 
Seguramente les quedarán muchas impresiones dando vueltas. De las tristezas, por ejemplo, que todos las hemos padecido, dice la protagonista «con tanta ocupación como tenía, no podía precisar la fecha exacta, pero hubo un día que ese dolor se había hecho liviano».
Y de las últimas páginas, donde se encontrarán con una sorpresa extra. Muy íntima, muy de Clara.

Hasta la próxima lectura,

Cecilia Olguin Gianelli

Notas

- Sonsoloes Ónega: [Madrid, 1977]. Periodista, presentadora de televisión y escritora. 
Es autora de las novelas Calle Habana, esquina obispo [2004], Donde Dios no estuvo [2007], Encuentros en Bonaval, [2010], Nosotras que lo quisimos todo [2015], Después del amor [Premio de Novela Fernando Lara 2017], Mil besos prohibidos [2020] y Las hijas de la criada [Premio Planeta 2023].

https://www.instagram.com/sonsolesonega/?hl=es
@sonsolesonega












martes, 10 de septiembre de 2024

León Tolstói, el secreto de una vida feliz

 León Tolstói, el secreto de una vida feliz



León Tolstói [1828-1910], uno de los escritores más importantes de la literatura mundial, autor de grandes novelas, inolvidables, como Ana Karenina [1873] y Guerra y Paz [1867] entre otra mucha obra que incluye novelas, relatos, ensayos y obras de teatro.

Nacido en una familia aristocrática, miembro de la nobleza rusa, vivió gran parte de su vida atendido por muchos sirvientes. Tuvo una juventud bastante estrepitosa y violenta. Confesó haber matado en la guerra y haberse aprovechado de los campesinos, de haber engañado y de haber vivido de manera licenciosa. 

Pero, poco a poco se fue alejando de ese estilo de vida decadente y atrevido. Comenzó a rechazar las creencias con las que creció, según su origen aristocrático. Comenzó a adoptar otra visión del mundo y de la vida misma. Fue tan poco convencional con sus nuevas posturas que escandalizó a sus pares.

Ante estos rasgos de vida del escritor ruso, su devenir, ¿cómo podría él ayudarnos hoy a repensar nuestras propias filosofías de cómo mejorar las nuestras?

La respuesta la podemos encontrar en un artículo del filósofo australiano Roman Krznaric, Six Life Lessons from Leo Tolstoy, extraído del libro The Wonderbox: Curious Histories of How to Live [2011].



Transcribo:

1- Mantén la mente abierta

Tolstói con sus nietos

Uno de los mayores dones de Tolstói fue su capacidad y voluntad de cambiar de opinión a partir de nuevas experiencias. El horrible derramamiento de sangre que presenció mientras luchaba en la guerra de Crimea en la década de 1850 lo convirtió en un pacifista de por vida. En 1857, después de ver una ejecución pública en la guillotina en París [nunca olvidó el golpe de la cabeza cortada al caer], se convirtió en un convencido oponente del Estado y sus leyes. Pensaba que los gobiernos no solo eran brutales, sino que servían principalmente a los ricos y poderosos. «El Estado es una conspiración», escribió a un amigo. «De ahora en adelante, nunca serviré a ningún gobierno en ningún lugar». Tolstói estaba en camino de convertirse en anarquista. Sería el primero en alentarnos a cuestionar las creencias y dogmas fundamentales con los que nos han educado.

2- Practica la empatía


Tolstói trabajando en el campo con el arado.
Lev Tolstoy at the Plough, 1903.
Leonid Osipovic Pasternak


Tolstói demostró una capacidad poco común para empatizar al ponerse en lugar de personas cuyas vidas eran muy diferentes a la suya. En la década de 1860, no solo adoptó la vestimenta de los campesinos, sino que empezó a trabajar junto a los trabajadores recién emancipados de su finca, arando los campos y reparando sus casas con sus propias manos. Para un conde de sangre azul, tales acciones eran nada menos que notables. Aunque sin duda estaban teñidas de paternalismo, disfrutaba de la compañía de los campesinos y evitaba conscientemente a la élite literaria y aristocrática de las ciudades. Tolstói creía que nunca se podía entender la realidad de la vida de otras personas a menos que se la experimentara uno mismo.

3- Marca la diferencia

Comedor público ruso 1891-1892
[Charity, Experience in Old Russia/ OrthoChristian.Com]


También se distinguió de sus pares de clase alta por tomar medidas prácticas para aliviar el sufrimiento de otras personas, más evidente en su trabajo de socorro contra el hambre. Después de la mala cosecha de 1873, Tolstói dejó de escribir Ana Karenina durante un año para organizar la ayuda a los necesitados. Le comentó a un pariente: «No puedo abandonar a las criaturas vivientes para preocuparme por las imaginarias». Sus amigos y familiares pensaron que era una locura que uno de los mejores novelistas del mundo dejara de lado una de sus geniales obras. Lo hizo de nuevo después de la hambruna de 1891, y pasó dos años trabajando en comedores populares y recaudando fondos. ¿Puede imaginarse a un autor actual de gran éxito dejando de lado su último libro para realizar trabajo de ayuda humanitaria durante dos años?

4- Domina el arte de vivir en forma sencilla



Tras sufrir una crisis nerviosa a finales de la década de 1870, Tolstói rechazó toda religión organizada, incluida la iglesia Ortodoxa en la que se había criado. Adoptó una forma revolucionaria de cristianismo basada en la austeridad espiritual y material. Dejó de beber y de fumar y se hizo vegetariano. También inspiró la creación de comunidades utópicas de vida sencilla y autosuficiente, donde la propiedad era común. Estas comunidades «tolstoianas» se extendieron por todo el mundo y llevaron a Gandhi a fundar un ashram en 1910 llamado la Granja Tolstói.

5- Cuidado con las contradicciones


Tolstói y su esposa Sophia, su gran apoyo,
cuarenta y ocho años de matrimonio.

Esta nueva vida, más sencilla, no estuvo exenta de luchas y contradicciones. Tolstói, como es sabido, predicaba el amor universal, pero siempre se peleaba con su mujer. Además, el apóstol de la igualdad nunca pudo abandonar por completo su riqueza y su estilo de vida privilegiado. Vivió hasta la vejez en una gran casa con sirvientes. Pero a principios de la década de 1890 consiguió —en contra de los deseos de su familia— renunciar a los derechos de autor de una gran parte de sus obras literarias, sacrificando, en la práctica, una fortuna. Dada la posición privilegiada en la que Tolstói comenzó su vida, su transformación personal, si bien no completa, merece nuestra admiración.

6- Conviértete en artesano

Herramientas de zapatería de León Tolstói,
en su estudio de Khamovniki

Tolstói reconoció que lograr un equilibrio entre la mente y el cuerpo era una parte esencial de su proceso creativo. No solo dejaba la pluma con regularidad para guiar un arado tirado por caballos a través de los campos, sino que tenía una guadaña y una sierra apoyadas contra la pared junto a su escritorio. En sus últimos años, cuando escritores y periodistas acudían a rendir homenaje al sabio barbudo, siempre se sorprendían al encontrar a uno de los autores más famoso del mundo acurrucado sobre sus herramientas de zapatero fabricando un par de botas. Si Tolstói estuviera aquí hoy, sin duda sugeriría que incorporáramos algo de artesanía a nuestras vidas en lugar de dedicar tanto tiempo libre a enviar mensajes de texto.

7- Amplía tu círculo social

León Tolstói con amigos y familiares en la finca de Yásnaya Poliana [7-7-1908]
Personas tan sencillas como campesinos, o 
funcionarios muy influyentes, todos se sentaron en su mesa.

La lección de vida más importante que podemos sacar de Tolstói es seguir su ejemplo.  Reconocer que la mejor manera de desafiar nuestras suposiciones y prejuicios, de desarrollar nuevas formas de ver el mundo, es rodearnos de personas cuyas opiniones y estilos de vida difieran de los nuestros. 
En Resurrección [1899], señaló que la mayoría de las personas, ya sean políticos, empresarios o ladrones, «instintivamente se mantienen en el círculo de aquellas personas que comparten sus puntos de vista sobre la vida y su propio lugar en ella». Mimados por nuestro grupo de iguales, podemos pensar que es perfectamente normal y justificable tener dos casas, o estar en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo o bombardear países de Oriente Medio. No podemos ver que tales opiniones pueden ser perversas, injustas o falsas, porque estamos dentro de círculos que nosotros mismos hemos creado. El desafío es despegar nuestras alas de conversación y pasar tiempo con aquellos cuyos valores y experiencias contrastan con los nuestros. Nuestra tarea última, nos aconsejaba Tolstói, es viajar más allá de los perímetros del círculo.

*     *     *

León Tolstói es un escritor admirable. Muy atrayente también con respecto a su vida y personalidad. Por su intelectualidad, idealismo y compromiso con los cambios sociales. Por mostrarse interesado en la política, en la religión y en la filosofía. Sus escritos exploran estos temas... moralidad, ética y justicia social.

Este es un compendio de lo que nos deja. Extraído del libro de Roman Krznaric, joven filósofo australiano que nos invita a cultivar la empatía.
Autor de Emphathy, The Wonderbox y How to Find Fulfilling Work


Roman Krznaric


No está mal intentar mejorar nuestras vidas recurriendo a la sabiduría de hombres como León Tolstói y a las enseñanzas de Roman Krznaric.

Hasta la próxima lectura,

Cecilia Olguin Gianelli

Notas


Six Life Lessons from Leo Tolstoy, Roman Krznaric: 
https://www.dailygood.org/story/632/six-life-lessons-from-leo-tolstoy-roman-krznaric/

Roman Krznaric:
https://www.theguardian.com/books/2016/feb/19/empathy-expert-roman-krznaric-on-shifting-away-from-20th-century-individualism

- Su Website:
https://www.romankrznaric.com/