Paul Groussac [1848-1929], intelectual francés muy ligado a la Argentina, su recuerdo en el día de su nacimiento, con el «Poema de los dones», donde Borges también recuerda a su amigo. Ambos dirigieron la Biblioteca Nacional, ambos fueron ciegos.
Ciegos, como Milton y Mármol. Pero Borges elige a Groussac.
Este es un poema muy analizado, debajo encontrarán lecturas en este sentido. Mientras tanto, vale la pena volver a leerlo, disfrutarlo, pensar en sus alusiones literarias, metafísicas, religiosas y filosóficas, en sus relaciones y coincidencias, más que en su métrica.
Este es uno de sus mejores poemas. Se encuentra en su mejor libro, El hacedor [1960]. Apenas se abre el libro —el mío muy viejo y escrito—, se advierte su madurez intelectual y creativa. Ya es el escritor universal que nos va a acompañar siempre.
Hasta la próxima lectura,
Cecilia Olguin Gianelli
Notas
- «Poema de los dones», Jorge Luis Borges. Análisis. CVC. Centro Virtual Cervantes:
William Burroughs siempre nos atrae, vuelve con sus incorrecciones y nos despabila. Lo amamos y lo odiamos. Encantador y excéntrico. No le gusta a todos, tampoco le interesaba mucho gustar, ni ser salvado: «Not every soul is worth buying» [No vale la pena comprar todas las almas], decía. Irónico siempre.
Pertenecía a su época. Época en la que sonaba «I can feel the heat» [Divine Attraction], se escuchaba a su amigo íntimo, Allen Ginsberg, decir: «I saw the best minds of my generation destroyed by madness» [Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, «Howl»] y a T. S. Eliot: «April is the cruellest month» [Abril es el mes más cruel, «The Waste Land»].
Eliot provenía de la misma ciudad natal, St. Louis [Misuri], su poesía influyó en el estilo de Burroughs.
Una vez, Eliot lo llevó de excursión a Champney´s, unas tierras que sus padres poseían a lo largo del río Kaw en las afueras de Topeka [Kansas]. Un paisaje ni feo ni lindo, un escenario poblado de álamos y escombros, patos salvajes que Burroughs observaba en una curva del río. Pasados unos meses, Eliot recibió The Western Lands [1987, Tierras de Occidente]. Cuando abrió el libro descubrió que las cuatro primeras páginas ocupaban la escena antes descrita. Entonces Eliot lo recordó, ahí sentado, «urdiendo» algo. Agradeció no haberle hablado, no haberlo sacado de sus pensamientos creadores.
Editorial Anagrama. 256 págs.
Recorremos sus libros y su vida una vez más y siempre descubrimos algo. Seguramente conocerán El amuerzo desnudo* [Naked Lunch, 1959]. Una de las novelas míticas de la literatura estadounidense. Discutida y censurada «por atentar contra la moral y las buenas costumbres» —la mejor publicidad. Difícil de abordar, ya sea por los temas, por las sensaciones que producen o por su estructura narrativa: «una mezcla de episodios, desgracias y aventuras». No tiene una trama real, tampoco un principio ni un final.
I can feel heat closing in, feel them out there moves.
[Puedo sentir el calor acercándose, los siento ahí afuera haciendo sus movimientos.]
Así comienza. Un descenso al infierno de las drogas, una denuncia a la sociedad, un mundo sin esperanza. Pocos se salvan de sus dardos, ni la religión ni la justicia corrupta, ni la sexualidad ni los traficantes tramposos, y una mención especial para la psiquiatría —representada por el siniestro Dr. Benway, gran manipulador de conciencias.
Sin embargo es leíble. Es que es una gran ironía. Y es audaz. Ridiculiza todo lo falso. Rico en imágenes.
Burroughs: The Movie
Documental, 1985
Director: Howard Brookner
https://www.youtube.com/watch?v=qkyrWrBPpSQ
Otros dos libros muy conocidos son Yonki [1953], incursión en la literatura pulp, y su novela corta y tardía, Queer [publicada en 1985]. La aventura de Lee, álter ego de Burroughs, siempre al borde de la crisis emocional y obsesionado con Allerton, y la búsqueda de la ayahuasca por México y Panamá, la droga que controloría sus mentes.
Este último libro está muy relacionado con la muerte de su esposa Joan Vollmer, y forma parte de su leyenda. Burroughs escribió en la introducción que no hubiese sido escritor sin este suceso trágico: «Me llevó a una lucha de toda la vida, en la que no tuve más remedio que escribir mi salida». Matar a su esposa en un acto que llamaban «William Tell», forma parte de una historia que bordea la locura. Ocurrió en la ciudad de México, en 1951, ambos tenían 37 años. Las autoridades de ese país dictaminaron que había sido un accidente y pasó muy poco tiempo en la cárcel.
Patty Smith, su más amiga, y Burroughs
De su relación con la música, con el rock & roll, y el cine también se ha hablado mucho. Artistas como Lou Reed, Patti Smith, The Beatles, David Bowie, Kurt Cobain de Nirvana, y muchos otros cayeron bajo su hechizo. Y su influencia se hizo sentir una vez más. Muchas de sus creaciones tienen su sello, él fue su inspiración, en su vision del mundo y en su método cut-up [cortar las palabras de un texto, mezclarlas y ordenarlas en uno nuevo].
Naked Luch / El almuerzo desnudo,
dirigida y escita por
David Cronenberg, 1991
https://www.youtube.com/watch?v=cdEcXXRqW_8
Pero no quisiera entusiasmarme y extenderme. Hoy, encuentro en mi biblioteca virtual este libro del que sí quiero hablar: Last Words: The Final Journals of William S. Burroughs* [2001]. Es, sin duda, el más íntimo del famoso autor de Naked Lunch.
Anotaciones hechas en sus últimos nueve meses de vida, entre noviembre de 1996 y julio de 1997. Período que decide escribir esta especie de diario. Emociona pensar en el contexto.
Acá, encontraremos a un Burroughs maduro volcando sus recuerdos, hablándanos de lo que lee en esos días, opinando sobre temas muy diversos como el arte y la lucha contra las drogas, la creatividad, el dolor por el fallecimiento de su amigo Allen Ginsberg, el amor por sus gatos,... un verdadero collage escrito con elegancia y humor.
Y un reconocimiento personal en el que vale la pena detenerse:
At 83 just emerging from a stormy adolescence, costly to myself and those around me.
Of course, no more nonsense, «love» at my old age.
[A los 83 años salgo de una adolescencia tormentosa, costosa para mí y para quienes me rodean. Por supuesto, no más «amor» sin sentido a mi vejez.]
W. S. B.
Editorial Grove Press, 304 págs.
El escritor y editor James Grauerholz [Kansas, 1953], bibliógrafo, albacea literario del patrimonio de William Burroughs y muy cercano, escribió la introducción de este magnífico libro, donde describe su día a día.
Más de la mitad de su vida, Grauerholz se ocupó de Burroughs, a partir de que se fuera a vivir a Nueva York, a los 21 años.
Dijo en una entrevista:
I served him because it was in my heart and it was my destiny.
[Lo atendí porque estaba en mi corazón y porque era mi destino].
J. G.
Supervisaba el trabajo de Burroughs como su heredero e hijo legalmente adoptado en 1985 —principalmente para evitar los impuestos de sucesión.
I was like a son to him. We were partners.
In a way we were more like a marriage than father and son.
His welfare was my welfare and vice versa.
[Yo era como un hijo para él. Éramos socios.
En cierto modo, éramos más como un matrimonio que padre e hijo.
Su bienestar era mi bienestar y viceversa].
J. G.
James Grauerholz y William S. Burroughs
William se despertaba temprano, cuenta en la introducción, y tomaba su Metadona [opioide usado para ayudar en la desintoxicación de otras drogas, en su caso: heroína y morfina] junto a medicación cardíaca. Burroughs se había vuelto adicto en Nueva York [1980] y este medicamento lo acompañó el resto de su vida. Luego regresaba a la cama.
Se levantaba alrededor de las 9:30 h y se quedaba en pijama, bata y pantuflas hasta el mediodía. Se preparaba él mismo el desayuno: té con leche, huevo pasado por agua, tostadas, jugo de limones recién exprimidos. Fumaba un cigarrillo de marihuana, leía, pintaba y escribía. Alimentaba a sus queridos compañeros felinos.
Si no salía, pasaba las tardes mirando revistas de armas [su gran afición] o leyendo un sinfín de libros. Preferentemente ficción, a menudo en la categoría de ficction pulp —pura acción—, o thrillers médicos, o historias sobre policías y gánsteres o, sus favoritos, ciencia ficción con alguna plaga que asolara el mundo.
Una vez a la semana, Grauerholz, alrededor de las 8:00 h, lo pasaba a buscar para llevarlo a la clínica, y cada quince días a desayunar. En su ausencia limpiaban su casa.
Trivialidades. Historias pequeñas frente a su obra portentosa.
William S. Burroughs con sus gatos en su casa de Lawrence [Kansas]
Por la tarde, tomaba su bebida favorita: vodka y Coca-Cola. Cenaba entre las 6 y 7:30 p.m. y se iba a la cama temprano.
A veces recibía visitas, al mediodía o a la tarde casi siempre, o iba a la granja de su amigo, el actor Fred Aldrich para practicar tiro al blanco, su deporte favorito. Allí se juntaba con él y otros entusiastas de las armas.
The shack on Fred Aldrich´s farm. The Inner Circle
Aquí está la cabaña en la propiedad de Fred Aldrich, cerca de un estanque, donde Burroughs escribía «estoy en Walden Pond [se refería a H. D. Thoreau]. Si estaba solo, disparaba en un muro de piedra ubicado al lado, pero si estaba en compañía, iba a un espacio abierto, un poco más alejado, preparado para la práctica del tiro. «Fue un milagro que nadie hubiera salido herido en esos días», dijo Aldrich.
En la casa principal, bebían, intercambiaban ideas con amigos, todo se discutía, se cuestionaba, siempre estaban un poco contra la corriente, desafiaban. Estrellas de rock, directores de Hollywood, gays, gente común y corriente, intelectuales. Algo los unía: nunca eran complacientes.
William S. Burroughs
Cuando estaba en su casa, a William le gustaba salir a su jardín por las tardes, dice Grauerholz, paseaba o practicaba tirar con un cuchillo a una tabla del garage pero, el último año prefería la siesa.
Si llegaban sus amigos, tomaban los famos cócteles —cada vez empezaban más temprano—, fumaban y preparaban la cena.
Estas tertulias comenzaron a acortarse. Ya no tenía reparos en decirle a sus amigos, directamente si no habían captado el significado de empezar a desvestirse delante de ellos —eso hacía—, que debían trasladar su confraternidad a otra parte.
Tenía el sueño ligero. Su mejor sueño era durante las primeras horas de la mañana. Dormía acurrucado de costado, en posición fetal, con las manos entre los muslos y... su pistola bajo las mantas, no lejos de su mano —«en caso de problemas».
W. S. Burroughs y Kurt Cobain [Nirvana] Lawrence, Kansas
Mucho se ha escrito acerca del costado más trivial, doméstico, oscuro a veces, de los escritores que han hecho historia. ¿Es importante conocer estas facetas para un lector?
Importante, no sé, diría que no, aunque muchas veces me ha ayudado a disfrutar más de su obra, a enriquecerla, comprenderla. Asomarme a la realidad de sus vidas. Despojarlos de ese halo de celebridad.
De todas formas, la lectura nunca es obligación [exceptuando el estudio], por lo tanto cada uno puede elegir hacerlo o no.
Me pareció interesante compartir el descubrimiento de este libro. Creo que nada despoja más de las máscaras autoprotectoras y de todo tipo, pegadas a lo largo de una vida, que tomar conciencia que se está viviendo en la última etapa.
Sin ponernos trágicos, saber que la muerte se aproxima, puede ser una invitación a mirar atrás, como él lo hace, a deshacerse de las tonterías.
William S. Burroughs fue un escritor con un genio excepcional. La última gran figura del movimiento beat. Parte de un trío [con Jack Kerouac y Allen Ginsberg] que definió la contracorriente cultural de la segunda posguerra mundial. Estudió Literatura y Antropología en Harvard.
Marcado por una vida de tragedia personal y adicción —décadas cayendo en un espiral, más y más profundo. Nunca se perdonó causar la muerte de Joan Vollmer, su esposa. «Las lágrimas no valen nada a menos que sea genuinas... lágrimas del alma y las tripas, que duelan y desgarren», escribe en este diario.
Buscó la luz del amor al final de sus días, y escribió en la última página:
Only thing can resolve conflict is love... Pure love.
Love? What is it?
Most natural painkiller what there is.
LOVE
[Lo único que puede resolver los conflictos es el amor... Amor puro.
¿Amor? ¿Qué es?
El analgésico más natural que existe.
AMOR]
W. S. B.
Admiro en un escritor el genio creativo e integridad intelectual expresados en su obra. Amplían nuestro mundo. Sus vidas, como la de todos, está llena de dualidades y contradicciones. El ejercicio de reconciliar estas partes no está mal.
Hasta el próximo encuentro.
Cecilia Olguin Gianelli
Notas
- Call me Burroughs, Barry Miles: Una biografía muy recomendada de este escritor inglés, Barry Miles, especialista en la Generación Beat y la Contracultura.
Una novela sobre una historia terrible, difícil de contar.
Carrère lo hace de una forma magistral.
Para leer con un exquisito té, ¡les hará falta este placer!
Emmanuel Carrère es un autor muy leído en Argentina, mi país, y por supuesto en todo el mundo.
Emmanuel Carrère
Un hombre multifacético. Ex periodista, guionista y realizador. Un autor que vive en la mayoría de sus novelas, exceptuando las del principio, como El bigote [La moustache, 1986] y Una semana en la nieve [La classe de neige, 1995], que son puramente de ficción. Sobre las que se hicieron estas películas:
La moustache
[El bigote]
Película dirigida por
Emmanuel Carrère y protagonizada por Vincent Lindon
[2005]
https://www.youtube.com/watch?v=_BRTfUks-kA
La classe de neige
Película dirigida por
Claude Miller y protagonizada por Clément Van Den Bergh
[1998]
https://www.youtube.com/watch?v=xLiv3vWJtDg
Luego, estrenaría este nuevo «género» que algunos han llamado «novela de lo real», donde la ficción y no-ficción se mezclan, y él interviene en la historia, forma parte de ella.
Así llegan De vidas ajenas [2009] y Limonov [2012].
Editorial Anagrama, 264 págs.
Dos novelas muy distintas en su contenido, poderosas ambas, y fascinantes. Es toda una experiencia de lectura.
Editorial Anagrama, 400 págs.
Recibió numerosos premios, entre los que se encuentran el Premio Femina 1995, el premio de la Lengua Francesa 2011 y el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, 2017.
Los temas que le interesan son la identidad y el desarrollo de la ilusión.
La historia real sobre la que se basa El adversario es una historia terrible, muy difícil de contar. Un poco a lo Truman Capote con su A sangre fría [1968] o a Rodolfo Walsh, que se adelantó más de diez años, con su Operación masacre [1957]. Historias con investigación detallada de los asesinatos cometidos, entrevistas a los sobrevivientes o al mismo asesino en la cárcel. Pero Carrère lo hace diferente.
La realidad, a veces, va mucho más allá de la ficción, adonde la ficción no se anima. En este caso la alcanza, se apodera de ella y se convierte en fuente de inspiración literaria por derecho propio.
Por supuesto que tratándose de este tipo de novela no les voy a adelantar nada —aunque haya salido en su momento en todos los diarios [Dr. Romand, investigador en la OMS, Ginebra, 1993]. Solo decirles que tiene una primera persona que no es el narrador, es el propio Carrère que se sitúa en ese lugar. Y esta es una de las singularidades que valoro, por la valentía que esto implica.
L´adversaire
[El adversario]
Película dirigida por
Nicole Garcia y protagonizada por Daniel Auteuil
[2002]
Una historia muy bien lograda, a pesar de lo difícil. Una literatura que afronta una realidad que es una catástrofe, un tsunami, tan difícil de abordar [y clasificar para los lectores]. Carrère lo hace magistralmente.
Contar la historia de un hombre que comienza con una pequeña mentira, y que se va enredando cada vez más, y que es capaz de crear una ilusión, no solo para los demás, de inventarse una vida por dieciocho años y... ¿cómo va a salir de todo esto? Seguramente ya lo saben, está en la primera página.
https://www.youtube.com/watch?v=yB1HuL86CUY
Les recomiendo esta novela. Está contada dejando los prejuicios morales de lado, no los tengamos nosotros.
Metidos en la trama, vamos a ir pasando por todos los estados. De una manera honesta, en ningún momento Carrère oculta su fascinación, luego su compasión y también su repugnancia.
Ya saben qué tipo de historia leerán. Están prevenidos. Solo que para mí, además de todo, es la historia de un hombre, más allá que estemos hablando del que desata el drama. Un hombre complejo, atrapado por su adversario interior, de ahí el título que elige Carrère y nos hace reflexionar. También tiene que ver con una lectura de la Biblia y su cuestionamiento religioso. Allí el nombre «satanás» no es un nombre propio, es un adjetivo, y la definición final del diablo es «mentiroso».
Jean-Claude Romand, le faux médecin.
Son mistère reste entier.
[Daniel Auteuil dans le film L´Adversaire]
¿En qué momento se produce el cambio? Seguramente volverán a leer algunas páginas, esas que les permitan trazar un hilo. ¿En qué momento da el salto a esa otra vida? Al mundo virtual, podríamos decir con la realidad de estos días donde mucho es aparente. ¿Por qué no puede superar «un fracaso»? O son varios... ¿Por qué el miedo a decepcionar? El rol social y la identidad, la percepción de uno mismo y de la realidad, la impostura que existe entre nosotros, son temas que entran en juego.
L´adversaire. Théâtre Paris-Villette
Vivir con tremenda carga, con una mentira, ¿cuánto tiempo se puede? Mejor no hacer más preguntas y dejarlos a ustedes, dejarlos que descubran qué es el sentimiento de culpa, o si simplemente existe en este caso.
El autor nos da su mirada sutil, como hombre y como escritor, sobre esta tragedia que intenta dilucidar, así lo percibí. Mantiene la distancia adecuada. Todo en una impecable construcción narrativa híbrida, entre ficción y documento.
Dijo Carrère:
Hay, en cada uno de nosotros, una brecha entre la imagen que da,
que quiere dar a los demás, y lo que sabe que es él mismo,
cuando se da vuelta en su cama sin llegar a dormirse.
La relación entre estos dos hombres,
eso fue lo que me atrajo.
Hasta la próxima lectura, espero que sigan leyendo a Emmanuel Carrère. Yoga [2020]es su último libro después de El reino [2014].
Cecilia Olguin Gianelli
Notas
- «L´adversaire», d´Emmanuel Carrère: une révolte et une acceptation. Le Monde: